Aunque afectada por la sequía, la cebada resistió mejor el embate. La cosecha se estimó en 4,5 Mt, un 20% menos que en 2021/22. Comparado con el 50% de caída interanual en el trigo, la retracción resulta menos drástica. Desde lo comercial, 2023 inició con un buen ritmo de ventas externas para la cebada en grano.
La cebada resistió mejor el embate de la sequía
En los últimos años ha crecido con fuerza la superficie sembrada y la producción de cebada. Los motores de este crecimiento han sido su consumo para alimentación animal, el impulso de la industria cervecera, la irrupción de la demanda externa por parte de China y la reconfiguración del comercio internacional del grano.
Para el ciclo actual, el área sembrada se estimó en 1,8 millón de hectáreas, un 10% superior al ciclo pasado, aunque la producción totalizó 4,5 Mt con un rinde promedio proyectado en 28,5 qq/ha. La baja productiva del 20% respecto de la temporada anterior, obedece en buena medida a rendimientos que han disminuido un 28% entre campañas, y un 24% con respecto al promedio de los últimos cinco años.
La causa en la pérdida de productividad se encuentra en el efecto devastador de la sequía en Argentina, que también afectó a los indicadores de la cebada.
Con una oferta reducida por el fenómeno climático, el cereal disponible tenderá a distribuirse entre un consumo interno creciente, protagonizado por la industria cervecera y por el consumo animal, y una demanda de exportación que comenzó el año con ritmo firme, a pesar de que se espera que los volúmenes despachados sean inferiores a los de la campaña 2021/22.
Consumo interno
Con respecto al consumo interno, cabe mencionar el sostenido crecimiento en la demanda doméstica para la producción de malta, como se comentó en el Informativo Semanal No 2.083, en donde se abordaron los resultados récord de la industria cervecera durante el ciclo pasado. Para el actual período, el ritmo de molienda de las malterías se proyecta estable en 1,11 Mt, mientras que para el consumo animal se estima un mayor volumen respecto a años anteriores, debido a la situación crítica de la oferta de otros granos normalmente utilizados para este fin, como es el caso del maíz.
Ventas externas
En el frente externo, se proyecta una caída en las cantidades de envíos al exterior por el azote de la sequía que limitó la oferta disponible, aunque esta disminución se estima menos agresiva que en el trigo. En este sentido, las ventas externas de la cebada en grano y cervecera durante la campaña pasada fueron las más altas en, al menos, 10 años y totalizaron 3,8 Mt. Para el ciclo actual, se espera una reducción del 21%, proyectándose exportaciones por 3 Mt entre envíos de cebada cervecera y forrajera.
Sin embargo, según las estimaciones informadas por Indec, enero registró exportaciones de cebada en grano (excluida cervecera) que alcanzaron u$s169,96 millones, lo que indica el mayor ingreso de divisas por este cultivo para un enero desde el año 2014, como muestra la siguiente imagen.
Lo anterior se debe, en parte, al impulso alcista de los precios de la cebada observado en los últimos años, pero, además, también están relacionados con la situación crítica del trigo 2022/23, que llevó a los precios de la cebada a mostrarse relativamente más competitivos frente al otro cultivo de invierno.
La crisis ruso-ucraniana llevó a las cotizaciones del trigo a valores récord durante el año anterior, lo que abrió un diferencial entre las cotizaciones de ambos cereales. A su vez, la baja productiva local del trigo durante esta campaña volatilizó aún más los precios de este grano.
Las cotizaciones de la cebada también mostraron variaciones a la baja en los últimos meses, de la mano del inicio de la campaña y de la afluencia de lo cosechado. Al 20/01, los precios FOB oficiales informados por SAGyP se encuentran en US$ 320/t, frente a los 326/t del FOB del trigo, a misma fecha del año pasado.