Los cuatro representantes de las cadenas de la soja, el trigo, girasol, así como la del maíz y sorgo, trazaron un balance del ciclo 2021 y con contundencia plantearon la necesidad de un cambio de rumbo en las políticas económicas de Argentina.
El agro se mueve en un contexto de muchas trabas
En principio porque consideran que desde hace más de 50 años el sector viene teniendo un sesgo anti exportador, que lo condujo por una camino de trabas y dificultades cambiantes. Al mismo tiempo, en esta serie de cronología de campañas, la consideración se centró en variables que llevaron a una producción menor, el achicamiento de los resultados económicos y en definitiva, el perjuicio para toda la sociedad.
Es por ello que los directivos anticiparon que los cambios deben introducirse en estos momentos de crisis, en los que la necesidad de incrementar el empleo y la producción se presentan como un eje primordial para encontrar un equilibrio. El reclamo, interpretado como un giro estratégico, puso en comparación los resultados obtenidos por las cadenas productivas de otras regiones del mundo, donde las respuestas -con el correr de los años- fueron con contundencia hacia el crecimiento productivo y el bienestar social.
El marco, que estuvo acompañado de la presencia del ministro de Agricultura de la Nación, Julián Domínguez, dejo entrever la idea de que el campo considera al funcionario como un aliado fundamental para cambio en las políticas hacia el sector.
“Sabemos que el ministro interpreta lo que pedimos y cree en la posibilidad de una política inteligente, en detrimento de las estrategias a corto plazo que no han conducido a ningún tipo de soluciones”, resaltó el presidente de la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (Acsoja), Luis Zubizarreta, agregando que no lleva a ningún lado la idea de sacarle dinero a los que son más competitivos.
Asimismo, resaltó que impulsar políticas positivas para el sector, parte de pensar la importancia de hacer crecer la torta, dejar que se produzca más y esperar que los recursos vengan solos como sucede en casi todas las regiones del mundo.
“Estamos pidiendo alícuotas, impuestos razonables y no discriminatorios. Sabemos que igual eso llevará a una recaudación en aumento, así como también, la incorporación de más empleo, pero de calidad”, dijo Zubizarreta.
Según este referente, la búsqueda de querer innovar con el corto plazo llevó por un camino incorrecto. “No se puede manotear los recursos de quienes hacen las cosas bien. El campo no mira hacia otro lado y sabe perfectamente de la necesidad de un apoyo solidario hacia una amplia franja de la población y en esa línea estamos trabajando”, resaltó, aunque volvió a reiterar que este problema no se soluciona sin una observación hacia el mediano y largo plazo para salir del espiral del subdesarrollo donde nos encontramos.
A su tiempo, el resto de los presidentes de las cadenas productivas pidieron incentivos, aunque no lo asociaron con la asignación de recursos, sino por el contrario, con la generación de herramientas para la instalación de inversiones, bajo reglas de juegos claras y estables, más allá de los gobiernos de turno.
“No basta producir para ser el granero o supermercado del mundo; ya que sin agregado de valor no podremos generar más trabajo”, subrayaron comprometiendo una exportación de productos con mayor valor y menos volatilidad.