La ganadería argentina avanza hacia una transformación profunda: la integración de datos, tecnología y trazabilidad en la gestión diaria del rodeo. Este nuevo paradigma, conocido como ganadería de precisión, permite que los productores tomen decisiones más informadas, aumenten su eficiencia y mejoren la rentabilidad de sus sistemas productivos.
Ganadería de precisión: el nuevo horizonte de la producción argentina
Decisiones más certeras para aumentar la eficiencia y mejorar la rentabilidad de los sistemas productivos en Argentina
Ganadería. La trazabilidad electrónica individual ya tiene fecha obligatoria de implementación en la Argentina para 2026.
A diferencia de la ganadería tradicional, basada en prácticas masivas y registros generales, la ganadería de precisión propone una mirada individual sobre cada animal. “Se trata de conocer el rendimiento real de cada ejemplar, identificar a los mejores y actuar sobre los que están por debajo del promedio, con el objetivo de elevar el rendimiento general del rodeo”, explican especialistas del sector.
Uno de los pilares de este cambio es la trazabilidad electrónica individual, que ya tiene fecha obligatoria de implementación en la Argentina para 2026. Este sistema permite asignar a cada animal una identidad digital a través de una caravana electrónica, lo que habilita el seguimiento y registro de datos clave: peso, tratamientos sanitarios, genética, alimentación, movimientos y más.
“El mundo de los datos llegó para quedarse. Y en la ganadería, esto significa tomar decisiones con respaldo, no solo con intuición”, señala Juan Manuel Ortiz, líder de desarrollo de negocios ganaderos de Villanueva que trabaja en la implementación de estas herramientas. La información obtenida permite al productor no solo planificar mejor, sino también tener una visión más clara sobre la eficiencia de su planteo y dónde realizar ajustes.
Para muchos productores, la pregunta inicial es: ¿para qué necesito esta tecnología? La respuesta depende de cada caso. Algunos buscan reducir pérdidas, otros mejorar la conversión alimenticia o evitar errores en la administración de tratamientos. A partir de ese objetivo, se definen las variables a medir y se construye una estrategia de adopción gradual y personalizada.
El acompañamiento técnico y el diseño de soluciones “a medida” se han vuelto esenciales. “No se trata de vender equipos, sino de ayudar a los productores a resolver problemas concretos: desde reponer caravanas hasta generar índices productivos propios. Cuando el productor ve resultados, no vuelve atrás”, afirman desde distintos espacios técnicos vinculados al desarrollo de estas herramientas.
Tecnología aplicada en el campo
Entre las herramientas disponibles, los sistemas de pesaje inteligentes han cobrado relevancia. Hoy es posible pesar un animal y registrar automáticamente esa información en un celular, sin necesidad de conexión a internet. Esto permite monitorear la evolución de cada ejemplar, analizar tendencias y tomar decisiones con mayor precisión.
Un ejemplo concreto es el dispositivo eWeigh, una balanza portátil que se conecta por Bluetooth a un smartphone o tablet y permite registrar los pesos de los animales directamente en una aplicación. Esta tecnología, presentada por Villanueva durante las Nacionales Ganaderas en Corrientes, está diseñada para ser práctica, resistente, compatible con diversas marcas de barras de pesaje y fácil de usar, incluso en entornos rurales sin conectividad.
Además, Villanueva ofrece soporte técnico personalizado para acompañar a los productores en la adopción de estas tecnologías. Como lo describe Juan Manuel Ortiz, líder de desarrollo de negocios ganaderos de la empresa: “Nuestra tarea es armar un sistema a medida para cada productor. Nos preguntamos con ellos qué quieren medir, qué desean resolver, y desde ahí construimos una solución concreta. Muchas veces digo en broma que somos como modistas: diseñamos el traje exacto que cada establecimiento necesita”.
Un cambio cultural que ya comenzó
La ganadería de precisión no es solo un avance tecnológico: es un cambio de mentalidad. Implica pasar del manejo grupal al seguimiento individual, del “ojo del productor” a la evidencia técnica. Y aunque la curva de aprendizaje existe, los beneficios se vuelven visibles rápidamente.
Argentina, con su enorme potencial ganadero, tiene en la adopción de estas tecnologías una oportunidad única para sostener su competitividad, adaptarse a nuevas exigencias de mercados internacionales y mejorar sus índices de productividad.
Empresas proveedoras de tecnología como Villanueva, técnicos especializados, instituciones del Estado y organizaciones de productores ya están trabajando de manera conjunta para facilitar este proceso de transformación. El camino está trazado: ahora es tiempo de animarse a recorrerlo.