Con recursos para proveer germoplasma en un futuro cercano e iniciar el desarrollo de variedades, registrarlas y obtener la experiencia en la producción de cannabis medicinal, el INTA avanza hacia “la generación de nuevas capacidades para emprender, en un futuro, la producción e investigación en cáñamo industrial”, afirmó Silvina Lewis, directora del Instituto de Recursos Biológicos (IRB) del Centro de Investigaciones y Recursos Naturales (CIRN) del Inta.
El Inta avanza en la investigación sobre cannabis medicinal
La investigación médica y científica del uso medicinal de la planta de cannabis y sus derivados tiene oficialmente solo cuatro años en la Argentina, desde la sanción de la ley nacional 27.350.
La ley habilitó la introducción de esta especie dentro de “las investigaciones de los organismos públicos de ciencia y técnica”, destacó Carla Arizio, investigadora del Instituto de Recursos Biológicos, quién junto con Lewis representan al INTA en el CCH.
De acuerdo con Arizio: “Los estudios actuales que encabeza el Inta se llevan a cabo en todo el país, en distintas estaciones experimentales, algunas de las cuales venían trabajando en el tema de aromáticas y medicinales, tanto cultivadas como nativas”. Mientras que otros proyectos se llevan a cabo en terrenos de las contrapartes, como municipios, provincias o empresas.
Transcurridos cuatro años de sancionada la norma, el principal desafío del Inta está en “generar los desarrollos en cannabis, ya que no había conocimiento si se lo compara con otros cultivos”, expresó Lewis, tras reconocer que “en cannabis medicinal es clave generar conocimiento con sustento científico, porque algo que va a tener un uso medicinal requiere productos de calidad”.
Acuerdos públicos y privados
Desde el Inta insisten en la necesidad de generar capacidades, conocimientos y tecnologías para el desarrollo del cultivo de cannabis bajo estándares de calidad y control que conlleven a la obtención de materiales vegetales, técnicas de manejo y metodologías específicas para la producción de la planta y sus derivados.
Con estos objetivos, el organismo comenzó a suscribir convenios que involucran proyectos de investigación y producción de cannabis medicinal en diferentes regiones del país. “El primer convenio se firmó en 2019 con la provincia de Jujuy y es el que está más avanzado”, comentó Lewis. La participación de la provincia es través de Cannava SE, una empresa estatal que lleva adelante todos los procesos.
Con referencia a los últimos convenios aprobados, Lewis aclaró que uno corresponde a la provincia de Córdoba, entre el Centro de Investigaciones Agropecuarias del Inta con la empresa privada Produsem SA; otro al Centro Regional Santa Fe del Inta junto con el gobierno provincial y el Laboratorio Industrial Farmacéutico (LIF SE), y el último entre el Centro Regional Salta desde la estación experimental con el gobierno provincial de Salta y el Fondo Especial del Tabaco.
Según la investigadora, no todos los convenios tienen por objetivo el cultivo de cannabis sino que algunos involucran capacitación en la temática o colaboración para futuros convenios específicos.
Desarrollos en predios del INTA
En el predio del Centro de Investigaciones en Recursos Naturales del INTA, desde el Instituto de Recursos Biológicos se lleva adelante un convenio con BCBD Medicinal SA, una empresa privada con presencia en distintos países del mundo.
Se trata de un acuerdo de “investigación y desarrollo destinado a promover la generación de capacidades a través de la articulación público-privada, para el desarrollo de germoplasma de cannabis bajo estándares de calidad y control”, explicó la directora del IRB.
Dado el carácter internacional de esta empresa, les permite a los investigadores observar qué productos serán aceptados y cuáles no si se desea exportar y qué normas cumplir, “porque las normas de calidad en cannabis medicinal inician desde que se cultiva la semilla o esqueje ya que se certifica todo el proceso”.
Recientemente, en el predio de Inta Castelar se inició la preparación del terreno para las obras de construcción de invernáculos para cultivos y lugares indoor junto a la construcción de laboratorios. “Será un espacio que reunirá la investigación y la introducción de genética con el objetivo de inscribirlas en el registro de variedades del Inase y también para generar nuevas variedades, para ser utilizadas como insumos en diferentes investigaciones, en laboratorios públicos nucleados en ANLAP, universidades y otros institutos de INTA”, especificó Lewis.
Los estudios impulsados por el Inta están destinados a la obtención de material vegetal para la investigación tanto científica como médica, pero también a la producción de derivados del cannabis y su inclusión en programas de mejoramiento.
Una de las tareas que tiene el INTA por delante es “suministrar materia prima de calidad, adquirir experiencia y capacitación en el cultivo y en todo lo que subyace a la producción de cannabis medicinal. Y, en relación con los distintos usos, también ir pensando en el cannabis industrial”, cerró Lewis.