Transitando una de las campañas más difíciles en términos de condiciones climáticas, comienza la tan esperada cuenta regresiva para el ingreso de las cosechadoras al campo y confirmar cuántos son los kilos por hectárea logrados. Ese es el caso de la gran mayoría de los productores del país, dentro de los cuales se encuentra Marcelo Meichtri, productor de la zona de Hernando, Córdoba, que por septiembre de 2022 – sin siquiera imaginar lo que esperaría para la campaña 2022/23 - en búsqueda de nuevas tecnologías para mejorar su cultivo decidió aplicar en todo el lote de soja el inoculante Jumpstart líquido de Nitragin -la empresa del grupo danés Novozymes- que es distribuido comercialmente por UPL. “La mejor forma de saber si funciona un producto es a campo", comenta Marcelo.
La promesa de los bioinsumos: mayor productividad a pesar de las adversas condiciones climáticas
La biosolución aplicada es el nuevo producto que está siendo presentado por la compañía como un solubilizador de nutrientes, en especial de fósforo. Este producto contiene el hongo natural del suelo Penicillium bilaiae, que crece a lo largo de las raíces de las plantas y libera el fosfato unido a las partículas del suelo, lo que hace que el nutriente quede más disponible para el cultivo.
Luego de una reunión técnica, el productor tomó la decisión de incluir el inoculante en toda la superficie productiva de soja, dejando sólo una franja sin tratar, contra la que contrastará los resultados obtenidos. El productor explica por qué se decidió por este tratamiento: ¨Luego de las inundaciones que sufrimos en 2 campañas seguidas en nuestros lotes, comenzamos a tener problemas de salinidad. Si bien el contenido de fósforo del campo es adecuado, tenemos problemas para aprovecharlo, por eso empezamos a probar distintas alternativas comerciales”.
A modo de cierre Marcelo destacó: “La diferencia a campo en el lote tratado se ve en raíces y en la parte aérea. Cuando sacas las plantas, la parte tratada tiene mucha más cantidad de raíces, las plantas son más grandes, con mayor cobertura. Esto nos beneficia porque un mayor volumen de raíces mejora la infiltración del agua, por el efecto sobre la estructura del suelo. Ahora falta ver la diferencia en kilos, yo creo que la diferencia tiene que ser superior a 7 qq/ha, ojalá sea más”.