A corto plazo no hay solución para la problemática ganadera, ni tampoco para ninguna otra eventualidad productiva. La reflexión pertenece a diversos productores y empresarios agropecuarios de distintas zonas del país que empiezan a ver lo perjudicial que puede ser la limitación o cierre de exportaciones si no se revierte la resolución de forma inmediata.
Cortes baratos: piden un doble mostrador en las carnicerías
Por ahora, los técnicos interpretan que Argentina requiere de mayor producción para ofrecer al mercado interno y eso se alcanza con planificaciones que podrían requerir como mínimo 2 años.
Actualmente el país cuenta con un índice de destete del 63%, mientras que otros países ganaderos superan el 85 u 90%. “El margen para mejorar es muy amplio y hace falta una mayor vinculación con organismos técnicos como el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) y las carteras productivas de los gobiernos para llegar a porcentuales más altos”, dijo Carlos Baravalle, delegado de región Córdoba Norte del Renatre.
Según el referente, es un error pensar que hacer ganadería solo se trata de tener vacas y un par de toros. “Es muy complejo mejorar los índices de preñez, falta mucha planificación y sobre todo entender que elevar los porcentuales (85%) significa colocar 7 millones de terneros más en el mercado, generar 5.000 nuevos puestos de trabajo para el manejo y engorde, sumados a la disponibilidad de personal para el sector frigorífico y los segmento de cría”.
De manera resumida, esta proyección es lo que sigue generando y aumentando la preocupación del gobierno nacional para resolver el grave problema que reclama la sociedad y el mercado interno.
Sin embargo, en el mientras tanto, se está barajando la posibilidad de salir de la imposibilidad de compra de los actuales salarios.
Una idea que está dando vueltas, es la creación de doble mostradores en grandes tiendas de consumo y carnicerías. “Se podría utilizar parte del consumo que demanda China, constituido por vacas de descarte, de bajo valor e improductivas para volcarlas al mercado interno, mediante un proceso de ternificación y muy bajo costo”, remarcó Baravalle agregando que una vaca puede ser consumida hasta con 5 o 10 años de vida, a diferencia de la calidad que exige el consumidor argentino basada en terneros de 1 año.
“La propuesta debería llegar desde la industria frigorífica. Es posible generar con este tipo de carne con algunas ofertas”, dijo.
Al igual que otros productos, donde hay calidad, variedad y precio, la carne vacuna podría comercializarse bajo diversas variables. La idea del doble mostrador, si bien requiere de más infraestructura, personal capacitado para sacar los cortes a tiempo y logística; es posible.
El consumidor debe tener la posibilidad de acceder a puntos de ventas diferenciales, donde no solo se vendan los actuales cortes de novillos livianos o vaquillonas de 330 kilos, sino también la denominada vaca china que es sumamente barata.
Los parámetros están a la vista en los valores del kilo vivo, es decir, una vaca gorda promedia los $140, mientras que un novillo especial se aproxima a los $200 el kilo vivo. La diferencia se traslada al mostrador, y nadie se preocupa por alternativas para revertirlo.
Esta semana, el sector le alcanzó sus números al gobierno con algunos ejemplos muy simples. Los ganaderos le recordaron que en este contexto inflacionario hace un año el precio del maíz estaba a $8 y hoy ya alcanza los $21. También que en el mismo lapso el precio del combustible pasó de $51 a más de $90 por litro. Ambos, son insumos básicos en la actividad ganadera.