Los últimos sufragios de las entidades del sector agropecuario pasaron casi desapercibidos y los productores no lograron un convencimiento firme de los candidatos que los representarán en los próximos tiempos, lo que muestra el estado de tensión al interior del gremialismo agropecuario y anticipa un tiempo de disidencias.
Escalada de tensión interna en las entidades del agro
Orlando Marino (der.), crítico de la actual conducción de FAA, con Carlos Achetoni (izq.) de presidente.
Oposición. Orlando Marino.
El reclamo de las economías regionales a los dirigentes nacionales está comenzando a marcar la puja entre los que producen en la Pampa húmeda y aquellos que se hacen denominar los “etcéteras”.
Esta semana, el dirigente mendocino Orlando Marino, puso el grito en el cielo, al manifestar que el presidente reelecto de FAA, Carlos Achetoni está más preocupado por su carrera política de cara a 2023, que por ver la realidad de los agricultores familiares que siguen desapareciendo de manera constante.
La apreciación no es nueva ya que Marino casi le arrebata la elección en el marco del 108 congreso anual de la entidad, celebrado el pasado 23 de septiembre.
Según varios dirigentes de las bases, fue el propio Marino el que decidió bajarse a último momento atribuyendo problemas familiares que le impedían concentrarse en una responsabilidad tan grande Otros federados, que vivieron la intensa jornada electoral, manifestaron que la diferencia de apenas 30 votos, era una clara señal de la búsqueda de un cambio que no se dio porque Marino pidió _a último momento_, acompañar por un año más a su coterráneo.
Lo cierto es que la armonía no duro más 17 días, ya que el pase de factura comenzó con una cronología del dirigente sobre la ausencia de políticas gremiales en la FAA desde el año 2018 cuando se inició un constante “ninguneo a las políticas públicas diferenciadas para los pequeños y medianos productores”.
“Han transformado a nuestra entidad centenaria en la marioneta de una facción política partidaria”, expresó Marino y agregó que el descuido hacia los agricultores familiares los está dejando sin tiempo para revertir una situación grave.
Además, agregó que ya no sólo las grandes y poderosas corporaciones se están quedando con la tierra, sino también con el agua.
“Estamos pidiendo que no nos traten más como los etcéteras, o quienes estamos después de todos los otros problemas. Es necesario que se den cuenta de la importancia para el país de las economías regionales, ya que aseguramos la soberanía alimentaria más allá de todo lo que pasa en la Pampa húmeda”, dijo
Adormecidos
Al igual que el corto impulso del presidente reelecto de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino, que en su momento trato de adormecidos a los productores afiliados a las entidades agropecuarias, Marino (vicepresidente del Renatre) pidió más visión ante el inicio de una temporada que arranca con heladas tardías afectando a horticultores, frutihortícolas y vitivinícultores. “Nos están produciendo una herida mortal a nuestras alicaídas actividades que vienen transitando años muy duros; con costos altos y rentabilidad casi nula”, dijo remarcando la “apatía e insensibilidad” de parte de Carlos Achetoni.
“Está dejando a miles de productores sin el cobijo de nuestra entidad madre. Algo desleal si observa que fue ungido por los productores de economías regionales quienes representan casi el 50% del padrón actual de la entidad”, dijo.
Al igual que en las otras entidades del sector agropecuario, de a poco se escucha a productores que dicen estar “estancados”, esperando que sus referentes pongan la cabeza en los problemas del campo y no en el trampolín político de las elecciones legislativas del 2023.
Por ahora, el reclamo repetido y constante es el de una política agrícola que atienda necesidades, y no “dirigentes que sigan el furgón de cola de las demás entidades”, aseguran. Hay silencio, aunque las bases se mueven armando un bloque institucional que intenta suplir las demandas de los que no han sido representados, hasta tanto se acomoden los nuevos referentes.