Esta semana, tanto los Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Crea), como la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (Acsoja) concluyeron que es posible producir de forma sostenible soja y otros cultivos en el Gran Chaco Argentino.
Soja: el norte argentino necesita fondos para avanzar más rápido
Estudian qué necesita la soja para ser sostenible en algunas regiones del norte argentino. El rol del maíz, el manejo y la infraestructura
El dato surge después de tres años de investigación en un trabajo que nucleó a doce técnicos a campo y seis coordinadores globales con un presupuesto que fluctuó entre los u$s 600.000 y u$s 1,5 millones, financiado por el Fondo de Innovación Territorial (LIF), integrado por varias compañías internacionales como Chemonics y la firma Cargill.
El proyecto, que fue presentado en Tucumán bajo el título de alianza estratégica, pretende sentar las bases para una serie de transformaciones económicas, sociales y productivas que deben incorporarse en la región con el objetivo de mejorar todos los parámetros y el manejo de cultivos en estas zonas.
La prueba que fue tomada durante más de una campaña, permitió avanzar sobre una zona sensible y todo su bioma donde se alternan factores de diversidad, agua, manejo de los bosques, insumos y el capital humano.
“Tratamos de abordar las tres patas de la región productiva que pasan por lo económico, ambiental y social, para una región que no solo abarca gran parte del norte de nuestro país, sino también el norte de Córdoba y la provincia de Santa Fe”, resumió Rodolfo Rossi, presidente de Acsoja.
Qué pasa en el Norte argentino
La base del estudio fueron 100 productores de los grupos Crea en una superficie cercana a las 250 mil hectáreas las cuales fueron cuantificadas por los indicadores limitantes que impactan sobre la productividad. “Vimos las brechas de rendimientos para intentar incrementar, en adelante, la productividad de los cultivos en base a los conocimientos aportados por científicos, especialistas del Inta y diversas universidades”.
Rotación
El análisis que facilitó la interpretación de qué tan sostenible es el cultivo de la soja en estas zonas agrícolas productivas, terminó mostrando que los resultados se obtienen cuando se nuclean varios cultivos y, en particular, cuando se observa al maíz como un antecesor a la siembra de la oleaginosa.
“Hemos potenciado las líneas de trabajo de los grupos Crea, acelerando acciones para abordar los esquemas sostenibles de manera integral, desde el productor al mercado y a través de un aprendizaje colaborativo por regiones”, explicó Guillermo García, líder de ambiente y coordinador de la mesa de intercambio agrícola de la asociación.
Este ingeniero cree que es posible la sostenibilidad por encima de la falta de infraestructura y otros parámetros, ya que se puede empezar por los buenos resultados ambientales, sumado al apoyo de empresas del sector que trasciendan en el tiempo y avancen sobre la innovación.
Al mismo tiempo, considera que el perfil de muchos productores agropecuarios del lugar está relacionado con una mejora constante, destacando que en temas productivo es visible el resultado obtenido en la reducción de brechas.
Procesos
“Este logro se alcanzó con tecnologías de proceso, por encima de los insumos. Es decir, se ajustaron las fechas de siembra y elección de los cultivares, antes que aplicar una mayor cantidad en el uso de fungicidas y fertilizantes”, destaco García, aclarando que en lo conclusivo el trabajo refleja una mejora paulatina productiva, aunque también, se alcanzó una mayor dimensión ambiental; ya que se está comenzando a producir más con la misma cantidad de recursos.
Las firmas que formaron esta alianza estratégica, pudieron mostrar que ambientalmente, muchos aspectos de proceso son mejores si se trabaja con empresas que cuenten con organigramas definidos y capacitaciones permanentes para el uso de agroquímicos. También cuando se documentan datos y –en particular- las zonas susceptibles de degradación.
“No todo es esfuerzo económico, sino que se trata encontrar herramientas de alto impacto para mejorar el resultado ambiental”, dijo.
Según Crea, en lo social la región necesita conocer más e informarse. Algo que se comprobó en los relevamientos iniciados sobre mayo de 2022 hasta la actualidad. Se pretende que el concepto dinámico de la sostenibilidad sea cada vez mejor y se adapte a los cambios permanentes.
“Tenemos un camino delineado, donde cada vez más actores se comprometen en hacer mejor las cosas”, enfatizó Guillermo García de CREA avalando que hay muchos movimientos y distintas formas de cultivar el suelo.
Por ahora, el proyecto de producción sostenible de soja en el Gran Chaco Argentino, es el centro de un acuerdo que incluye al maíz, el algodón y otros cultivos. Se apuntó que las brechas son del 15% en los ambientes de soja de mayor potencial y en los de menor rendimientos son mucho mayores. Están hablando de una región que en buenos años obtiene rindes superiores a los 3000 kilos por hectárea, aunque el promedio no supera los 2.600 ó 2.700 kilogramos por hectárea.
Después juega el campo propio o el alquilado, la distancia a los puertos, la diferencia con la zona núcleo y –en definitiva- el resultado negativo como la mayor variable.
Producción y ambiente
El estudio Acsoja - Crea, deja el planteo de mejorar la producción cuidando el ambiente, aprender a medir y obtener información que abarque no solo lo productivo, sino que también sume una dimensión social ausente que, -por momentos, se olvida del empleo, el trabajo digno, los contratos laborales, seguridad, higiene y otras herramientas no tenidas en cuenta.
“Hay biodiversidad que requiere ser analizada y se deben volcar más datos. Cada campo es un tema, hay regulaciones nuevas y la zona debe aprovechar los plazos para organizarse ante las leyes y el contexto internacional”, dijeron.