Miguel Angel Tudino, presidente del directorio de Tandanor, disertó en el webinar promocionado por el Encuentro Argentino de Transporte Fluvial presentando propuestas del astillero, además de la actualidad de la industria naval argentina. Planteó como oportunidad a corto plazo “recuperar la bandera Argentina con un proyecto de transporte nacional, mejor infraestructura portuaria, moderna, ágil, con una matriz de transporte integradora”.
Los astilleros dan batalla en la recuperación de la industria naval nacional
Para tomar conciencia de la realidad del sector, el directivo se remontó a la década del setenta, cuando la industria naval tenía unos 20 mil trabajadores y lamentó que hoy esta cantidad se haya reducido ostensiblemente a 3 mil.
De las 2.539 barcazas que circulan por la hidrovía, un 71% corresponden a Paraguay, 9% son de Argentina, 11% de Bolivia, 1%de Brasil y 8% de Uruguay. “Esto nos debe llevar a reflexionar cómo es que Paraguay se convirtió en la flota fluvial más importante de América Latina”, acotó Tudino.
Desde el punto de vista de las cargas transportadas por la hidrovía, y en base a datos de Prefectura Naval, Tudino trazó una serie histórica de la actividad fluvial y marítima en toneladas de los últimos años y “vemos cómo aumenta cada vez, y ya estamos prácticamente pasando las 125 millones de toneladas anuales”.
El directivo de Tandanor presentó otro gráfico con la distribución de la carga por rubros, un índice de actividad fluvial y marítima con datos de la Prefectura, “que nos ayudan a pensar qué tipo de acciones tiene que tener la industria naval, dónde tiene mercado y dónde verdaderamente tenemos que poner las energías y los esfuerzos para poder conseguir un espacio de inversión y desarrollo”, observó.
En los rubros de cargas, la agricultura y los alimentos se llevan prácticamente el 90% de los productos, es decir “que tenemos que trabajar sobre esos espacios como para poder tener una inserción en ese transporte y en ese mercado”. En la distribución de descargas vemos cómo cambia rotundamente el tipo de actividad y de productos. Ahí vemos cómo crecen los químicos y fertilizantes que ingresan a la Argentina y también eso nos ayuda a pensar de alguna manera de qué está dotada la Argentina y cuáles son sus falencias sus necesidades”.
De los datos sobre el movimiento de convoyes de barcazas tanto diario como mensual y anual “podemos sacar una noción muy clara de la cantidad de barcazas que están navegando y cuánto hemos perdido de la posibilidad de construir esas barcazas a partir de determinaciones que se tomaron, de situaciones impositivas de facilitamiento que hizo el gobierno de Paraguay a determinados emprendedores. La Argentina eso lo está pagando con una baja en la posibilidad de generar trabajo a la industria naval”, sentenció Tudino.
El directivo de Tandanor aseguró que hay remolcadores de 1000 Hp y de 7000 Hp que se podrían fabricar en el país “porque hay experiencia de embarcaciones fabricadas de este tipo, y consideramos que somos una oferta válida para tomar ese mercado y poder desarrollarlo. No sé si somos competitivos en precio, pero tenemos que trabajar eso y en la post pandemia creo que va a cambiar de alguna manera el escenario, y va a plantear estos desafíos para que se pueda recuperar la industria nacional”, auguró.
Lo mismo postuló respecto de barcazas construidas en tandanor tanto para combustibles como para cereal. “Tenemos vasta experiencia y esto se puede replicar si las condiciones para eso están dadas”.
Tudino mencionó aquí el proyecto en conjunto con el Centro de Patrones y Oficiales Marítimos y la Cámara de la Industria Naval Argentina, para la construcción de un remolcador a gas natural comprimido. Hablando de construcciones navales, también mencionó un prototipo de Tandanor de un buque hidrográfico con proyección I+D, y rescató, pensando en la industria naval, los denominados buques escuela, una iniciativa paralizada que “estamos convencidos de que tenemos que continuar, al igual que las lanchas Lica, que están construyendo en el Astillero Río Santiago, con el que vamos a colaborar y multiplicar esfuerzos para que se puedan terminar porque eso genera actividad en la industria naval”.
Por otra parte, Tudino lamentó que pese a la experiencia de los astilleros, las reparaciones navales, que son competitivas y generan mucha mano de obra, no son posibles por problemas de infraestructura, que impiden el ingreso de buques de gran porte como los Panamax.