La primavera 2024 dejó una gran recuperación hídrica ante un invierno riguroso y seco, advierte el último informe de los analistas de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) Marina Barletta, Florencia Poeta y Cristián Russo. Las reservas hídricas en el suelo hoy no son un problema, pero los indicadores no son tan positivos para enero 2025.
La primavera 2024 tuvo lluvias por encima de la media y 80 mm más que en el 2023
La primavera 2024 será recordada porque en octubre había una fuerte incertidumbre por tener que afrontar una campaña sin agua. Perspectivas para el 2025
En lo inmediato, para la madrugada del miércoles 1º de enero se esperan precipitaciones en el oeste de la zona GEA, que se irán generalizando con el correr de las horas. “Probablemente, la provisión pluvial de enero se encuadre más por debajo de lo normal que por encima”, indicó el consultor de la Bolsa, Alfredo Elorriaga.
Desde la entidad rosarina advierten que las lluvias por encima de lo normal fueron un “Game Changer” para el sector. “Game Changer” es una expresión que se usa para referirse a un evento que cambia drásticamente la forma en que se desarrolla una situación. Y define muy bien el cambio que hubo de una sequía severa, que abarcaba casi por entero a la región (como muestra la imagen de agua para una pradera y para el primer metro del suelo, al 10 de octubre de este año 2024) al 26 de diciembre, cuando las reserva hídricas no son un problema.
A partir del 15 de octubre la recuperación hídrica se dio de manera continua, casi con lluvias semanales. De esta manera, “la primavera llegó a su fin y el balance del trimestre es altamente positivo”, indicó el consultor Elorriaga.
“En el comienzo del 2024 los pronósticos de escala planetaria preveían lluvias muy por debajo de la media a partir del mes de octubre, con una intensificación de la escasez pluvial en el último mes del año”, pero “la Niña sufrió un fuerte debilitamiento. Aparte, las precipitaciones se vieron muy favorecidas por condicionantes de escala regional: la intensa circulación de sistemas frontales desde la Patagonia, un gran aporte de humedad desde el Atlántico (que se mantuvo más caliente de lo normal) y temperaturas máximas mayormente moderadas, sin valores récord ni olas de calor”.
El clima en la campaña 2024/25
La primavera 2024 será recordada porque en octubre había una fuerte incertidumbre por tener que afrontar una campaña con márgenes muy ajustados y sin agua. Con la recuperación hídrica, se puede afrontar una campaña en con ánimos más alentadores, recordaron los analistas de la BCR.
La primavera para la región núcleo tiene una media que ronda los 300 mm y el año pasado —con un Niño fuerte— la región promedió 330 mm. Sin embargo, en este 2024, la primavera superó esos valores al registrar una media de 410 mm. “Lo malo de la primavera 2024: la recuperación hídrica no llegó a todos por igual y hubo numerosos eventos de tiempo extremo”, subrayaron.
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La diferencia entre el norte y el sur de la región núcleo es de 100 a 150 mm. Por eso, hay maíces en floración y sojas con síntomas de falta de agua en el norte de Buenos Aires. El otro problema son los eventos de tiempo extremo. El consultor Elorriaga mencionó que “se ha multiplicado la frecuencia de los eventos de clima extremo. Vientos intensos, tornados, granizo y una inusual caída de agua en cortos periodos de tiempo que han causado importantes daños”. En Corral de Bustos se vieron afectadas más de 50.000 ha de cultivos por granizo y viento en las últimas tormentas.
Las lluvias, protagonistas
En esta primavera 2024 se destacan también lluvias más intensas que causaron complicaciones en las labores. Este año hubo mayores problemas en la siembras por “efecto planchado” en soja, anegamientos y pérdidas en lotes bajos y escapes de malezas.
Desde la BCR resaltaron que los indicadores para enero 2025 no son tan positivos. ¿Falta de agua y ola de calor para los próximos días, y con baja humedad relativa? Hay temor porque, para escapar de la chicharrita, se apostó por la siembra de los maíces tempranos (muchos se hicieron en la segunda quincena de octubre) y estos cultivos están próximos a transcurrir sus etapas más críticas de definición de rinde. Por eso son tan importantes las lluvias que se dieron en la última semana.
Por otro lado, en el corto plazo hay pronósticos de lluvias: “en la madrugada del miércoles 1° de enero, se esperan precipitaciones en el oeste de la zona GEA, que se irán generalizando con el correr de las horas”, dice Elorriaga. Las temperaturas aumentarán paulatinamente, alcanzando máximos de 33 a 35º el martes 31 de diciembre, pero los registros tienden a descender a partir del miércoles 1° de enero tras el ingreso de un sistema frontal frío.
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Perspectivas 2025
Pero a mediano plazo, “los indicadores para el primer mes del nuevo año no son tan positivos”. Elorriaga dice que “probablemente, la provisión pluvial de enero se encuadre más por debajo de lo normal que por encima. Podrían notarse los efectos de “La Niña”. Por esto es tan importante la recomposición de los perfiles alcanzada en los últimos meses y el alivio que tuvimos de temperaturas moderadas”.
“Hace un año, bajo la influencia del fenómeno Niño, los cultivos de la región núcleo mostraban un panorama alentador: el 95% del maíz temprano y el 75% de la soja de primera estaban entre muy buenos y excelentes. A finales de 2024, el 85% del maíz temprano y casi toda la soja se encuentran en condiciones muy buenas. Es importante aclarar que el año pasado casi 2 millones de hectáreas se destinaron a maíz y en éste serían 1,3 millones ha. El maíz tardío pasó a cubrir un 30% del área en 2023 a un 10% en este 2024”, detalló el informe del GEA.