La sequía y el dólar soja, medida que adoptó el gobierno para incentivar las liquidaciones agropecuarias en buena parte menguadas por una campaña afectada por la falta de agua, comenzaron a impactar en la industrialización de alimentos, especialmente aceites y harinas vinculados al complejo industrial oleaginoso.
Sequía y dólar soja impactaron en la producción de harinas y aceites
En septiembre, la industrialización de alimentos desaceleró levemente su crecimiento interanual hasta 2,9%. Sin embargo, aunque la performance fue negativa no todos los sectores respondieron de la misma manera.
El sector oleaginoso “mostró un fuerte descenso en el margen por el efecto del dólar soja de retención especulativa, que afectó la molienda y la producción de aceites al caer un 20% interanual en el mes”, según indicó un informe de Investigaciones Económicas Sectoriales (IES).
En tanto, en el segmento harinero, “se comienzan a ver los efectos de la fuerte sequía y la disminución esperada en la campaña hasta 11,8 millones de toneladas, la menor en 7 años”, indicó IES y explicó que en consecuencia, “cayó 2,5% respecto a un año atrás”.
En tanto, la producción primaria láctea logró mantenerse apenas por encima de los niveles de igual mes de 2021.
De este modo, “a pesar de las dificultades particulares de algunos segmentos, la industria alimenticia logró mantener el nivel en el agregado de su actividad, aunque con un comportamiento heterogéneo”, indicó IES.
“El dólar soja implicará una menor oferta primaria hacia adelante, dado que los stocks acumulados se destinarán al mercado externo, ocasionando una menor industrializacion”, detalló Alejandro Ovando, director de IES Consultores.
Explicó al respecto que las perspectivas no son muy alentadoras en el mediano plazo. “El contexto macroeconómico junto con los planes del gobierno para intentar bajar la inercia inflacionaria continuarían afectando la oferta alimenticia”, indicó Ovando y planteó que “hacia adelante, el atraso en la comercialización oleaginosa parece haberse solucionado (vía exportación de granos) y la menor oferta de trigo afectarán la industrialización de alimentos”, agregó.
Exportaciones más acotadas
La heterogeneidad en el comportamiento de cada uno de los sectores, en buena parte producto de cómo impactaron las variables climáticas sobre cada uno, también quedó expresada en el comportamiento del comercio exterior.
El relevamiento muestra que en septiembre pasado, las exportaciones del sector alimenticio mostraron un descenso interanual, acelerando la caída. “La merma tanto en cantidades como en valores se debió principalmente al descenso observado en los envíos al exterior de subproductos oleaginosos y de los aceites”, indicó.
El valor de los envíos al exterior alcanzó un total de u$s 18.001 millones en los nueve meses y subió un 2,4% acumulado. De todos modos hubo un retroceso en cantidades, ya que las exportaciones en el período alcanzaron las 26.754 miles de toneladas, con un retroceso del 14,8% interanual. “La diferencia entre los valores y cantidades se explica por una suba del 20% del precio medio de los envíos”, agregó IES.
En cuanto a las ventas, en 2022, entre enero y septiembre, el consumo de harinas mostró un avance acumulado del 3,1% respecto a 2021 y en el margen todavía se observa una buena dinámica, por lo que muestran una recuperación de 2,5% interanual en agosto, según el informe.
En septiembre de este año, las ventas al mercado interno de azúcar se ubicaron en un nivel de 180 mil toneladas y cayeron un 0,6% respecto a igual mes de 2021. Sin embargo, durante los primeros nueve meses de 2022 mostraron un aumento del 2,2% respecto a igual período de 2021.
En cuanto a los lácteos, en agosto del corriente año la leche fluida mostró una recuperación del 1,2% interanual. Este fue uno de los sectores de mejor performance, ya que “las ventas de leche en polvo comienzan a recortar los arduos niveles de caídas que observaban meses atrás, mientras que los quesos observaron un avance del 4,6% interanual respecto a agosto de 2021”, detalló el informe deIES.
En cuanto a los precios del sector alimenticio, durante el mes de octubre del 2022 crecieron 6,2% respecto a septiembre y se ubicaron apenas por debajo del nivel general (6,3%). “En términos interanuales observaron un incremento del 91,6%, casi 3 puntos porcentuales por encima de la inflación general”, agregó IES.
En términos interanuales, los principales incrementos se encontraron en las frutas (87,3%), los aceites (110,5%) y las verduras con 123%. Los lácteos crecieron 96,2% interanual, mientras que el pan y los cereales lo hicieron a un ritmo del 94,5%.
“Desde diciembre de 2021, los precios alimenticios han acelerado considerablemente, como consecuencia de la inercia inflacionaria, pero también del shock en los precios internacionales”, indicó el informe y señaló que el nuevo programa Precios Justos que busca disminuir la inercia inflacionaria, “tendrá un efecto acotado en la dinámica de precios, producto de las restricciones vigentes en el mercado de cambios y la aceleración de la devaluación oficial cercana al 7%”, concluyó IES.