En un mundo afectado por la pandemia y la guerra, que generaron inéditos procesos inflacionarios y modificaron las variables del comercio internacional, Argentina tiene una nueva oportunidad de inserción global que está impulsada por “la continuidad de la demanda de alimentos y la necesidad de recomponer stocks”, indicó el argentino Gonzalo Ramírez Martiarena, fundador y CEO de Swiss Pampa y director de Cofco International. De todos modos, se dará en un contexto en el cual “las demandas de commodities serán muy distintas” por el ascendente rol que ocupará India como aspiradora de materias primas frente a la tradicional presencia de China.
"Para el mundo del agro es mejor estar cerca de China que de Estados Unidos"
“Vendrá una dinámica distinta a la que estamos acostumbrados, porque la locomotora de la demanda que era China, ahora será compartida por India”, agregó el ejecutivo frente durante Experiencia Idea Agroindustria, que se realizó en Rosario y reunió a 500 socios de la entidad empresaria, además de dirigentes políticos y los candidatos a gobernador por Santa Fe.
El directivo de la multinacional granaria explicó que esa reconfiguración de la demanda de alimentos en Asia marcará el comercio de granos en Argentina, por las oportunidades pero también por los cambios de actores. “Mientras China tiene un PBI per cápita de u$s 12.500 similar al promedio mundial y fue en los últimos años un productor industrial de bienes, India tiene un ingreso promedio de u$s 2.500 y se caracterizó en los últimos años por ser un productor de servicios”, detalló el Ramírez Martiarena. “El crecimiento que tienen por delante es fenomenal”, indicó y recordó que el 50% de su población es vegetariana.
De esta manera, el eje asiático determinante para el país, razón por la cual el ejecutivo de Cofco consideró una obviedad que el país incremente la utilización de yuanes en la operatoria de comercio exterior. “Por la importancia que tiene China en el intercambio comercial, sobre todo de commodities y lo que aspira a ser en el mundo, suponer que no habrá transacciones en yuanes es como considerar que no las habrá en euros”, planteó al recordar las discusiones que se dieron en el país sobre el uso de esa moneda para el pago de la deuda al Fondo Monetario Internacional.
En cambio, se mostró más crítico sobre quienes opinan que hay que fortalecer los vínculos con Estados Unidos o la Unión Europea. “Hay que observar la demanda de cada uno y la acción que toma”, advirtió y planteó que a su juicio “para el mundo del agro es mejor estar más cerca de China que de Estados Unidos o Europa”.
Esa aseveración se sustenta en las decisiones que adopta cada bloque. “Estados Unidos decidió promover su industria de biodiesel para incorporar combustibles limpios enfocándose en la transición energética”, recordó, lo que trajo como consecuencia un aumento en el área sembrada de soja en ese país. “El aceite tiene la demanda garantizada para ese sector industrial, pero en harina (el otro subproducto del procesamiento de la oleaginosa) sale a competir con Argentina”, advirtió Ramírez Martiarena.
“El país, que ya tiene el problema de los tipos de cambio diferenciales, que paga retenciones, donde no se hace el dragado del río como corresponde, encima tiene que competir con Estados Unidos que tiene saldos de su industria”, alertó.
Industria frenada
Estar atentos a estas variables no es un dato menor mucho menos en un escenario en el cual las inversiones en la agroindustria están frenadas. “Hace mucho que no ampliamos la capacidad instalada en Argentina”, señaló.
Para Ramírez Martiarena, el país debe trabajar en “el reordenamiento” de las variables macro que incluyen reducción de la inflación e insertarse en un mundo que busca recomponer stocks. “Hoy tenemos la posibilidad de convertirnos en un gran productor de energía, que viene de la producción de gas, pero que además nos puede transformar en un gran productor de fertilizantes, en un contexto donde hay fuerte inestabilidad de precios”, planteó.
Pero también con una mirada en “estrategias de largo plazo”, consideró oportuno observar lo que hizo Brasil con planes estratégicos que le permitieron desarrollar una industria integrada de bioetanol entre la actividad primaria y el sector automotriz, algo que dijo Argentina debería hacer con los biocombustibles.
Por otra parte, aseguró que el país, a diferencia de Brasil, “tiene una oportunidad natural con la agricultura regenerativa y sustentable, tenemos mucho menos que justificar en términos de producción en campos deforestados”, dijo y planteó que esa es una demanda que cada vez se escucha más en el Hemisferio norte, y hacia la cual se reorientan las inversiones.
En ese punto, se lamentó por la oportunidad que pierde el país en jugar en el mercado de la sustentabilidad en términos productivos. “Hoy el mundo mira a los países que tienen siembra convencional y busca premiar a los que se pasan a siembra directa, permitiéndoles acceder a bonos de carbono que podrán vender a las empresas que necesitan compensar sus propias emisiones”, dijo y se preguntó “¿Cómo puede ser que Argentina que es líder en esta práctica no esté sentada negociando eso y reclamando ese premio?”.
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Para Ramírez Martiarena, todas esas disputas, que se acentuarán a futuro por las exigencias que ya viene planteando la Unión Europea en materia medioambiental y de sustentabilidad, Argentina debe plantearlas en el ámbito del Mercosur. “Negociar solos no es eficiente, hay que ir como bloque porque así vamos a obtener mejores resultados”, admitió.
Además, consideró que el país debe revisar las regulaciones y las cargas tributarias, para “evitar hipotecar el futuro”.
En ese punto, consideró que en el país “hemos cometido un error grave en los últimos años con las retenciones al sector agropecuario”, porque con ese diferencial entre lo que paga el productor argentino y el brasileño, “ayudamos a Brasil a expandirse en valor agregado”, dijo.
El contexto internacional
La agroindustria, en este contexto, enfrenta el desafío adicional de un economía global que fue mutando. “El dólar en el mundo está débil, perdió fuerza frente al euro y otras monedas porque Estados Unidos ya no tiene tanta necesidad de aumentar la tasa para controlar la inflación”, dijo el ejecutivo de Cofco y eso también impacta en el mercado de commodities. “Mientras el mundo ve un dólar que se debilita y eso técnicamente les permite a los importadores tener acceso a comoodities algo más baratos, en Argentina estamos viendo el corto plazo y qué sucede con la diversidad de tipos de cambio”, dijo.
Eso se refleja en los negocios. “Todavía tenemos la tasa de interés más alta, que genera un acceso al crédito más complicado y lo vuelve más caro”, dijo, pero también “el productor agropecuario que en el pasado optaba por sentarse sobre su mercadería cuando no le gustaba el precio en el que pensaba vender, ahora no lo puede hacer, porque eso cuesta”, indicó.