La influenza aviar, conocida por la nominación científica de H5N1, llevó al gobierno francés a tomar la drástica decisión de sacrificar a más de un millón de animales con el objetivo de prevenir el desarrollo de una epidemia en los criaderos de aves de corral. Desde mediados de febrero se registró una suba repentina de casos en el oeste de Francia, que en apenas unos días pasó de un foco de 58 contagios a 187, y siguió creciendo a ritmo acelerado.
Gripe aviar: preocupa el incremento de brotes en varios países del mundo
"Actualmente, eliminamos cerca de 1,2 millones de animales y estimamos que debemos sacrificar aún 3 millones", declaró a la prensa local el ministro de Agricultura francés, Didier Guillaume. El departamento de Vendée, ubicado al oeste del país, es el más perjudicado y se esperan pérdidas económicas no sólo por los animales contagiados, sino por los efectos colaterales que esto puede ocasionar. "Tendremos grandes pérdidas económicas que corren a cargo total o parcialmente del Estado. Y a pesar de todo esto, habrá costos por daños colaterales, generados por una falta de producción aviar en las próximas semanas", señaló Christophe Labour, presidente de la sección de aves del sindicato agrícola FNSEA, para la región de Países del Loira.
La problemática en el país galo apunta a ser más grave que el año pasado, cuando ya se lidió con 500 focos infecciosos que provocaron el sacrificio de 3.5 millones de animales, particularmente patos.
En España, y más precisamente la zona de Sevilla, también está en alerta por la aparición de focos de contagio entre aves, que suman 27 desde que empezó el año. Esta situación marcó una elevada mortalidad a comienzos del mes de marzo, de acuerdo con las muestras tomadas por los Servicios Veterinarios Oficiales (SVO) de la Junta de Andalucía.
Hacia el oeste boreal, el Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) declaró brotes en los Estados de New Hampshire, Nebraska, Wisconsin, Kansas, Illinois, Dakota del Sur y Maryland. También se detectaron animales enfermos en comercios y criaderos pequeños de Nueva York, Iowa y Michigan.
Si bien el potencial patogénico del virus es importante al nivel de las zoonosis, de acuerdo al Centro de control y prevención de enfermedades de Estados Unidos (CDC), no se detectaron contagios de animal a humano, incluso en el caso de los trabajadores de las granjas y criaderos donde tuvieron lugar los brotes, y aclararon que, en lo inmediato, no representan una preocupación de salud pública.
En el Reino Unido, el Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales (Defra) prohibió la venta de huevos producidos por aves no criadas en corral tras un brote que tiene sus orígenes en octubre con 86 casos registrados de influenza aviar altamente patogénica. Las restricciones a este producto ya habían comenzado al principio de la llamada ‘‘temporada de gripe aviar’’ en ese mes, pero ante la falta de progresos en la situación epidemiológica, se optó por continuar y reforzar las medidas.
Estos huevos representan el 55% de los huevos comercializados en todo el Reino Unido según la Sociedad Real para la Prevención de la Crueldad hacia los Animales (RSPCA) y desde Defra se teme que ‘‘Reino Unido está frente al peor estallido de gripe aviar de su historia’’, según el secretario de dicho departamento, George Eustice.