Ni tanto, ni tan poco. Las últimas lluvias representaron un alivio para el cultivo de trigo en pleno avance, pero la aparición de heladas tempranas, episodios de granizo y fuertes vientos, esmerilaron las ventajas del agua.
El agua llegó pero benefició parcialmente al trigo
Los sistemas de estimaciones agrícolas de todo el país ya comenzaron a realizar números. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires, prevé que se perderán unas 800 mil toneladas de la campaña fina respecto de las proyecciones realizadas al inicio del ciclo y se cosecharán 15,4 millones de toneladas de cereal. “Los daños producidos por las heladas y por la sequía que atravesó el ciclo del cultivo durante los meses de invierno” serían los responsables de esta baja. No obstante, la entidad indicó que “dado que varias zonas bajo análisis aún no terminan de evaluar los daños producidos, sumado a que los pronósticos alertarían nuevos eventos de bajas temperaturas, no se descartan futuros ajustes en las próximas semanas”.
La Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Rosario también indicó que sólo el 30% del trigo en la región núcleo alcanzaría los 35 quintales por hectárea (qq/ha). “Las lluvias, mejoraron los cuadros muy buenos pasando de 20 a 30% y con expectativas de 30 a 40 qq/ha, son los únicos que lograrían generar beneficios económicos al productor”, indicó.
Las lluvias acumuladas durante los dos últimos días de la semana llegarían en el área que releva GEA entre 40 y 60 milímetros.
“A mediados de julio, a un mes y medio de comenzada la siembra de trigo, se estimaban rindes potenciales para toda la región núcleo que iban de 35 a 40 qq/ha, pero la sequía, la menor fertilización y las últimas heladas fueron los principales factores que dañaron las posibilidades productivas y solo un 30% del área hoy aspira a alcanzar ese nivel de rinde”, puntualizó GEA. De todas maneras, la situación era peor. “Hace una semana ese porcentaje era solo el 20%. “, agregó.
“Las lluvias de los últimos eventos llegan para detener la caída del rinde y podrán capitalizarse en peso del grano si cesa el agua y aparece el sol”, indicaron los técnicos de GEA. En esta semana aumentaron los cuadros en muy buenas condiciones y ahora son ese 30%. Y son esos lotes los que podrían alcanzar rindes de 35 qq/ha (30 a 40 qq/ha), siendo la única porción sembrada que dejaría un beneficio económico al productor. Del resto, el 40% de los lotes se los considera entre regulares a malas condiciones. Allí, las expectativas señalan rindes de unos 15 qq/ha (10 a 20 qq/ha). El 30% de los cuadros son considerados como buenos y se espera un rinde de 25 qq/ha (20 a 30 qq/ha).
Eventos extremos
Por otra parte destinó un capítulo especial a lo que ocurrió en El Trébol, María Susana, Crispi y María Juana donde la presencia de granizo dañó a los cultivos emergidos de maíz y a los de trigo y aparte de daños en vivienda y la infraestructura vial. “En María Susana hay pérdidas del 100% en trigo y maíz y los daños en trigo van desde 100% a valores de 30% según cada lote en El Trébol”, detalló GEA.
Respecto a rindes, en el centro sur de Santa Fe, donde se ubican los lotes en peores condiciones, en Carlos Pellegrini esperan un promedio de solo 12 qq/ha. En la zona de Gálvez las lluvias en cambio podrían hacer que el cultivo alcance los 30 qq/ha. En el sudeste de Córdoba, Marcos Juárez estima 20 qq/ha. Hacia el noreste de Buenos Aires, el efecto de la falta de agua se conjugó con las heladas y hay entre un 15 a un 20% de los cuadros perdidos. Los que están buenos, puede alcanzar 25 qq/ha de promedio. La situación mejora para el lado de Wheelwright, Colon, Arbolito donde hubo algo más de lluvias y allí la caída de los rindes potenciales son del 15 al 20%. En el sudeste de Santa fe, están los mejores lotes. En Bigand se espera que el trigo alcance un rinde medio de 40 qq/ha.
Soja avanza lenta
Por otro lado, al ritmo de las lluvias, avanza lenta la siembra de soja. A la fecha hay sembradas en la región 471.500 hectáreas, que representan el 12% del área de soja de primera proyectada para esta campaña (4,1 millones de hectáreas).
Este avance viene apalancado por los productores de mayor hectareaje, que por cuestiones de logística necesitaban comenzar rápidamente con las labores, En cambio, los productores chicos se mueven con mucha cautela por las condiciones climáticas de lluvias y bajas temperaturas que se están dando, y han decidido diferir la siembra para la próxima semana próxima que se espera mejores condiciones climáticas.