El Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral dio a conocer los nuevos resultados del Ag Barometer Austral, un índice de confianza del productor argentino. El indicador se había desplomado en el mes de septiembre, en relación al máximo nivel de confianza alcanzado en el mes de julio. Esta tendencia profundizó y llegó en la edición de noviembre 2019 a un mínimo histórico.
El 76% de los productores prevé mal escenario en 2020
En varias ediciones del informe se había señalado que los productores veían en el presente una combinación de hechos (referentes a lo financiero y el acceso a crédito, fundamentalmente) que los volvía pesimistas respecto a su situación actual, pero a futuro vislumbraban buenas perspectivas para el sector. Esto ahora cambió por primera vez desde que se elabora el índice, y los productores se ven tan mal en el futuro como en el presente.
El informe lo atribuye a la incertidumbre respecto de las políticas a aplicar en relación al sector por parte del gobierno entrante, está haciendo mella en el ánimo y las expectativas de los productores agropecuarios.
El índice de condiciones presentes _que incluye las preguntas sobre la situación financiera actual y la oportunidad para hacer inversiones importantes hoy_ tiene un valor de 64, que no es el mínimo de la serie (el mínimo fue noviembre 2018 con un valor de 43) y se mantiene igual que la medición de septiembre 2019, luego de haber tenido en julio el valor máximo de 105.
El índice de expectativas futuras —que incluye percepciones sobre cómo estará su explotación a un año y percepciones de la economía agropecuaria en los próximos meses y en los próximos 5 años— es el que muestra el mayor deterioro cayendo de 80 en septiembre a 64 en noviembre, resultando en el valor mínimo de toda la serie. Esta caída es sustancial frente al valor de 158 de julio que resultó el máximo de la serie.
En el índice de condiciones presentes, un 39 por ciento de los productores manifiestan estar peor finan cieramente con respecto a un año atrás y 79 por ciento de los productores piensan que es un mal momento para realizar inversiones.
En las expectativas futuras un 55 por ciento de los productores piensan que de aquí a 12 meses sus empresas van a estar peor financieramente, obteniéndose un índice de 63 para esta pregunta. Es el peor de toda la serie histórica que en julio alcanzó un máximo de 140.
El 76 por ciento de los productores piensan que los próximos 12 meses serán malos tiempos financieros para el sector agropecuario y es la peor medición de toda la serie, con un valor de 48.
Un 61 por ciento de los productores esperan malos tiempos para los próximos 5 años. Este índice que siempre fue positivo hasta el mes de julio, ha experimentado desde septiembre hasta hoy una drástica caída, llegando a un valor de 79 en noviembre, el más bajo de toda la serie.
La incertidumbre política, el acceso al crédito y financiamiento y las retenciones, son los principales desafíos que enfrentan los productores para los próximos 12 meses, superando al clima que hace un año era la principal preocupación. Frente a esta realidad, el 67 por ciento de los productores ha utilizado alguna estrategia de cobertura de precios para la campaña 2019/20, y en todos los casos el nivel de uso de estas herramientas es mucho mayor al año previo: 53 por ciento forwards, 52 por ciento futuros, 46 por ciento negocios a fijar por Chicago y 46 por ciento put.
Carlos Steiger, Investigador del Centro de Agronegocios de la Universidad Austral, destaca que "a pesar de las malas expectativas y la incertidumbre en torno a la cuestión política, más de la mitad de los productores, aún en este contexto, manifiesta que invertirá lo mismo o más que el año pasado. Solo un 14 por ciento de los productores manifiesta que su inversión por hectárea será en este ciclo menor al de la campaña pasada. En general, el productor tiene una voluntad de mantener la productividad y el paquete tecnológico".
La ganadería argentina presenta buenas perspectivas de rentabilidad para casi todas las actividades. Esto es el resultado del incremento de las exportaciones a niveles récord, fruto de la demanda China, que pareciera no tener techo en el corto plazo. El factor dinamizante de China tiene un notable impacto, a punto tal que en el mes de octubre las exportaciones de carne sumaron 96.000 toneladas con subas del 20 por ciento mensual y 60 por ciento interanual, que superan al valor máximo alcanzado en noviembre de 2005 (habría que remontarse a la década de los 60 para encontrar volúmenes similares). Este año se espera superar las 800.000 toneladas de exportaciones.
El problema que se plantea es el impacto sobre los precios internos, golpe que se traslada a los consumidores. Se provocó una caída del 10 por ciento en el consumo per cápita, aunque el consumo agregado de todas las carnes (vacuna, pollo, cerdo) se mantiene en los 110 kilogramos per cápita.
En este contexto, los productores manifestaron ser optimistas en cuanto a la rentabilidad de las actividades ganaderas; la excepción son los feedlots, donde los márgenes han caído como resultado de una relación desfavorable gordo/invernada (agravada por la estacionalidad) y la relación de precios granos/hacienda gorda. Estos factores provocaron que el porcentaje de ocupación de los feedlots sea bajo y hace presumir una menor oferta de hacienda para faena en los próximos meses.
Aún existe la percepción de riesgo frente a las autoridades que asumirán el 10 de diciembre. Se teme que quieran volver a las prácticas del 2006 (retenciones, cuotificación, ROE rojos, etc.), lo cual alteraría este panorama optimista para los productores.