Los números lo confirman. La ola de calor que azotó a gran parte del país, impactó en el campo. La Bolsa de Rosario (BCR) prevé una producción de 57 millones de toneladas para el maíz, es decir dos millones menos que en enero y 49,5 millones de toneladas para la soja del ciclo 2023/24. “La ola de calor ha tenido su impacto sobre el potencial de rinde de la gruesa”, resaltaron.
Confirman que la ola de calor redujo los rindes de soja y maíz
Este escenario podría a futuro darle un poco más de ritmo a los precios en un mercado que en las últimas semanas se mostró bajistas por factores internos y externos.
Por una lado, la reducción de la brecha cambiaria desalentó a los compradores que encuentran menor capacidad teórica de pago y por tanto, a ofrecer menores precios; y por otro lado, a una previsión de incremento de producción de soja en Estados Unidos, en detrimento del maíz y un escenario de mejores stocks.
Así lo estimó el analista de mercados de Universidad Austral, Dante Romano, en su reporte semanal.
A mitad de semana, en su informe mensual de estimaciones nacionales la Guía Estratégica para el Agro de la (BCR) explicó que la ola de calor excluyó la posibilidad de una súper campaña de soja, además de obligar a un ajuste negativo en maíz. En virtud de la condición del cultivo, la primera estimación apunta a una cantidad “por debajo de lo esperable” en las primeras proyecciones, lamentó la entidad.
Indicó que hasta mediados de enero la mejora hídrica en los perfiles de los suelos en gran parte del área productiva argentina hacía creer que se superarían cómodamente los 50 millones de toneladas. Pero a partir del 17 de enero se instaló una ola de calor muy larga y severa que dio vuelta el escenario, y el deterioro de los cultivos llevó a un fuerte recorte de 2,5 millones de toneladas, que no fue mayor gracias a las lluvias de entre el 7 y el 14 de febrero.
En cuanto a la soja de segunda, la situación sigue muy delicada: El golpe de calor ha dejado daños generalizados en la región pampeana: hubo caídas en los rindes potencial del orden de 40% a 60% y numerosas áreas pérdidas que llevan a estimar un área no cosechable de 750 mil hectáreas.
La estimación de febrero también tiene en cuenta un ajuste en el área nacional de siembra de 100 mil hectáreas. Con una superficie sembrada de 17,3 millones de hectáreas -8,3% más que el año pasado- y un rinde promedio nacional de 29,9 quintales por hectárea, la BCR estimó la producción en 49,5 millones de toneladas, 19,5 millones más que el “malogrado” ciclo anterior (sólo 20 millones).
La ola de calor también impactó en el maíz, advirtió la entidad, que estimó una caída en la producción de 3,4%, frente al guarismo de enero. Con un rinde de 76,9 quintales por hectárea a nivel nacional, se prevé una producción de maíz 2023/224 de 57 millones de toneladas, con un recorte de dos millones respecto de enero.
Al igual que en la soja, las expectativas al 17 de enero eran muy distintas, el ambiente de alta producción también hacía pensar en una excelente campaña maicera.
En los maíces tempranos, que representa 35% del total sembrado, el golpe de calor que podría dejar pérdidas de 10% a 15% respecto del rinde esperado en las áreas más afectadas. En los tardíos hay grandes niveles de daños, que llegan a superar 50% del rinde potencial y hay una gran incógnita respecto del resultado que pueda concretarse; mientras que los tardíos que se sembraron más tarde fueron beneficiados por las lluvias de la segunda semana de febrero.
Sin embargo, completó, “es muy importantes que reciban nuevos aportes en los siguientes días para afirmar la recuperación y sostener el potencial de producción maicera 2023/24”.
Centro norte de Santa Fe
Las irregulares precipitaciones que se registraron durante las semanas anteriores marcaron situaciones distintas de los cultivos de soja tardía y de maíz tardío en el centro norte de Santa Fe. El último informe del Sistema de Estimaciones Agrícolas (SEA) para el Centro Norte de la Provincia de Santa Fe que elabora la Bolsa de Comercio de Santa Fe junto al ministerio de la Producción de la provincia consigna la existencia de cultivos de soja tardía y maíz tardío, en diferentes estados fenológicos y con síntomas de déficit hídrico, en los departamentos General Obligado, San Javier, Las Colonias. Esta región tuvo precipitaciones de bajos montos, escasas o nulas y las temperaturas elevadas.
En tanto, se observaron indicadores y reacciones favorables en maíz temprano y soja temprana, en distintas etapas fenológicas de fructificación, en los del centro y sur del área de estudio. Después de las lluvias se revirtieron los síntomas de estrés hídrico y térmico, los diferentes cultivares se encontraron en estados bueno a muy buenos, así como también se verificaron algunos excelentes.
En el centro y sur de Santa Fe el proceso de cosecha del girasol se concretó a buen ritmo durante toda la semana, favorecido por las condiciones ambientales.
Un escenario bajista
Esta semana los precios de los principales cultivos operaron mayormente en baja en el mercado de futuros de Chicago, ante la presión de una abundante oferta. El trigo está presionado por los abundantes suministros del Mar Negro, y la dura competencia por el negocio mundial de exportación. No obstante, los operadores se preguntan si las nuevas sanciones de Estados Unidos contra Rusia podrían poner un piso a las pérdidas. Por su parte, el maíz anotó pérdidas por la abundante oferta estadounidense y las buenas perspectivas de las cosechas sudamericanas.