El clima no da tregua y los pronósticos meteorológicos cada vez son más desalentadores. La campaña 2022/23 podría convertirse en una de las peores en años, incluso tener consecuencias más graves que las registradas en el ciclo 2008/09. Como referencia de lo que podría ocurrir, actualmente, en Marcos Juárez del maíz temprano sembrado, el 50% está regular y un 50% malo y en soja de primera, 15% se encuentra en malas condiciones y 50% regular. Esa situación, que anticipa menos granos, también representa menos divisas.
La campaña 2022/23, muy ajustada en granos y dólares
Por Patricia Martino
El equipo del Centro de Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario compartió las “Perspectivas para la campaña 2022/23 e impacto en Argentina” durante un encuentro que se realizó en el recinto de operaciones de la entidad y repasó los escenarios posibles teniendo en cuenta un panorama optimista, uno realista y otro negativo. A evaluar posibilidades.
Cristián Russo, jefe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa, mostró una foto de lo que está pasando hoy y lo que hasta hace muy poco se estimaba que podría pasar a finales de diciembre. “La crisis se está viendo en un momento inédito”, subrayó y precisó que en noviembre llovió menos de 30 mm y “dejó un agujero”.
Se preguntó qué pasaría si en diciembre las precipitaciones promedio se ubicarían en menos de 40 mm. “Pasa siempre pero no nos damos cuenta por las recargas de la primavera”, dijo y recordó que “en la región núcleo los suelos tienen una capacidad almacenamiento del perfil de 200 a 300 mm”. Sin embargo, con tres años de sequías la situación es otra y hace que ahora “estemos rascando la olla”, dijo.
Russo explicó que lo que define hacer agricultura hoy es cuánta agua hay en los dos metros del suelo. En general se habla de 60 mm a 100 mm. “Lo que se prevé no es bueno para nada. Hay quienes dicen que si no llueve hasta el 20 de diciembre dejamos de hacer soja y vamos a maíz tardío, lo más tarde posible, hasta a principios de enero. Hay una incertidumbre total”, resaltó.
Dijo que el dato que encendió la alerta y puso en marcha estos análisis fue un dato puntual de estos días. En un lote de Montebuey en un ensayo tras la cosecha de trigo, se midió hasta el metro y medio del suelo y sólo había 10 mm. “Consultamos a ingenieros de la zona, que habían hecho mediciones en septiembre, decían que si no eran 10 mm eran 30 mm, corroborando que los perfiles de están realmente muy secos”, advirtió ante el atento auditorio.
A modo de ejemplo, mencionó que San Gregorio debe estar entre 60 a 100 mm en los primeros dos metros, el primero está muy seco.
“Los maíces y las sojas hoy están buenas, pero necesitamos imperiosamente que llueva. Las últimas dos dejaron 8 mm cada una”, dijo y planteo que si bien se sabe que va a llover poco se necesitan al menos 10 a 15 mm. “Es clave que llueva para estirar la agonía”, subrayó Russo y advirtió que “con el estrés térmico que dan para esta y las próximas semanas se pueden secar cultivos y tener severos problemas de implantación”.
En ese sentido, precisó que en Sancti Spiritu ya está pasando. “Necesitamos imperiosamente que al menos se vayan regando una vez por semana por lo menos”, señaló el analista.
Russo contó que en Cañada de Gómez, si no llueve, algunos productores ya piensan en ir a maíz tardío en siembras muy tardías, sobre fines de diciembre o inicios de enero. Es que los lotes tienen de 60 a 150 mm hasta los 2 m.
“El problema es hacia adelante porque hay zonas donde no llovió nada y la visión es negativa”, dijo. De modo que “la estrategia va a ser esperar con los maíces tardíos y sojas de segunda”, dijo y planteó que “diciembre presenta un comportamiento similar a noviembre y la mejora puede ser en marzo”.
Escenarios posibles
El licenciado en economía y analista de mercados en la BCR, Tomás Rodríguez Zurro, compartió los escenarios posibles de producción para la campaña 2022/23 teniendo en cuenta números más optimistas, otros más realistas y otros más negativos.
En un escenario optimista para la soja con un rinde de 28,2 quintales (qq/ha) promedio de los últimos 5 años, la producción podría llegar a 46,7 millones de toneladas, por encima de los 42,2 millones de toneladas del ciclo 2021/22. Mientras que en maíz con un rinde 75,8 qq/ha, la producción podría ubicarse en 51,2, muy similar al período 2021/22. “Queda lejos este escenario”, apuntó.
En tanto, en un escenario realista Rodríguez Zurro dijo que el rinde para la soja podría ser de 25 qq/ha, igual a la campaña 2021/13, y la producción bajaría a 40,8 millones de toneladas. “Sería importante el aporte de importaciones temporarias de la soja paraguaya, que no viene tan mal”, resaltó.
En maíz advirtió que podría darse un rinde de 70 qq/ha y la producción caería a 47,3 millones de toneladas. Con estás cifras habrá menos exportaciones tanto del cereal como de la oleaginosa. Específicamente en soja también decantaría en menos crushing y menores stocks.
Aunque nadie quiere pensar que es posible un escenario negativo también los especialistas presentaron los números de esta posibilidad. En ese caso, la soja podría tener un rinde 20 qq, una cifra similar a la campaña 2008/9 y bajar a 32,1 millones la producción. Así, se llegaría al menor crushing en 12 años y las menores exportaciones en 25 años. Rodríguez Zurro referenció que esta campaña al igual que en 2008/9 había un costo alto del paquete tecnológico, específicamente para fertilizantes.
En maíz el rinde rondaría los 62 qq y la producción caería a 41,9 millones de toneladas. Las exportaciones serían las más bajas en 5 años, detalló.
Liquidación de divisas
Tomando en cuenta estos escenarios las liquidaciones de divisas mermarían. Durante 2021 el agro liquidó divisas por u$s 38.046 millones y para 2022 el estimativo es de u$s 45.689 millones. Con el mejor escenario para 2023 la cifra sería de u$s36.119, con un escenario realista se ubicaría en u$s33.103 millones y en un escenario pesimista u$s29.847. “Es un desafío para la economía argentina del próximo año”, agregó.
Por su parte, Emilce Terré, jefa de Informaciones y Estudios Económicos de la BCR, repasó los números que dejó la primera etapa del dólar soja y analizó la nueva etapa que se reinició el lunes.
En septiembre se realizaron operaciones con soja en el mercado doméstico por 13,8 millones de toneladas y la liquidación de dólares de la exportación ascendió a u$u8.300 millones. El precio promedio del grano FAS era de $67.380. “El primer programa permitió una escalada que nos ubicó en un nivel de comercialización similar al de años anteriores, pero a partir de su finalización se estancó la comercialización y quedamos debajo de los últimos 10 años”, dijo.
Como la producción fue menor, rondó los 42 millones de toneladas, si la comparamos en proporción hay números un poco más cómodos”, resaltó Terré y destacó que no hay un rezago al momento de empezar el dólar soja II.
En tanto, contó las previsiones para la nueva etapa de dólar soja y advirtió que en los primeros días no se registraron volúmenes de negocios como los del primer programa. “Ahora no hay un retraso en la comercialización de soja como había al 1º de septiembre”, indicó y citó que si bien la cotización actual es a $230 la brecha es menor al caso anterior, es apenas del 38% cuando antes era del 43%, y hoy se habla de un compromiso de exportación de u$s 3.000 millones, casi la tercera parte que en septiembre y por tanto “el aporte en las arcas del Estado va a ser menor”.
Por otra parte, lo que se pudo sembrar de maíz temprano y lo que resta hace que el patrón de siembra sea inédito en el país y tenga varias implicancias. “La estacionalidad del ingreso del maíz tenía un pico en marzo y otro en julio. Este año nos vamos a comer el pico de marzo y vamos a tener un pico proporcional en julio y agosto”, dijo.
Eso va a tener desafíos como mayor demanda de gasoil para secado.
Apuntes internacionales
El analista de mercados de BCR, Guido D’Angelo, dijo que el escenario global “muestra alguna que otra buena noticia”. En maíz señaló que la producción y el comercio caen más que el consumo y advirtió sobre fuertes bajas de producción en la Unión Europea (-23%) y Estados Unidos (-7,6%), situación que Argentina y Brasil (8,6%) compensarían parcialmente. Pero alertó porque en Brasil se empiezan a preocupar por el clima. “Hay que estar atentos sobre lo que ocurra con la demanda china, que aprobó 120 nuevos exportadores de maíz brasileros”, dijo.
En soja, indicó que la producción y el comercio suben más que el consumo. En ese sentido, precisó que Brasil subiría de 127 a 152 Mt y se acerca al 40% de la producción mundial de soja. “Salvo en Estados Unidos, crecen las exportaciones en todos los países”, dijo.
Con estos datos, consignó como negativo que se registre una producción de soja creciendo por encima del consumo, que se sostenga el corredor en el Mar Negro, una potencial recesión mundial y más tasa de interés en Estados Unidos, con merma en fondos. Pero como positivo resaltó que el mundo comienza a mirar a Sudamérica. Como interrogantes dijo que están presentes hacia dónde va la demanda china y cuánto sigue pesando el Covid cero.
Notas finales
Julio Calzada, director de Informaciones y Estudios Económicos de la BCR, recordó que las asociaciones de productores manifestaron sus observaciones sobre la reedición del dólar soja. Y apuntó que las cadenas que utilizan soja como la producción de carne, pollos, cerdos buscan lograr una compensación.
Otro tema adicional tiene que ver con la ley agroindustrial que corre con tiempos laxos, el 13 de diciembre es el último plazo para que se analice en el congreso. “Llevamos dos años de una ley que han quedados muy mechados sus beneficios económicos”, señaló y apuntó que después del dólar soja no hay grandes avances sobre política interna.