El clima gélido sobrevoló el escenario agropecuario esta semana. No sólo se congelaron los campos, con temperaturas bajo cero en la región núcleo sembrada con trigo, sino además amenazó con enfriarse la buena relación que venía manteniendo el gobierno nacional con el sector agroexportador nucleado en el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), tras la decisión de oficial estatizar por un año las tareas de dragado y balizamiento de la hidrovía Paraná Paraguay, entre cuyos principales usuarios se encuentran las exportadoras de granos del cordón del Gran Rosario.
Las heladas golpearon al trigo y el frío se coló entre agroexportadores y gobierno
“El Estado no tiene ni la experiencia ni la capacidad técnica para realizar estas tareas, pero sí ejercer sus funciones indelegables de control”, dijo el presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario, Daniel Nasini, a poco de conocerse el Decreto 427/2021, que otorga la concesión del sistema de señalización y tareas de dragado de la vía navegable troncal a la Administración General de Puertos (AGP).
Esto “genera preocupación porque no da certidumbre ni lineamientos de largo plazo que aseguren la continuidad de la vía de navegación más importante que tiene el país”, agregó el titular de la entidad rosarina.
El pronunciamiento estuvo en línea con el de los representantes del sector agroexportador. Así lo expresó Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina del Centro Exportador de Cereales (Ciara-CEC), quien señaló que desde la entidad “estamos exigiendo que la AGP rápidamente lance una convocatoria de licitación internacional para estos 12 meses y que nos aseguren la navegabilidad todos los días con el dragado y mantenimiento necesario de todos los tramos, sobre todo en la bajante”.
El gobierno, en pleno proceso electoral, tiró para adelante la decisión sobre el futuro de la hidrovía que venía generando fuertes fricciones al interior del oficialismo, al hacerse cargo por un año del cobro del peaje y de las tareas que venía haciendo la concesionaria Hidrovía SA. Pero no modificó el sistema de operación de la vía navegable a futuro, ya que se fijó ese tiempo para llamar a un nuevo proceso licitatorio internacional.
En medio de estas aguas turbulentas, la buena noticia llegó del lado de los precios. Después de haber transitado por una senda bajista en las últimas semanas, el jueves el precio de la soja subió más de u$s 33 en Chicago y superó los u$s 500 por tonelada. Fue en una jornada en la que el trigo y el maíz también marcaron importantes alzas.
Tras superar máximos de u$s 600 por tonelada, la oleaginosa había encontró su techo por la retirada de fondos especulativos que se posicionaban en commodities como refugio financiero. Sin embargo, el último informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (Usda), que estimó una superficie sembrada y existencias en ese país, inferiores a las pronosticadas por el mercado, generaron un efecto rebote. El organismo calculó que el área ocupada por soja en el país norteamericano es de 35,43 millones de hectáreas, casi 600.000 hectáreas por debajo de lo estipulado por los operadores.
Con los datos del Usda, los analistas de la corredora Granar señalaron que, para lograr los 119,88 millones de toneladas calculados por el organismo para la nueva campaña estadounidense, en función de un rinde de tendencia de 34,16 quintales por hectárea, “el mercado dependa exclusivamente del clima, que hasta acá no fue un desastre, pero que está bastante lejos de lo que podría considerarse ideal”.
“Ahora, otra vez, cada tonelada parece volver a contar, frente a proyecciones de existencias finales que siguen incluso cuando los precios caían con fuerza en uno de los niveles históricos más bajos”, concluyó la corredora.
A pesar de esos vaivenes de precios, la soja arrojó un buen saldo en la campaña 2020/21 que finaliza y se estima que aportará este año unos u$s 8.000 millones más que en 2020, según cálculos de la Bolsa de Rosario (BCR).
Así, los ingresos por exportaciones del complejo sojero sumarían u$s 22.325 millones, con la harina/pellets como el principal producto de exportación, aportando 53% del total, consignó la entidad.
Por su parte, en su informe cierre de campaña soja 2020/21 la Bolsa de Cereales de Buenos Aires estimó que la oleaginosa generaría exportaciones por u$s 22.164 millones (con un alza de 38% interanual) y aportaría u$s 8.592 millones en recaudación fiscal (también 38%). En tanto, la soja es el producto que mayor valor bruto de la producción alcanzaría con US$ 14.829 millones, agregó el trabajo.
Pese a registrarse una caída en la producción de 7,5% debido a las sequías que afectaron al cultivo, “la suba de los precios permite proyectar actualmente un aumento de u$s 3.700 millones en el valor bruto de la producción en el ciclo 2020/21 en comparación a la campaña previa”, indicó la BCR.
El trigo tomó frío
Mientras tanto la campaña fina avanza en la región núcleo y, pese a las bajas temperaturas, el trigo no saldría afectado por ahora. Según indicó la Guía Estratégica para el Agro (GEA), en las zonas relevadas hubo “hasta 10 horas con los termómetros sumergidos bajo cero”.
“El frío se ensañó en la región núcleo, en especial con la franja oeste y aún más con el centro sur de Santa Fe: Carlos Pellegrini registró -5,6°C”, agregó. También el penúltimo día de junio amaneció con neviscas que formaron hasta mantos de nieve en el sur de Santa Fe como en Villa Cañas o Lincoln y General Pinto en el NO bonaerense.
“Se trata del evento más frio en lo que va del año”, indicó GEA aunque los especialistas indicaron que a diferencia del año pasado cuando estas irrupciones de aire fueron muy negativas para el trigo, en un escenario de notable falta de agua, ahora el frío “puede afectar la velocidad de emergencia y crecimiento, pero no son efectos importantes que pongan en riesgo al cultivo”.
En este contexto, los que salieron más beneficiados esta semana fueron los cultivos de economías regionales, tras la decisión del gobierno nacional de reducir a cero los derechos de exportación para unos 70 productos agroindustriales de exportación. Entre los sectores alcanzados por la medida se encuentran la exportación de abejas, huevos, pimienta y otras especies aromáticas, semillas de papa, girasol y arroz, entre otros cultivos; aceites y jugos de varias frutas, caseína y albumina, y maní.