El aumento de la inflación en los países de América latina y el Caribe incrementó el riesgo de la inseguridad alimentaria en la región, que a pesar de ser cuna de uno de los mayores superávit agropecuarios del mundo, enfrenta una creciente pobreza extrema y hambruna, según tres organismos de las Naciones Unidas.
La inflación atenta contra la seguridad alimentaria global
En un informe conjunto, la Comisión Económica para América latina y el Caribe (Cepal), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (WFP) expresaron que la inflación que afecta a los sectores más pobres es 1,4 puntos porcentuales más elevada que la que impacta a los más ricos.
“Este comportamiento de la inflación de alimentos agudiza el riesgo de problemas de acceso a una dieta saludable, inseguridad alimentaria y hambre porque afecta más a los hogares de menores ingresos’’, expresó José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la Cepal.
La región enfrenta una fuerte inflación y dificultades económicas por el impacto de la guerra y el endurecimiento del acceso al crédito por elevadas tasas de interés.
Después de una breve recuperación pospandemia en 2021 y parte de 2022, los pronósticos de crecimiento han sido revisados a la baja. A nivel mundial, se prevé que la economía crezca 3,1% en 2022, 1,3 puntos porcentuales menos que lo pronosticado antes de la guerra, mientras que América latina se expandirá 3,2% este año, pero la actividad se desacelerará a 1,4% en 2023, según la Cepal.
De acuerdo con el informe, Latinoamérica es una de las regiones con mayor superávit agropecuario anual del mundo, solo superada por Oceanía: u$s 127.000 millones, equivalentes a u$s 200 por habitante. Sin embargo, gran parte de los países están expuestos a problemas de producción y comercialización, y a los incrementos de precios por la guerra en Ucrania, al ser importadores de trigo, maíz y aceites vegetales.
Salazar explicó existe un gran contraste y heterogeneidad: algunos países de la región son potencias exportadoras de productos agrícolas con una gran productividad, especialmente algunos de Sudamérica como Argentina, mientras que “la gran mayoría” son importadores de productos agrícolas. Además dijo que los productos de los países exportadores no van a los sectores más vulnerables, que más bien se alimentan con productos locales de pequeños agricultores fuertemente golpeados por la inflación.
Uno de los problemas que enfrentan esos agricultores es el acceso a fertilizantes, que provienen del exterior y cuyos precios también han subido considerablemente por la guerra. Latinoamérica importa cerca del 85% de los fertilizantes que utiliza.
La Cepal estima que la incidencia de la pobreza extrema aumentaría un 0,2% en 2022 sumando 1,8 millones de personas para alcanzar un total de 81,8 millones de personas en la región. La gran mayoría de ellas, 55,7 millones, viven en zonas urbanas y el resto en áreas rurales.
Aunque la subalimentación ha crecido desde 2014, entre 2019 y 2021 el incremento fue mayor, de un 1,9 puntos porcentuales, alcanzando a un 8,6% de la población. La cantidad de personas que padecen hambre, en tanto, aumentó en 13,2 millones, a 56,5 millones de personas, de acuerdo con el informe.