Si no hay agua que haya Fe. La Secretaría de Agricultura comunicó en la última semana que, según estudios de técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta), se prevé “el fin del fenómeno de La Niña para febrero” y la ocurrencia de tres eventos de lluvias para los próximos 14 días de variada intensidad sobre el centro y el norte del país.
La sequía va por otra víctima: el maíz tardío
La falta de agua mantiene retrasada la siembra del maíz tardío.
“Los técnicos del Inta manifestaron el fin del fenómeno de La Niña para febrero, de esta manera, se pasaría a una etapa que se pasaría a una neutra, en la que paulatinamente aumentan las probabilidades de lluvias a lo largo y ancho del país hasta la llegada del fenómeno de El Niño, que trae consigo abundantes precipitaciones”, indicó el comunicado de Agricultura.
Según el informe agrometeorológico, las tres instancias de lluvias y tormentas podrían dejar algunos acumulados importantes sobre las regiones con déficit.
Por ahora, la ausencia de precipitaciones sobre en el centro y este del área agrícola, ubica al 70 % del área implantada con soja bajo una condición entre regular y sequía, según reportó la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA). En el Norte del país sí llovió y comenzó a tomar impulso la siembra de maíz con destino a grano comercial.
En el centro norte de Santa Fe, los cultivares de maíz de primera ya no tienen “posibilidades de recuperación”, aún en caso de concretarse precipitaciones en los próximos día. Así lo dijo el informe que elaboran semanalmente el Ministerio de la Producción provincial y la Bolsa de Comercio de Santa Fe. Son 86.900 hectáreas.
En la región núcleo, el maíz tardío ya arranca con un 10% del área prevista sin sembrar y con el 5% de pérdidas en la superficie implantada. Así lo señaló la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario que tradujo esos porcentajes en números absolutos: 135.000 hectáreas quedaron afuera antes del inicio del partido y 60.000 hectáreas sembradas cayeron en el minuto inicial. Del 1,3 millón de hectáreas proyectadas en la región, sólo siguen en carrera 1,1 millón de hectáreas. “Pero ojo, porque el 35% está regular a malo”, señalan los técnicos de ese servicio de estimaciones agrícolas.
“Trigo, soja de primera, soja de segunda, maíz de primera y ahora maíz tardío, la lista de las víctimas que se ha cobrado la inédita sequía que atraviesa la región se agranda y va por el cultivo que parecía tener más chances de escapar”, advierten desde la GEA.Es que ninguna estrategia agrícola fue suficiente paa enfrentar la sequía. “Es como si hubiese faltado casi un año y medio de lluvias desde inicios del 2020 a finales de 2022 para alcanzar el nivel de precipitaciones normales”, dijeron.
En la región núcleo, la media pluvial es de 900 a 1.050 mm. Pero en el 2020 llovió sólo entre el 65% y 70% de la mediam en el 2021 entre el 60% y 70% y en el reciente 2022 entre el 50 a 55%. “A Rosario, el 2022 le debe 510 mm para llegar a la media. A Zavalla, 489 mm; a Junín 426 mm; a Rojas, 362mm como se ve en el mapa de anomalía de lluvias del 2022”, indicaron desde la BCR.
En este panorama desolador, está a la orden del día contar las pérdidas. Según la BCBA, el aporte a la economía de la campaña de trigo 2022/23 que acaba de concluir caerá 36% respecto al año pasado, hasta los u$s 3.700 millones. La BCR estimó que las pérdidas económicas por el impacto de la sequía sobre las cosechas de soja, maíz y trigo podrían alcanzar los u$s 10.425 millones.
Al cierre de esta edición, todos se entusiasmaban con la llegada de un sistema frontal frío, con lluvias y tormentas. “Esta reiteración de eventos pluviales, aunque escasos, puede ser el inicio de una lenta recuperación del régimen de lluvias en concordancia con el debilitamiento del evento La Niña”, dijo el consultor Elorriaga.