Otra vez, el índice de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (Fada) volvió a reiterar que el estado Argentino se sigue quedando con un alto porcentual de la renta agrícola. El dato, marcó que durante el mes de junio alcanzó un 60 % y el desglose marca que en soja fue del 65.5 %, maíz el 54,6, un 49,2 % se llevó la Administración Central de la producción de trigo y un porcentual de 52,2 % correspondió al girasol.
El sector agropecuario sufre por la renta agrícola
Informe de Fada. La presión impositiva no afloja y muestra vaivenes que no generan una incidencia clara para la recuperación productiva en Argentina
Por otra parte, de las provincias agrícolas más productivas del país, Córdoba está a la vanguardia en el cobro de impuestos con un índice del 60,7 %, y le siguen Entre Ríos con un 59,4, Buenos Aires con un 56,9 y Santa Fe con un promedio del 56,8 %.
En definitiva, de cada 100 pesos que genera una hectárea agrícola, 60 van para el Estado Nacional y el peso de los impuestos nacionales, provinciales y municipales sigue siendo muy alto con una pequeña variable de caída ya que está 5 puntos por debajo del mes de marzo.
“Hay una leve mejora. Es sobre los precios que redujo la participación del Estado sobre la renta agrícola, pero solo se extendió por unos meses y nuevamente se ha estancado sin una proyección en el largo plazo de la recuperación sustantiva de los precios”, remarcó Nicolle Pisani, economista Jefa de la Fundación Fada.
Al mismo tiempo, resaltó su preocupación por que el Estado no muestra una intención en la reducción de las alícuotas de los impuestos. “En estos 6 primeros meses del año no ha habido cambios. Estamos observando al dólar y creemos que es necesario mejorar el tipo de cambio para incentivar las exportaciones. Estamos en una brecha cambiaria muy grande, cercana al 40 % y esto –claramente- está marcando un retraso que repercute en toda la actividad”, subrayó Pisani agregando que el mix del 80/20 del dólar para exportación ya no es suficiente para generar un movimiento exportador.
El impacto de la presión impositiva
Si bien Fada no mide la presión fiscal, está claro que las actividades agropecuarias siguen cargando con este peso desde hace décadas. Esta semana, la fundación volvió a remarcar que es necesaria una unificación del tipo de cambio, su mejora, la eliminación del cepo y una reforma tributaria,
“Vemos un panorama complicado, sin algunas medidas no se apresuran o se llega con ellas a los primeros meses del próximo año. Sin la eliminación de los derechos de exportación, la actividad mantendrá el desincentivo a toda su producción, como viene sucediendo desde hace años”.
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No es un punto menor, ya que durante el ciclo de sequía (2023), este índice alcanzó el 74,6 %, aunque un pico alto también se dio durante la campaña 2020/21 con participaciones del Estado en la renta agrícola de 68,3 y 62,3 por ciento respectivamente.
Durante el año 2019, el valor llegó al 57,6 % marcando el nivel más bajo de las últimas 2 década, aunque sosteniendo -por momento- un nivel de asfixia y amesetamiento que ya se extiende por más de 20 años.