Desde Henderson _provincia de Buenos Aires_ tres socios decidieron apostar todo a la prestación de servicios con drones.
Drones al servicio de la protección de los cultivos
Equipo. Los socios fundadores de la empresa de tecnología.
Juan José Patiño es ingeniero agrónomo y con Daniel Fernández y Leonardo Goitisolo fundaron Agro Misión, una empresa de servicios de pulverización con drones busca abrirse camino de la mano de la practicidad y eficiencia que aporta la tecnología.
Hace pocos meses compraron un Agras T40, un dron pulverizador con el que ya han trabajado unas 400 hectáreas. La base para realizar las aplicaciones selectivas es el mapa que surge de las imágenes tomadas por otro dron y que ellos procesan con DroneScope.ag.
Luego de experimentar con otras plataformas de procesamiento de imágenes, los socios se inclinaron por la plataforma de la consultora Smartfield. “Vimos que es mucho más ágil, más rápido, más práctico. Nos simplifica el vuelo y la toma de fotos, y nos da los resultados en minutos, a diferencia de otras que tardan días”, dijo Patiño. “Además, son compatibles con el Agras T40 y nos permite tener resultados extraordinarios. Para los tratamientos de malezas cargamos las imágenes, tocamos en el manchón y el dron aplicador toma vuelo y hace lo suyo”, ejemplificó y destacó que la simpleza del procedimiento.
El dron aplicador vuela en forma autónoma y vuelve al punto de origen cuando se queda sin producto o bien necesita reponer batería. Pero nada de esto es magia. Los socios de Agro Misión tuvieron que diseñar ellos mismos un equipo para hacer la mezcla de fitosanitarios en la escala necesaria, ya que el tanque del dron tiene una capacidad para 40 litros de caldo.
“Necesitamos crear las mezclas en bajos volúmenes y además mantenerlas en agitación para que no se precipiten”, detalló.
También sumaron un equipo electrógeno para la carga de baterías. “Cuando el dron aterriza, en menos de un minuto cargamos el tanque, cambiamos la batería y vuelve a despegar”, especificó Patiño.
Las ventajas de esta tecnología son muchas, la mayoría están asociadas a las aplicaciones selectivas. La primera y más importante se vincula al impacto ambiental. En el caso del manejo de malezas, la incorporación de herbicidas únicamente en el área afectada disminuye la contaminación del sistema y el ahorro en insumos, que cuestan entre 20 y 50 dólares por hectárea. También disminuye la huella hídrica: mientras un equipo terrestre utiliza de 50 a 100 litros de agua, el dron pulverizador apenas usa 10.
El clima también pierde su capacidad de condicionar la tarea. “En esta época, de noviembre a febrero, las ventanas del día en las cuales se pueden realizar aplicaciones correctas son muy limitadas. Con el dron podemos movernos de forma ágil y rápida de un lote a otro para aprovechar esos momentos. También tenemos ventajas cuando hay lluvias y el lote se queda sin piso. Además, podemos trabajar de noche”, citó el técnico.