Cómo impacta la brecha cambiaria en la ganadería
Una devaluación de la moneda mejora la competitividad de nuestros productos en el exterior. Sucede que en el caso de la cadena de la carne, a diferencia del sector agrícola, la participación de la exportación no supera el 30 por ciento de la producción total y por otro lado, como en muchos otros sectores, no siempre se produce una transferencia plena al resto de los eslabones de la cadena.
Ahora bien, más allá de la devaluación que registra nuestra moneda contra el tipo de cambio oficial, existe una diversidad de cotizaciones que abren brechas muy amplias y, en efecto, son éstas las que marcan la devaluación real que percibe el mercado.
Mucho se habla del efecto retenciones pero poco de la brecha cambiaria. Si bien su efecto no es despreciable, especialmente para aquel ganadero que produce animales para exportación y percibe un ‘dólar carne' 9 por ciento inferior al dólar oficial, para el resto del mercado que tiene por destino el consumo interno, la mayor distorsión reside en la brecha cambiaria.
El origen de estas brechas resulta claro. En un país con fuerte propensión a la dolarización y estrictos controles para operar en el mercado oficial, la demanda no encuentra otra salida que volcarse al dólar paralelo. Incluso, con las limitaciones vigentes para operar el billete paralelo o ‘blue' durante este tiempo de cuarentena, esa demanda de dólares terminó canalizándose a través de la operatoria bursátil. Es así como tanto el contado con liquidación (CCL) como el dólar Bolsa (MEP) han tomado actualmente mayor dinamismo.
Hoy la brecha entre el dólar oficial (BNA) y el llamado dólar ‘Blue' supera el 75 por ciento lo que implica una ampliación de más de 50 puntos porcentuales en lo que va del año.
Sin dudas, la restricción de operar en billete no es la única causa de esta suba. Detrás de ella existe una elevada incertidumbre relacionada con la cuantiosa emisión monetaria que se está registrando, sin un claro mensaje de cómo terminará ‘esterilizándose' esa cantidad de pesos, una vez pasada la emergencia.
De algún modo, esta mayor brecha cambiaria refleja la expectativa del problema que enfrentará el mercado en los próximos meses. Es decir, anticipa la devaluación que sufrirá tarde o temprano el tipo de cambio oficial.
Si esta brecha que vemos hoy termina traccionando la cotización oficial hacia la paralela, es probable que hoy el sector ganadero esté ante una oportunidad de capitalización muy atractiva. Si analizamos el precio del ternero hoy en dólares, tomando un valor promedio de 110 pesos el kilo, al dólar oficial tendríamos un equivalente de 1,60 usd/kg mientras que al paralelo (‘Blue´) ese valor se reduce a 0,90 usd/kg. Es decir, aquel productor o inversor que tenga los dólares guardados, podría estar comprando un 40 por ciento más barato el kilo de ternero. A su vez, para quien no tiene los dólares y analiza la oportunidad de hacer una colocación en pesos, irse a kilos de carne le permite resguardar sus pesos al tiempo que genera una renta productiva. En efecto, en los últimos doce meses el precio del ternero aumentó un 63 por ciento contra una inflación interanual del 48 por ciento, al mes de marzo.
Sin embargo, cuando toda la cadena comienza a hacer esta misma lectura de mayor devaluación futura, rápidamente empieza a ajustar los precios elevando los costos estructurales de producción. En general, el precio de reposición tanto de insumos como de bienes de uso tiende a acompañar implícitamente el valor del dólar libre.
Ahora bien, ¿qué valores reaccionarán primero, los insumos o los productos? En este sentido, con una fuerte participación de consumo local cuyo poder adquisitivo, en general, muestra retrasos contra la inflación, posiblemente la velocidad de ajuste de los precios de la carne -y hacia atrás de la hacienda- termine siendo más lenta que la de los insumos que requiere su producción.
En definitiva, costos de la cadena que ajustan en función de las expectativas futuras de devaluación y un producto final que encuentra un techo muy duro de quebrar en el poder de compra del asalariado, podrían conducir a una pérdida directa del valor de compra del productor.
Sin dudas, tras la pandemia, ganar participación en los mercados externos será muy difícil si Argentina no logra mantener un tipo de cambio competitivo. Más aún de cara al elevado nivel de oferta que el resto de los países productores estará ávido de colocar. Sin embargo, mientras existan estos desacoples cambiarios s, el esfuerzo que está haciendo el consumidor local, soportando altas tasas de inflación, terminará derramándose entre los distintos eslabones de la cadena productiva sin llegar a plasmarse en una mayor rentabilidad para el sector.
China suspende compras a Australia
China suspendió el martes la importación de carne de cuatro productores australianos. Días antes, había amenazado con adoptar represalias comerciales si Australia exigía investigar los orígenes del coronavirus.
El ministro australiano de Comercio, Simon Birmingham, dijo que las suspensiones parecen basarse en “problemas altamente técnicos’’, algunos de los cuales datan de más de un año. El funcionario agregó que ya están en conversaciones con la industria para “formular una respuesta integral”.
El gobierno chino rechazó los llamados de Australia y otros gobiernos para que acepte una investigación internacional sobre el origen del coronavirus, que surgió en diciembre en el centro de China.
El embajador chino Cheng Jingye dijo el mes pasado al medio periodístico The Australian Financial Review que el país podría enfrentar un boicot chino a su turismo y exportaciones de vino, carne de res y otros bienes si el gobierno del primer ministro Scott Morrison seguía presionando hacia una investigación.
China es el mercado número uno de la carne de res australiana y representa casi 30% de las exportaciones de la nación.
Zhao Lijian, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, declaró que la pandemia no debería ser utilizada como una razón para “la manipulación política”’, alegando que podría interrumpir la prevención internacional de enfermedades.
El domingo pasado, fuentes del sector indicaron que China se está preparando para aumentar los aranceles a la importación de la cebada australiana.