El hambre y las hambrunas persistirán, y la recuperación de las repercusiones de la pandemia por COVID-19 será desigual, a no ser que más mujeres de zonas rurales y urbanas ocupen puestos directivos acompañados de un mayor poder de decisión, afirmaron los responsables de los tres organismos de las Naciones Unidas dedicados a la alimentación en el marco del Día Internacional de la Mujer.
El liderazgo de las mujeres en el agro
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) apostaron a dirigir la atención mundial al papel esencial que corresponde a las agricultoras, empresarias y líderes empoderadas para que las mujeres puedan contribuir en igualdad de condiciones a la recuperación de la pandemia de COVID-19 y a la creación de un entorno favorable a la eliminación de la pobreza, el aumento de la productividad y la mejora de la seguridad alimentaria y la nutrición.
"En el mundo viven más de 1 100 millones de chicas menores de 18 años con potencial para convertirse en la mayor generación que se haya conocido jamás de mujeres líderes, empresarias y agentes del cambio en aras de un futuro mejor. Sin embargo, las mujeres y las niñas siguen enfrentándose a limitaciones estructurales persistentes que les impiden desarrollar su pleno potencial y obstaculizan sus esfuerzos por mejorar su vida y la de sus hogares y comunidades", afirmó QU Dongyu, Director General de la FAO. "Las mujeres y las niñas pueden cumplir un papel crucial en la respuesta a la pandemia de COVID-19, en particular por lo que se refiere a la transformación de nuestros sistemas agroalimentarios. Todos debemos aunar fuerzas para propiciar los cambios necesarios a fin de empoderar a las mujeres y las niñas, en particular las de las zonas rurales", añadió.
"Es esencial no solo que las mujeres ocupen más puestos de liderazgo, sino también que sean consultadas y escuchadas, así como integradas en todos los ámbitos y etapas de la respuesta a la pandemia y la consiguiente recuperación", afirmó Gilbert F. Houngbo, Presidente del FIDA. "La inversión en el liderazgo de las mujeres de entornos rurales y su mayor participación en la creación de nuestro futuro posterior al COVID-19 son esenciales para que se tengan debidamente en cuenta sus perspectivas y necesidades y, con ello, podamos reconstruir sistemas alimentarios mejores basados en la igualdad de acceso a alimentos nutritivos y medios de vida dignos".
"Las mujeres y niñas conforman la mitad de nuestra comunidad mundial, y ha llegado el momento de que ello quede reflejado en los puestos de liderazgo en todos los niveles", afirmó David Beasley, Director Ejecutivo del PMA. "Gracias a nuestra labor en todo el mundo hemos aprendido que, cuando las mujeres y niñas disponen de un acceso mejor a información, recursos y oportunidades económicas y gozan de libertad para adoptar decisiones propias, descienden los índices de hambre y mejora la nutrición, no solo la suya propia sino también la de su familia, su comunidad y su país".
El liderazgo de las mujeres reviste especial importancia en las zonas rurales de los países en desarrollo, donde suele pasarse por alto la voz de los 1 700 millones de mujeres y niñas que viven en ellas.
La mayor presencia de mujeres no se reduce sin más a una cuestión de igualdad de género, según señala el comunicado enviado por la FAO. Las dirigentes femeninas pueden promover el mejor acceso y control por parte de las mujeres con respecto a los bienes y los insumos productivos, lo cual impulsa su productividad y sus ingresos, redunda en seguridad alimentaria y eleva sus oportunidades de empleo y sus salarios reales.
Según varias investigaciones, si las agricultoras tuvieran el mismo acceso a los recursos productivos que los hombres, los rendimientos podrían aumentar del 20% al 30% y la producción agrícola total del 2,5% al 4%, con lo cual saldrían de la pobreza entre 100 y 150 millones de personas.
Desde la FAO insisten en la importancia de fortalecer la participación y el liderazgo de las mujeres rurales en los sistemas agroalimentarios. Al mismo tiempo, señalan que mantienen contacto con organizaciones de agricultores "para velar por que se escuche la voz de las mujeres rurales" y que promueven enfoques transformadores de género "para poner en cuestión las normas socioculturales injustas que imperan en las comunidades rurales".
Dentro de la Organización, la FAO ha establecido un Comité de las mujeres, que ofrece un espacio inclusivo y seguro dimanante del carácter diverso y enérgico de la fuerza laboral femenina de la FAO. La Organización también creó incentivos en relación con las perspectivas de carrera de sus funcionarias a fin de lograr la paridad de género en todos los niveles y en todas las categorías de trabajos.
Algunos datos a nivel local
Según los datos del último Censo Agropecuario de 2018 en Argentina, 211.928 Explotaciones Agropecuarias (EAP) están conducidas con tipo jurídico personas humanas. De ese total, 43.339 EAP son administradas por productoras mujeres, que en términos porcentuales representan un 20% del total. Mientras que 164.850 EAP están conducidas por varones, arrojando una participación porcentual del 78%, y 3.679 EAP sin discriminar sexo, que representan un 2% del total de EAP con forma jurídica persona humana.
Si miramos los datos por provincia, en Buenos Aires 5292 Explotaciones Agropecuarias son administradas por mujeres (20,8%), en Santa Fe 2507 EAP (17,7%), 1925 EAP en Entre Ríos (16,4%) y 2281 EAP en Córdoba (14,3%).