Las lluvias de lo que va de enero le pusieron el broche de oro a una campaña gruesa que viene a todo trapo. La Guía Estratégica para el Agro (GEA) reporta opiniones de técnicos que aseguran que hace años no se veían maíces en las actuales condiciones. Y se entusiasman con la posibilidad de llegar a rindes de 115 quintales por hectárea, un récord histórico. La soja también avanza a paso firme. Sólo en el extremo Norte de Santa Fe las lluvias de esta semana no cayeron bien. En una región que tras sufrir un prolongado proceso de sequía ahora enfrenta exceso de precipitaciones, los últimos aguaceros agudizaron los problemas de malezas e insectos.
Las lluvias de la semana le dieron un broche de oro a la gruesa
Luego de los milímetros intermitentes registrados durante el último fin de semana, el martes volvieron las lluvias a la Región Núcleo. Según explicó Cristian Russo, a cargo de la GEA, en esta oportunidad “los acumulados fueron muy importantes, y en general, se ven lluvias homogéneas, bastante generalizadas sobre el centro, pero que han llegado a cubrir casi toda la región núcleo”. Se trata de registros de entre 50 y 70 milímetros.
El “maizazo”
En la zona hay mucho optimismo. La condición muy bueno/ excelente del maíz temprano pasó de 80% a 95%. “¿Superará los 15 millones de toneladas la región núcleo?”, se preguntan los técnicos de la Bolsa de Rosario. Y se responden: “Tendría que superar una media de 115 qq/ha y lo más cerca que estuvimos de ese rinde fue en el ciclo 2018/19 con 110,9 qq/ha”. Pero con cinco años de mejoras genéticas y de manejo, se habla de marcas que pueden ser superadoras de los techos históricos. Así, estiman que “sería muy probable superar” ese nivel.
“Podemos alcanzar los 130 qq/ha de promedio este año”, aseguran en Carlos Pellegrini. “Pisos promedios de 100 qq/ha y rindes máximos superadores”, dicen en Marcos Juárez.
Hace un año, para esta misma fecha, se perdían 60.000 hectáreas por la falta de agua y había un 35% del área sembrada regular a mala. Hoy no hay cuadros regulares a malos; la condición más precaria es un 5% en buenas condiciones.
“De esta manera, el maíz de la región cumple otra semana más con una estimación de 14 millones de toneladas, pero con mucho optimismo de superar el récord productivo de 15 millones que se alcanzó en la 2018/19 y en la 2019/20”, indicó.
La soja a full
La soja de primera también se mantiene en buen estado. Luego de las lluvias, el 60% de los cuadros se mantienen excelentes y el 35% en muy buenas condiciones como en la semana pasada, dice la GEA. Pero desaprecieron los lotes regulares que hace siete días constituían un 2% de la siembra y hoy se suman al pequeño 5% de la superficie sojera que está en buen estado.
“También en soja el optimismo sube un nuevo nivel, tras las importantes lluvias de esta semana, se espera que el cultivo exprese su mayor potencial de rendimiento, prácticamente no ha sufrido falta de agua”, dicen.
El alerta viene por la aparición de enfermedades de fin de ciclo.
Agua va
Hace un año los suelos de la región estaban en los niveles más bajos de agua útil, en el primer metro del suelo para una pradera permanente. Hoy, los niveles de agua se han recompuesto sustancialmente en todo el territorio, incluso con algunas áreas con excedentes hídricos. “Si bien la recuperación ha sido gradual, y se viene afianzando desde el mes de octubre, las lluvias en lo que va de enero le han puesto un broche de oro con acumulados que en tan solo quince días han duplicado las medias estadísticas mensuales (entre los 100 a 150 milímetros)”, señalaron en la Bolsa.
Dentro de los sectores más beneficiados, se encuentra el sur de Córdoba, donde los acumulados alcanzaron valores cercanos a los 200 milímetros en lo que va del mes. Cinco y hasta seis veces más de lo recibido el año pasado en igual periodo de tiempo.
El Norte extremo de Santa Fe es uno de los lugares que sufrenlos excesos. El Sistema de Estimaciones Agrícolas que difunde la Bolsa de Comercio de Santa Fe, indica que General Obligado, Vera, San Cristóbal y San Javier fueron los que mayores montos recibieron.
“Las características climáticas del período posibilitaron la aparición y desarrollo de malezas e insectos, situación que reguló las distintas tareas de control. También influenciaron los procesos de implantación y cosecha. Por ello, la siembra del algodón finalizó y muy lentamente continuó la de los cultivos tardíos (de segunda), maíz y soja, en distintos ámbitos santafesinos”, indicaron.
En el caso del girasol, se presentaron dos escenarios bien diferenciados en la región SEA. Al Norte finalizó la cosecha de una compleja campaña gruesa, con evidentes daños por las abundantes precipitaciones registradas en las últimas semanas. En el centro y sur, los cultivares están en estado bueno a muy bueno, paradójicamente también por las precipitaciones