La agricultura se encuentra en una encrucijada donde la necesidad de aumentar la producción de alimentos choca con la urgencia de hacerlo de manera sostenible. En este escenario, los bioestimulantes han emergido como una herramienta clave para los productores agropecuarios, permitiéndoles mejorar la eficiencia de los cultivos y reducir el impacto ambiental. Antonis Angeletakis, Director de Bioestimulantes en Yara Internacional, habló sobre el rol de estos productos en la agricultura moderna, con especial enfoque en el mercado argentino.
El camino para el éxito de los bioestimulantes
Entrevista a Antonis Angeletakis, director de Bioestimulantes en Yara Internacional. Planteó los desafíos para las compañías en un mercado en expansión
Por Patricia Martino
Con una visión europea sobre el futuro de la agricultura, Angeletakis consideró que no solo se trata de producir más alimentos, sino de hacerlo de manera respetuosa con el medio ambiente. “La agricultura es crítica para el mundo y es nuestra responsabilidad encontrar formas de hacerlo de manera que sea sostenible, próspera y respetuosa con la naturaleza”, subrayó el directivo de origen griego.
Durante los últimos diez años el mercado de los bioestimulantes ha experimentado un crecimiento notable, pero hay mucho más camino por recorrer. “Podemos ver que hay un aumento en el interés del agricultor por utilizar estos productos para integrarlos en su programa de nutrición y protección de los cultivos”, señaló Angeletakis. Este interés creciente se debe a la búsqueda de métodos para producir más utilizando menos recursos, un desafío que los bioestimulantes ayudan a abordar eficazmente.
Angeletakis valoró que los agricultores argentinos son conocidos por ser innovadores y estar entre los primeros en adoptar nuevas tecnologías. “Aquí en Argentina, muchos agricultores tienen una mentalidad innovadora y podemos ver que este tipo de productos está ganando un enfoque y una importancia muy grandes”, afirmó, al considerar que esta mentalidad abierta a la innovación facilitó la introducción de los bioestimulantes en el país.
A pesar del interés creciente, la adopción de bioestimulantes no está exenta de desafíos. Uno de los principales obstáculos es la falta de comprensión sobre cómo y cuándo aplicar estos productos para obtener los mejores resultados. “Es importante entender que estos productos no funcionan como los fertilizantes o fitosanitarios tradicionales”, explicó Angeletakis y agregó: “Con los fitosanitarios los efectos son visibles a los pocos días, mientras que los fertilizantes muestran sus beneficios en cuestión de semanas los bioestimulantes requieren un enfoque diferente”.
Este enfoque implica no solo aplicar los productos en los momentos más adecuados del ciclo del cultivo, sino también tener paciencia para ver los resultados. La educación de los agricultores es, por lo tanto, un factor crucial para el éxito de los bioestimulantes. “Es esencial educar a los agricultores sobre cómo funcionan estos productos, qué procesos estimulan y cómo pueden integrarse eficazmente en sus programas de manejo de cultivos”, subrayó el referente de la firma noruega.
Otro desafío significativo es la consistencia en la calidad de los productos disponibles en el mercado. Angeletakis destaca que, si bien hay muchas buenas compañías ofreciendo bioestimulantes eficaces, también existen formulaciones que no cumplen con lo prometido. “El sector de los bioestimulantes sufre un poco porque hay muchas compañías que ofrecen productos cuyas formulaciones no tienen el efecto que se promete. Para nosotros en Yara, es vital garantizar que nuestros productos sean eficaces, seguros para los cultivos y consistentemente de alta calidad”.