Las mayores apuestas para la campaña de granos gruesos están puestas sobre los cultivos tardíos y de segunda. La sequía ocasionada por la Niña trastocó el calendario tradicional de siembra, y así el habitual porcentaje de área sembrada para el maíz entre fechas tempranas y tardías.
Ante un clima adverso, la nutrición resulta clave para un maíz tardío de alto rendimiento
Más allá de la magnitud de los factores impredecibles, como son las precipitaciones, el productor puede seguir ajustando y planificando sobre los factores manejables, como son la elección del híbrido, la definición de la fecha de siembra, la densidad y la fertilización.
Santiago Vacca, coordinador de Servicios Agronómicos de KWS Argentina y especialista en posicionamiento para región maicera sur de la compañía, sostiene que, a partir de ahora, el productor que definió sembrar maíz tardío desde el centro hacia el sur bonaerense, debe tener como objetivo la estabilidad de rendimiento.
“Actualmente, se están buscando híbridos con buena relación largo de ciclo y rendimiento. De esa forma, la mejor alternativa en este momento son los ciclos intermedios a cortos que pueden sembrarse en diciembre con bajo riesgo de que el llenado de los granos se corte por una helada temprana”, dice el asesor técnico, recordando lo que ocurrió la última campaña.
Antes de referirse a la nutrición estratégica, Vacca advierte sobre otros aspectos muy importantes esta campaña, como son la elección del híbrido y la densidad. “Para captar el potencial de rendimiento del lote este año se debe tener como objetivo densidades intermedias a bajas, de acuerdo a los ambientes, lo cual es parte del manejo defensivo de estabilidad”, advierte, a lo que agrega que híbridos como, KM 3927 VIP3, KM 3916 VIP3 o KM 4216 VIP3 tienen excelentes respuestas de tipo largo de ciclo por rendimiento objetivo, en fecha de siembra de diciembre.
“Estos materiales tienen mecanismos compensatorios del rendimiento ante la menor densidad. En el caso de KM 3916 VIP3, compensa rendimiento vía peso de 1.000 granos, KM 3927 VIP3 lo hará por número de granos, mientras que KM 4216 VIP3 tiene la capacidad de dar una segunda espiga”, explica.
En este sentido, Vacca destaca la importancia de una fertilización ajustada, pero dinámica, y apoyada en los principales nutrientes que requiere el cultivo, como nitrógeno, fósforo, azufre y zinc, que potenciarán las características de la genética KWS.
“El nitrógeno y azufre, que son nutrientes móviles, dependen del rendimiento objetivo, mientras que el fósforo y el zinc se manejan por umbrales”, dice Vacca, con lo cual el productor debe tener muy en claro cuál es el rendimiento objetivo al que aspira con sus maíces tardíos para plantear una fertilización pensando principalmente en nitrógeno.
Por su parte, para los nutrientes “no móviles”, según Vacca, la respuesta relativa para el fósforo esta campaña puede ser mayor en condiciones de sequía que con respecto a años húmedos, considerando que tanto la intercepción radical como la difusión de dichos nutrientes está condicionada por la humedad y temperatura del suelo.
Entonces, lo primero es caracterizar el ambiente con análisis de suelo, luego: “el maíz tardío debe comenzar bien nutrido con fósforo, debe estar bien fertilizado con nitrógeno, de acuerdo a un rendimiento objetivo, y lo mejor que se puede hacer es un monitoreo de disponibilidad de nitrógeno para ir haciendo correcciones, de acuerdo al momento en que se presenten las condiciones adecuadas”, dice el asesor.
Hacia el Norte
“Todo maíz que se hace por fuera de la zona de potencial empieza a tener algún tipo de restricción”, reconoce el coordinador de Agroservice Región Norte de KWS, Fernando Guerra. En este sentido, Guerra adelanta que, “las zonas de estabilidad o zonas sanitarias -que tienen una mayor presión de plagas y enfermedades-, tienen como objetivo este año, a partir de las malas condiciones de inicios dadas por la sequía, conseguir asegurar buenos pisos de rendimiento”.
El productor tiene que determinar su expectativa de rendimiento. “El paso siguiente, entonces, es sembrar el cultivo con los nutrientes que necesite con respecto a los objetivos. A partir de ahí, llegará el período para hacer corrección de la nutrición, según mejore la condición ambiental”, sostiene Guerra.
Por su parte, el asesor cita que, en ambientes con mayor presión sanitaria, un cultivo mejor nutrido responde mejor a los ataques de diferentes plagas y patógenos.
“Desde el equipo de Agroservice, recomendamos para fechas tardías el híbrido KM 3916 VIP3 un híbrido con potencial y ciclo acorde para estas fechas con manejo sanitario, KWS 19-120 VIP3 ya que es un híbrido con un nuevo estándar sanitario para NEA y NOA, y KM 4216 VIP3 para la zona oeste y sur de Argentina”, indica Guerra.