Los vaivenes del clima inquietan a los hombres de campo. La llegada de El Niño y su impacto sobre la producción agropecuaria marca el escenario de la nueva campaña 2023/24. Según las últimas actualizaciones, este fenómeno pasó de fuerte a moderado. “El Niño se ha convertido en una pieza crucial en la ecuación que moldea la producción agropecuaria en la región núcleo de Argentina. Desde la Bolsa de Comercio de Rosario se viene monitoreando de forma muy pormenorizada, generándose diversas actualizaciones sobre su influencia en la campaña agrícola 2023/24, así como los desafíos y oportunidades que enfrentan los productores en este escenario dinámico”, explicaron desde la entidad.
El Niño pasa a moderado y el foco está en las lluvias
Suelos. La falta de humedad condiciona la siembra de trigo.
Cristian Russo, jefe de la Guía estratégica para el Agro (GEA), resaltó que “El Niño es un fenómeno complejo que va más allá del cambio de temperatura en una zona precisa del Pacífico”. Explicó: “El índice trimestral de El Niño no solo mide la temperatura, sino que también considera otros factores, como los vientos, que influyen en el transporte de humedad hacia la región sur de América”.
El último reporte de GEA señala que estas erráticas precipitaciones afectarían al trigo. “La falta de agua deja 150.000 hectáreas regulares” del cereal, se trata del 15% de los lotes de la región núcleo que ya presentan signos de estrés hídrico.
“Hay pérdidas de hojas basales y sectores del lote con pérdidas de plantas” y las lluvias pronosticadas para esta semana eran claves para mantener el potencial del rinde, pero fallaron en cantidad.
Por otra parte, “los pronósticos muestran un evento de lluvias más importante durante el cambio de quincena pero con poca probabilidad de que las precipitaciones rompan la distribución lógica del semestre frío”, dice el consultor Alfredo Elorriaga.
Es por eso que desde GEA plantean observar esta campaña con una lupa que analice también el largo plazo. Russo precisó que los mercados agrícolas encontraron en el índice trimestral de El Niño una herramienta crucial para anticipar el comportamiento climático a seis meses vista. “La última información indica que estamos experimentando una transición, con El Niño pasando de una fase fuerte a una moderada”, resaltó.
En la región, en 15 días 150 mil hectáreas de trigo pasaron a estar en condición regular y si bien el 40% de los lotes aún se conservan en buen estado y un 45% muy buenos, si las lluvias no llegan en volumen suficiente “con el transcurso de los días los requerimientos del cultivo se incrementan”, indicó GEA.
Hay un 5% de los cuadros que ya ingresaron en encañazón y el resto se reparte entre pleno macollaje (80%) e inicios de macollaje (10%) y dentro de ese universo “hay lotes en los que comienzan a detectarse signos de estrés hídrico” indicó el reporte de GEA. Puntualizó que en la zona de Carlos Pellegrini y más al sur provincial como Bigand y San Gregorio, si bien el trigo mantiene una buena condición, hace falta agua para que sigan así. También indicó que “donde no hubo un buen manejo del barbecho aparecen rodeos con efectos por la falta de agua”. En el noroeste de Buenos Aires, como en General Pinto empiezan a verse trigos con hojas basales desecadas y en el noreste bonaerense, como en San Pedro y Baradero, si bien está en muy buenas condiciones, están esperando la lluvia para mantener esa condición.
Una marca
GEA consideró que esta evolución de El Niño tendrá implicaciones directas en la temporada agrícola 2023/24 en la región núcleo, a partir de octubre. Los productores agrícolas enfrentan desafíos considerables debido a la falta de agua. Si bien las previsiones iniciales proyectaban un fenómeno El Niño fuerte, la realidad actual muestra una moderación. Esto significa que si bien habrá un aporte de humedad a la región, otros factores como efectos regionales cobrarán mayor relevancia en las precipitaciones.
Además, se señaló que la posibilidad de sumar 300 mil hectáreas a la siembra maicera parece cada vez más lejana debido a la falta de agua. La estrategia de siembra se ve influenciada por las lluvias de agosto y septiembre, y la siembra tardía se considera cada vez más como una alternativa viable. Los costos elevados y el atraso en las lluvias también afectan la compra de insumos, como fertilizantes, lo que impacta la rentabilidad de los productores.
El último reporte de GEA muestra que las intenciones de siembra maiceras de la nueva campaña “están bajo la lupa, aunque sin cambios por el momento”.
“En general no se reportan cambios respecto a una semana atrás, pero los asesores zonales coinciden en que la superficie maicera está fuertemente condicionada a la evolución de los precios de los insumos, las condiciones climáticas y otros factores económicos”. El productor que tiene la semilla seguro va a sembrar y a lo sumo tendrá que rever la fecha.
Lo que quedó de la seca
En cuanto a los rendimientos del maíz tardío en la campaña 22/23, los resultados han sido decepcionantes, con una caída significativa en las expectativas. La falta de agua ha llevado a una pérdida del 70% de la productividad potencial en comparación con un año normal. Los pronósticos a corto plazo muestran poca probabilidad de precipitaciones significativas en la región pampeana durante la primera quincena del mes, lo que agrega incertidumbre a la situación.
“A pesar de estos desafíos, hay un rayo de esperanza. El Niño moderado sigue presente, y su contribución de humedad será crucial para compensar las deficiencias causadas por la sequía. Si bien la intensidad del fenómeno ha disminuido, su presencia es un activo valioso para los agricultores”, se indicó.
Por otra parte, la implantación de girasol en el centro y norte de la provincia de Santa Fe tuvo esta semana un fuerte avance debido a la disponibilidad de agua útil en la cama de siembra, por lo cual se llegó a cubrir el 30% de la superficie estimada para la actual campaña, que será levemente superior a la anterior, reseñó el informe semanal que elaboran el Ministerio de la Producción provincial y la Bolsa de Comercio de Santa Fe. Se precisó que esta semana se llegó a la siembra de 39.780 hectáreas de un total estimado de 132.600 hectáreas, es decir 8.400 más que en la campaña 2022/23.
En cuanto a la cosecha del maíz tardío o de segunda, esta semana llegó al 75% del total, con un adelanto semanal de 10 puntos y un retraso de 15 puntos en comparación con igual período de la campaña anterior.
Los rendimientos promedio obtenidos hasta el momento para el maíz de segunda fueron desde mínimos de entre 7 y 9 quintales y máximos de entre 30 y 45 quintales, con algunos sembradíos puntuales que alcanzaron entre 50 y 75 quintales.