Los precios de las materias primas siguen por las nubes debido al recrudecimiento del conflicto bélico entre Ucrania y Rusia. En el mercado de Chicago, la cotización del trigo batió el jueves su récord histórico al llegar a u$s 423,38 la tonelada. En Rosario se pagaron u$s 330.
La guerra atiza los precios y el clima mueve la cosecha
Especialistas indican que el mercado externo se encuentra mejor abastecido de lo esperado por cereal ucraniano.
Como los ataques rusos alcanzaron a los puertos ucranianos de Berdyansk y de Mariupol, se presume que el comercio podría seguir paralizado incluso luego de un eventual cese de las hostilidades.
También se renovaron las preocupaciones acerca del suministro global de aceite de girasol, dado que Ucrania y Rusia representan 80% de las exportaciones mundiales. Este hecho impulsó a los aceites vegetales en general.
En el caso de los commodities energéticos, los precios del petróleo volvieron a escalar debido al temor por un corte del suministro de crudo y gas que proviene de Rusia, a una menor oferta por parte de las naciones productoras nucleadas en el cartel de la Opep + y una caída de los inventarios en Estados Unidos.
El aumento de los precios de la energía va de la mano con la suba de la inflación. El presidente de la Reserva Federal de EEUU, Jerome Powell, dijo ante un panel de la comisión de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes que propondrá aumentar la tasa de interés en la próxima reunión de la FED a mediados de marzo, en 25 puntos básicos.
Para los productores argentinos, los resultados de estos vaivenes se presentan mixtos. Las alzas de los precios de granos y subproductos mejoran su posición comercial y financiera, en el marco de una campaña atravesada por la hostilidad climática. Por otro, aumentan los costos de la energía y los fertilizantes por la vía del aumento de los precios del petróleo y el gas.
En este contexto, el Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral presentó los resultados de su nueva encuesta sobre clima de negocios. El índice “Ag Barometer Austral” alcanzó en enero un valor de 90, lo que representa una mejora del 14% con relación a la medición anterior. Pero el índice continúa en terreno pesimista: la mitad de los productores agropecuarios opinan que, “a pesar de los altos precios del maíz y la soja, el impacto del clima será de tal magnitud que los resultados económicos serán peores o mucho peores que en el ciclo anterior”.
Los productores que tienen algún tipo de excedentes financieros y/o acceso a créditos bancarios piensan que es “un buen momento” para invertir en maquinarias, teniendo en cuenta que estas se cotizan al dólar oficial.
La preocupación, dicen los analistas de la Austral, tiene que ver con posibles medidas del gobierno nacional para intentar controlar la inflación con decisiones que pueden ser negativas para el sector.
De hecho, el jueves el gobierno argentino avanzó en la creación de un fideicomiso que contempla volcar al mercado doméstico 800.000 toneladas de trigo, ante la necesidad de asegurar el precio de comercialización de harina de trigo pan y fideos secos de presentación hogareña, incluidos en el programa +Precios Cuidados.
En materia climática, la situación comienza a cambiar muy de a poco. Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, en la última etapa de la campaña mejora la oferta hídrica beneficiando siembras tardías de soja y maíz. Pero los cuadros más adelantados “transitan pleno llenado de granos sin chances de mejorar sus perspectivas”. Las regiones Núcleo Norte, Centro-Norte de Santa Fe y el Centro-Este de Entre Ríos, son las más afectadas.
Santa Fe recibió las nuevas lluvias junto con eventos muy extremos de caída de granizo en algunas zonas. En el centro norte, los montos pluviométricos acumulados fluctuaron entre mínimos de 10 a 12 mm con máximos de 85 a 100
En la región núcleo, de acuerdo al informe de la GEA, hubo lluvias muy importantes en la última semana de febrero. Rufino recibió 162 mm; Pergamino, 146 mm. En el resto de la región el promedio acumulado fue de 20 a 80 mm. Pero fueron dispares y llegaron tarde para la soja de primera. También para el maíz temprano. Con el 30% del illado, los nuevos cálculos arrojan un rinde de maíz de 75 qq/ha, el más bajo de los últimos 10 años.
“Las cosechadoras vienen con malas sorpresas: campos en Cañada de Gómez con tecnología de punta que salen con promedios de 50 qq/ha”, señalan desde la Bolsa de Rosario . Son “rindes inéditos” por lo bajo. La entidad recortó en 1,5 millones de toneladas sus proyecciones maiceras, a 12,8 millones de toneladas en la zona núcleo.
Hay cierta expectativa por las las lluvias que comenzaron el viernes y que esperan se mantengan hasta el lunes. “Un marzo más húmedo podría señalar una menor incidencia de La Niña, comentó el doctor en Ciencias Atmosféricas José Luis Aiello.
En este contexto, abrirá sus puertas el martes próximo Expoagro.