Este verano se ubicó dentro del 10% de los más secos que se tengan registros en la provincia”. Así arrancó la licenciada en Ciencias de la Atmósfera del Instituto de Clima y Agua de Inta Castelar, Natalia Gattinoni, para dar el marco sobre el que arrancará la próxima campaña de granos finos, que estará marcada por una neutralidad en el fenómeno La Niña que se expresará en “un segundo trimestre con lluvias normales o superiores a la media”, aunque con “temperaturas más cálidas, especialmente en el centro sur santafesino”, precisó.
Ciclo 2023/24: el agua vuelve, pero no sobra
Por Sandra Cicaré
En el marco de un webinar sobre “Perspectivas climáticas en Santa Fe para la campaña 2023/24”, organizado por Inta Oliveros y coordinado por el director del Centro Regional Santa Fe de Inta, Alejandro Longo, la especialista explicó que “desde marzo estamos transitando la neutralidad de la Niña”, que “da esperanzas de más precipitaciones”, indicó.
El fenómeno que provocó una de las peores sequías de los últimos 60 años en el país y se prolongó casi por tres campañas, tuvo una fase más aguda desde mediados de 2022 y principios de este año. Esto se podría revertir a partir de la neutralidad y el tránsito hacia un período Niño, aunque muy lentamente.
“Hay chances de un Niño pero no se puede confirmar a esta altura del año”, aclaró Gattinoni ante la ansiosa consulta de los productores. “La gran mayoría de los modelos tanto estadísticos como dinámicos coinciden en que se va hacia aguas más cálidas y eso da mayores chances a partir de la segunda parte de este año de ir hacia condiciones Niño”, dijo y explicó que a medida que baja la neutralidad sube por encima del 50% esta primera chance.
De ese modo, “hay que ver la segunda parte del año con mucha cautela porque está en juego la barrera de la primavera en el Hemisferio Norte”, aclaró.
Un trimestre más benévolo
De todos modos, en lo inmediato la situación mostró un giro sobre fin de marzo. “La provincia tiene chances de transitar un próximo trimestre con lluvias normales o superiores a las normales, aunque con temperaturas más cálidas, especialmente en el centro sur, donde será un período más cálido”, adelantó la especialista de Castelar.
Este cambio permitirá aportar algo de humedad a los perfiles que venían muy deteriorados. Según Gattinoni si bien algunas precipitaciones registradas desde julio pasado en zonas del norte provincial, como Reconquista o Rafaela, permitieron mejorar en forma mínima la situación de los suelos, desde noviembre “la provincia se volvió color rojo”, dijo en alusión a la profundización de la sequía. “En casi todo el territorio había menos del 20 o 30% de agua respecto del mínimo disponible”, especificó.
Además de aportar humedad a los perfiles que venían muy deteriorados, las temperaturas más altas pondrían un freno a las heladas que podrían afectar a los cultivos de segunda más rezagados, es decir que se sembraron en forma tardía por la falta de agua, consideró la especialista.
“Esto para soja o maíz que se sembraron en forma tardía puede ser más beneficioso”, apuntó.
De ese modo, Longo indicó que es clave “la planificación para afrontar la próxima campaña” para considerar tanto el tema de las temperaturas como el agua útil.
Sobre ese tema, el titular del Centro Regional Santa Fe de Inta, se hizo eco de la preocupación de muchos productores, que pese a encontrarse con la llegada de lluvias, no ven una modificación muy sustancial en el panorama de cara a la próxima siembra. “Las lluvias de marzo fueron importantes, pero todavía no recuperamos agua útil en el suelo, algo que nos pone un semáforo amarillo respecto de la cantidad de humedad en los perfiles para afrontar la siembra de cultivos de invierno”, aclaró Longo.
En ese sentido, Gattinoni fue precisa. Explicó que “si bien se va a transitar la neutralidad de La Niña con más precipitaciones, habrá que seguir muy de cerca, mes a mes, las actualizaciones climáticas”.
Explicó que los cambios en la temperatura del océano que se acentuaron en diciembre hasta marzo, cuando las aguas comenzaron a calentarse _un fenómeno que se vio acelerado en febrero_ provocaron esta retirada de La Niña y el ingreso a la fase neutral que podría extenderse hasta pasada la mitad de año. “Las previsiones indican que es probable entre un 60 y 80% que para mayo, junio y julio predomine la fase neutral”, agregó
Estos estudios se pueden predecir mediante el análisis del Fenómeno Niño Oscilación Sur (Enso en inglés), “que tiene una periodicidad de 3 a 5 años y es una de las interacciones entre océano y atmósfera con gran impacto en nuestra región”. En rigor, explica la variabilidad de las lluvias y las temperaturas.
“Niña, fase neutral y Niño caracterizan este Niño oscilante”, detalló la meteoróloga quien explicó que las proyecciones con las que trabajan en Inta están basadas en estudios nacionales e internacionales del ámbito público, entre el que se destacan las del Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
La previa
Gattinoni hizo un detallado panorama de la historia de la sequía que golpeó al país en las últimas tres campañas, con un fuerte epicentro en Santa Fe y Entre Ríos, para dar cuenta desde donde tendrá que arrancar el productor la próxima campaña.
“Llegamos a marzo, no había lluvias y todo estaba gobernado por La Niña que nos acompañaba y cuya mayor señal la dio hacia fines del año pasado”, explicó.
También recordó que hubo lluvias en el centro de la provincia que resultaron escasas para entre el 60% y 80 % del área. La especialista mostró cómo los mapas de humedad a 1 metro y 2 metros de profundidad en la provincia del mes de noviembre de 2002 mostraban un color rojo intenso, que daba cuenta de la escasez de agua en los perfiles, comparados con el azul de marzo del año pasado.
“El verano (diciembre-enero y febrero) fue de lluvias deficitarias en gran parte del territorio de la provincia”, dijo y “si bien hubo algunos eventos no permitieron cubrir las condiciones requeridas”, agregó.
Esto estuvo acompañado por temperaturas altas “lo que jugó un papel muy importante porque dio paso a condiciones estresantes desde el punto de vista técnico para los cultivos”, agregó.
Un conjunto de fenómenos
Con el cambio de tendencia y la aparición de la neutralidad, el escenario sería más benévolo por la presencia de mayores precipitaciones. Gattinoni explicó que aún no hay condiciones para indicar que se puede desatar un fenómeno Niño, y explicó que los meteorólogos están atentos a un conjunto de eventos que influyen en la atmósfera a distintas escalas de tiempo que pueden acentuar determinadas condiciones, favoreciendo la entrada de frentes fríos o precipitaciones. Se refirió a Enso, pero también a la oscilación de Madden Julian, el Dipolo del Océano Indico (IDO), el Modo Anular del Sur Oscilación Antártica (SAM) y a la temperatura de la superficie de los océanos.
A priori, y de corto plazo, indicó que además de las lluvias de esta última semana, recién en a partir del 12 o 13 de abril se aguarda otro sistema frontal con descenso temperatura para la región.
Finalmente explicó que los fenómenos extremos como los que se vivieron con la última sequía, “entran dentro del contexto de cambio climático”, que se dará en las próximas décadas. “Hay evidencias de calentamiento global que da indicios de que puedan ser mas frecuentes estos eventos o también de lluvia, es un alerta que tenemos”, indicó y “pueden llegar a repetirse”, concluyó.