El mercado porcino entra en zona de sobreoferta
Por Lizi Domínguez
Los efectos del Covid-19 llegaron a la cadena del cerdo, con mayor intensidad en algunas provincias que en otras. Mientras caen la faena y el consumo con la consecuente sobreoferta y caída del precio, los productores piden medidas al gobierno para sortear la crisis y apuestan a la exportación como salvavidas.
La cuarentena obligatoria significó un freno a la faena de cerdos, que había subido en enero, se estabilizó en febrero y cayó un 3 por ciento interanual en marzo, con mayor impacto en las provincias de mayor concentración. "Lo sucedido en este último mes sólo puede explicarse por los efectos del Covid-19 y de las duras medidas adoptadas por el gobierno para contener la evolución del virus", señalaron los economistas Valentina Rossetti y Juan Manuel Garzón en el último informe de coyuntura del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral), de la Fundación Mediterránea.
Los especialistas notaron que "la producción de animales difícilmente pueda haber caído en esa magnitud (3 por ciento), por lo que la baja de la faena se explicaría por un (inesperado) menor nivel de actividad (recibo de animales) de algunas plantas frigoríficas".
El informe da cuenta de que menor nivel de actividad de la industria frigorífica porcina durante el mes de marzo se verifica en 3 de las 4 provincias líderes del país. En Buenos Aires, jurisdicción que concentra más de la mitad de la faena nacional (51 por ciento en 2020), la cantidad de animales faenados bajó un 5 por ciento interanual, similar caída mostró Córdoba (16 por ciento de la faena nacional), mientras que en Entre Ríos (4 por ciento de la faena) el ajuste fue del 9 por ciento.
El año pasado sólo en tres provincias argentinas, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos, se generaron "excedentes", tanto de producción de animales como de carne de cerdo, es decir, disponían de una "escala" productiva (granjas y plantas de faena) suficiente como para más que garantizar a cada uno de sus habitantes los 14,6 kilos per cápita que se consumen en promedio a nivel nacional.
Otras tres provincias (San Luis, La Pampa y La Rioja) disponían de los animales suficientes, pero no de la capacidad de faena necesaria para llegar al consumo promedio país; Buenos Aires contaba con las plantas industriales, pero no con los animales suficientes; finalmente, 17 jurisdicciones (incluyendo Caba) no disponían ni de los animales ni de la estructura de faena.
Consumo
En tanto, el consumo doméstico de carne de cerdo cayó por los efectos de la pandemia, y es una tendencia que se mantendrá durante el presente mes, se estimó en un informe de Farías Consultores. Esta situación hace pensar a los privados en la exportación como desarrollo sectorial.
El freno que impuso la cuarentena a la faena de cerdos, sumado a la caída del 3,6 por ciento registrada en el consumo de carne porcina en enero y febrero versus igual período de 2019, llevó a los productores pecuarios a reclamar acciones concretas por parte de las autoridades para sortear la crisis sanitaria y económica, y generar los incentivos necesarios para exportar producción desde las granjas porcinas en la segunda mitad de 2020.
Desde el sector de producción de carne porcina se indicó que actualmente sobran cerca de 125 mil cerdos, principalmente por la caída del mercado interno tras el aislamiento obligatorio impuesto desde el 20 de marzo pasado.
Los números oficiales refieren una caída en el gasto de la población de 13,84 kilos anuales per cápita atento al consumo de enero-febrero. En dicho período despegaron las exportaciones, con ventas por 4.842 toneladas, una cifra que reporta un alza interanual del 44 por ciento.
Sacrificio
En el último año, los productores porcinos de Argentina invirtieron 80 millones de dólares en ampliar su capacidad productiva. De esta manera incorporaron a sus planteles 13 mil nuevas madres y así alcanzar un stock a nivel país de 271.000 cerdas en producción.
Ello significó redoblar esfuerzos ante la caída en el stock de 5.000 madres en 2019, como consecuencia de la sequía de la campaña agrícola 2017/2018 y la crisis económica desatada entre mayo y agosto de 2018".
Ahora, en el nuevo contexto de pandemia, los esfuerzos pasan por administrar la crisis y encontrar compradores ante la sobrepoblación en las granjas y establecimientos.
Es que "en los últimos días han circulado informaciones de productores que no conseguían compradores para su producción. Al no faenar, los capones entran en una etapa de alta ineficiencia en la conversión del alimento a carne y desmejoran parámetros de calidad ligados a los gustos y preferencias del consumidor (por ejemplo, cantidad de grasa)", señala el informe de la consultora Farías.
"Ello implica menores precios a la hora de la venta y en casos extremos la necesidad de sacrificar los animales debido a una pérdida de dinero creciente", agrega el texto. A ello se suma la fuerte crisis económica que asoma en Brasil, junto a la caída en los precios internacionales de la carne de cerdo producto de una menor demanda mundial de este tipo de proteína animal.
Para colmo de males, a la par de la caída de las ventas y la necesidad de atender un mayor consumo en los rodeos porcinos por el parate impuesto a la faena, tal como refiere la cartera de Agricultura, también se constató en marzo pasado un incremento del 13 por ciento en la relación que existe entre el precio del maíz y el valor del capón.
Expectativas
Luego de un abril caótico y con una demanda que decrece, se espera que este mes el sector porcino siga el mismo camino. Sin embargo hay expectativas con China, que últimamente reactivó importaciones del producto, aunque a nivel local se requieren protocolos para la normalización de las actividades económicas, a la vez de medidas económicas como créditos y desgravación fiscal.
"Se necesita apoyo para la colocación del excedente en mercados externos, sobre todo aceitar la logística exportadora de los productores de menor escala. Sería una solución parcial para aliviar el exceso de producción y sacar momentáneamente el stock sobrante de cerdo", concluyeron desde la consultoría.
La coyuntura porcina, en el mostrador
Las entidades de productores porcinos de Argentina comunicaron que “ante la actual coyuntura provocada por la pandemia de Covid-19, la cadena de producción y comercialización de carne de cerdo está en condiciones de ofrecer el sobre stock temporal para que llegue a la mesa de la mayor cantidad de familias argentinas a precios accesibles”. En los mostradores se venderán cuartos traseros y delanteros del cerdo (paleta y jamón respectivamente) a menos de $155 el kilo al consumidor. “En un contexto de inestabilidad de precios de los alimentos, el sector porcino quiere ser parte de la solución, acercando esta propuesta a toda la sociedad porque entiende que la carne de cerdo es una alternativa rica, saludable y principalmente económica”, indicaron la Asociación Argentina Productores de Porcinos, Pormag y Gitep , junto con las cámaras de Santa Fe, Entre Ríos, Buenos Aires y Córdoba.