Si bien la situación es crítica y las variables en la lechería ajustaron para atrás, con muy malos años donde los costos de producción se elevaron demasiado, varios especialistas celebran la relación actual entre producción y precios.
Podrían desaparecer más de 1.800 tambos en el país durante 2024
Aunque hay buenas perspectivas estructurales, después de tres años de sequías el sector quedó golpeado
Es decir, la baja en el valor de los granos, está permitiendo que con un litro de leche se pueda comprar más de un kilo de soja o dos kilos de maíz. De esta manera, se estaría comenzando a hablar de números alcanzables para que un tambo sea sustentable en Argentina.
Entonces, a pesar de la profunda crisis atravesada por décadas, hay indicios de pequeñas soluciones que parten de lo económico y pasan por lo eventual, como las lluvias en todas las zonas productoras vinculadas a las cuencas lácteas.
Hoy, varios analistas del sector, consideran que la lechería tiene buenas noticias estructurales que atenúan aquella mirada hacia atrás y los tremendos problemas que ha tenido los productores en el manejo de los establecimientos y la falta de amortización de sus equipos.
“Los casi 4 años de sequía dañaron muchísimo al sector y la economía de las tambos. Hay muchos productores que se encuentran esperando mejores precios para vender los tambos y es probable que durante este año (2024) se produzca una venta importante de establecimientos porque la gente –básicamente- se canso“, resaltó José Iachetta, del Informe Sectorial Todo Lácteo, agregando que para estos tamberos las buenas variables, créditos y otras herramientas llegarán tarde.
Por ahora, lo que se puede observar es un tiempo de contrastes, en los que, si aparecieran créditos, serán fundamentales para los rodeos de vacas lecheras que están rotas y cansadas de la humedad que repercute en la caída de la producción, en estos últimos meses.
“Hoy, los tamberos están pidiendo a gritos créditos razonables para continuar y mejorar su productividad y los anuncios para los próximos 40 ó 50 días de un sistema de financiación a pagar con litros de leche es una señal esperada de hace años”.
Mientras tanto, algunos han evaluado la medida como un acierto hacia un segmento que se encuentra con una descapitalización de cuatro dígitos en millones de dólares.
Cabe destacar, que los empresarios lecheros están pidiendo a los bancos, que revean los montos asignados a préstamos y consideren en sus evaluaciones que la lechería es la actividad que mayor cantidad de fierros entierra en tecnología, con inversiones millonarias en comparación a cualquier otra opción por el uso de la tierra. “Mucho más que la ganadería de carne o agricultura. Está claro que los lecheros y productores de cerdo son los necesitan cerca de u$s 3.000 por animal como inversión de bienestar”, dijo.
Esta semana, se habló de los resultados de un sin número de reuniones que se sucedieron junto a la cumbre láctea de Rafaela. En esos encuentros se expresó en coincidencia que es necesario actualizar la cifra de tambos que se encuentra operativos en el país. Muchos dijeron que son menos de los 10.200 que figuran en los registros oficiales y además, reconocieron que un 10 % (más de 1000) han cerrado en estos últimos 4 años.
El dato no termina ahí, porque los empresarios aseguran que en lo que queda del 2024, una cifra superior a los 1815 establecimiento cerrarán sus puertas.
“Al factor económico se le suma el severo problema del recambio generacional. Para los nuevos profesionales del campo, la actividad no aparece como una profesión atractiva. Se está pidiendo más capacitación para que los jóvenes descubran la tecnología disponible a nivel mundial, que coloca a los tambos en la punta y vanguardia de todos los sistemas autónomos e inteligentes”.
En las estadísticas de nuestro país, los productores lecheros rondan los 55 años de edad para arriba, mostrando un rango etario no saludable para un sector que necesita nuevas ideas y sangre joven para continuar.