Claro que nadie produce leche por deporte sino porque es un negocio rentable de enorme futuro en nuestro país, pero para encarar esta actividad con profesionalismo y compromiso se necesita una gran cuota de vocación productiva. Con ese espíritu se formó hace exactamente un año el Club De Buenas Prácticas Tamberas, una plataforma digital con múltiples opciones para entablar una interacción con técnicos y productores que juegan diariamente el partido más difícil: alcanzar la eficiencia tranqueras adentro y vencer los prejuicios de una actividad compleja y cambiante que tiene aún mucho potencial.
Un club que ya tiene más de 1000 fanáticos de la lechería
La sede imaginaria de este club se podría emplazar en el Inta Rafaela, desde donde se aportan los jugadores más técnicos que nutren de conocimientos y recomendaciones a los productores y profesionales que salen a la cancha todos los días. Este equipo se calza la camiseta del negocio y en base a esfuerzo y estrategia, apuesta por la competitividad de esta liga llamada “lechería argentina”.
Siguiendo con la analogía futbolera, se puede decir que el DT de este club es el Ing. Miguel Taverna, referente máximo del Inta en materia lechera. Además es presidente de la Fundación para la Promoción y el Desarrollo de la Cadena Láctea (Funpel), la institución que apoya la iniciativa y maneja el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (Ocla), una de las mejores fuentes de datos y estadísticas lecheras del país. Entre ambas instituciones conforman la comisión directiva de este novedoso club que celebra su primer año de vida.
Fundado en plena pandemia
“Celebramos este aniversario con mucha alegría porque construimos mucho más que una plataforma digital interactiva de asesoramiento técnico, y hemos alcanzado una meta más amplia, que es acompañar a las personas y empresas con un proceso de sensibilización del negocio”, explicó el Ing. Taverna.
Para ello, “las mejores herramientas son las buenas prácticas, algo tan simple pero contundente para alcanzar los mejores resultados en la empresa; y nada es posible sino a través de una construcción colectiva, desde donde pensamos este concepto de club, donde queremos también transmitir la idea de transpirar la camiseta, por utilizar el código futbolero”, expresó el ingeniero de Inta.
Concretamente, el contenido técnico que aporta el club se dividió en diferentes ejes que hacen a las buenas prácticas en el tambo: “trazabilidad; alimentación; salud y bienestar animal; gestión ambiental; inocuidad y calidad de leche; calidad de vida y seguridad laboral”.
La otra particularidad que puso de relieve Taverna es que “el club nació en Pandemia y es fruto de la virtualidad a la que fuimos obligados para no detener nuestras labores; esto nos permitió incorporar muchísimos conocimientos y modalidad de comunicarnos a través de la tecnología, lo que seguramente seguirá conviviendo desde ahora en adelante con la presencialidad en nuestras acciones”.
Un plantel de lujo
En sólo un año y en plena pandemia, este club no tuvo descanso y convocó a sus seguidores en forma constante para no postergar las cuestiones técnicas que pueden resolver u orientar rápidamente a un profesional o productor en determinadas contingencias productivas.
Se organizaron 10 encuentros virtuales y 4 conversatorios, con más de 30 profesionales del Inta y organizaciones privadas, alrededor de 1000 participantes activos y 5.600 visualizaciones en YouTube. Se generaron unas 30 fichas técnicas sobre cuestiones cotidianas del tambo, que pueden consultarse en clubtambero.org. Además, hace unos meses se conformó el grupo de WhatsApp “Club Tambero INTA” que reúne a más de 220 personas, entre productores, ingenieros, veterinarios, organizaciones públicas y privadas, que interactúan e intercambian información para responder rápidamente consultas y dudas específicas.
“El intercambio técnico que se da en nuestro chat es altamente enriquecedor para los técnicos y operarios del tambo que acceden a diversos puntos de vista y conocimientos basados en experiencias personales y los aportes que podemos realizar desde el INTA”, explicó Taverna.
“Como parte de nuestra misión trabajamos en el concepto de ‘articulación responsable’, lo que significa que tratamos de comunicar las buenas prácticas en el sector en forma integrada y en base a nuestra participación en la Red Nacional de Buenas Prácticas, donde existe una comisión de lechería que viene realizando importantes aportes a la cadena, con herramientas como el Check Tambo para establecer diagnósticos, o cursos puntuales como el que ofrecimos para miembros del Renatre en Córdoba, con más de 4.000 asistentes; capacitación al clúster quesero en Entre Ríos, o el asesoramiento en BP a industrias”, enumeró Taverna.
“En un futuro, los desafíos del Club deben apuntar a generar un protocolo de BPT que permita certificar la producción de leche en base a estándares determinados; aplicar un plan piloto para operarios y productores; mejorar el proceso de evaluación y autoevaluación en el tambo; mejorar la comunicación con la sociedad y qué imagen proyectar hacia afuera; y mejorar las prestaciones de la plataforma www.clubtambero.org.
Por último, también dejó su mensaje en este cumpleaños virtual, el Ing. Gustavo Mozeris, director ejecutivo de la Funpel: “Las Buenas Prácticas implican saber cómo hacer las tareas del tambo, cómo ejecutar las acciones y cómo controlar los procesos; pero esto no lo hacemos en forma aislada, sino integrados a la realidad del sector”. En este sentido, el club convocó en este festejo al director del Ocla, Jorge Giraudo, para que brinde un panorama de la lechería y sus proyecciones, “porque lo técnico está inmerso en la realidad del sector y para nada debe separarse de su contexto coyuntural.
Producción, consumo y exportación
Vale destacar como contexto sectorial, algunas definiciones que dejó el coordinador del Ocla en su presentación: “Es probable que Argentina cierre el año 2021 con un crecimiento del 3%, que se suma al 7,4% del año 2020”, que marca cómo crece la lechería argentina, “a pesar de que muchos digan que estamos estancados”, incluso por encima del porcentaje que lo hace Nueva Zelanda, país que “en las últimas décadas muestra un crecimiento decreciente, con tasas cada vez más bajas; desde 2015 a 2021, sólo lo hizo al 0,3%”.
Respecto a la evolución de los tambos argentinos, Giraudo afirmó: “La tasa promedio de crecimiento del tambo argentino es del 2,7% en los últimos 13 años, pero en los últimos 5 años esa tasa es del 5,4% anual, algo que es muy difícil de ver en cualquier otra lechería del mundo”.
Un tema sensible justamente en estos momentos del país, es el consumo de lácteos: “Argentina consume en promedio unos 9.000 millones de litros de leche por año, lo que da unos 180 litros per cápita y que junto a Uruguay la ubica como uno de los países con más consumo de América Latina”. Sin embargo, existe “una muy mala distribución socioeconómica de ese consumo, porque tenemos segmentos de la población con consumos europeos de 300 litros/per cápita y otros con consumos bolivianos de 50 litros”, expresó Giraudo.
Desde Ocla destacaron el récord de exportaciones de los últimos períodos. “El 25% de nuestra producción va al mercado internacional, con un récord de 3.000 millones de litros equivalentes en 2021”, según las proyecciones. “Esto muestra cómo en dos años la lechería creció en 1.200 millones de litros y a pesar de estar el consumo estancado, se pudieron destinar a la exportación, por eso insistimos en que la única salida de la lechería argentina para crecer es a través de la exportación”, opinó Giraudo.
Finalmente, el futuro de la lechería argentina, según el director de Ocla, está signado por un desbalance entre las “ventajas comparativas y las condiciones competitivas”. A favor del potencial de la actividad se pueden citar “el clima, el agua, la disponibilidad de tierra, la calidad de mano de obra, el nivel de los profesionales y el conocimiento del negocio”, mientras que como obstáculos para aspirar a un desarrollo, aparecen “la inflación, la presión impositiva, la falta de financiamiento, el retraso cambiario, la legislación laboral, la falta de infraestructura básica y la enorme burocracia del país”.