La producción de leche en Argentina crece a una tasa del 2% interanual, según datos de la Dirección Nacional de Lechería, que para abril arrojó un volumen total país de 837,4 millones de litros.
Por primera vez en 12 meses la rentabilidad del tambo es negativa
El precio al productor también registró un aumento considerable del 7,3% el mes pasado, acompañando la escalada inflacionaria general del país, ubicándose según los datos del sistema integral de gestión lechera (SIGLEA) en 43,38 $/litro, traducido al dólar mayorista oficial en 36 ctvs.
Yendo a un análisis más detallado y tomando los 30 modelos regionales de costos que elabora el INTA Rafaela, en base a las tres escalas productivas (chico, mediano y grande) de los tambos en las diversas cuencas lecheras del país, el precio promedio al productor en abril se ubicó en 43,68 $/litro. Según este relevamiento, el costo de producción se ubicó en 44,71 $/litro, bastante por encima del precio percibido.
En este sentido, ya asoma la primera explicación de por qué un tambo hoy, lejos de generar rentabilidad, está perdiendo dinero mientras produce.
Sumando a este razonamiento el cálculo que hace el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina sobre “Costo de Producción”, esto es sumar gastos directos, gastos de estructura, amortizaciones y retribución empresarial, restando los recuperos por (venta y/o cesión de terneros, y vacas y toros de rechazo”, se pueden obtener dos datos más que completan el cuadro: el precio de equilibrio y la tasa de rentabilidad.
Según OCLA, el “Precio de Equilibrio”, que calcula sumando el Costo de Producción con el Costo de Oportunidad al Capital (5%), hoy se ubica en 51,32 $/litro. En otras palabras, el productor tambero promedio debería percibir ese valor por su litro de leche para asegurar la sostenibilidad de su empresa.
Para saber si una empresa está obteniendo rentabilidad positiva o negativa es necesario evaluar el “Ingreso al Capital: (Ingreso por Leche + Ingreso por Carne) - (Gastos Directos + Gastos de Estructura + Amortizaciones +Retribución Empresarial)”. Considerando todas estas variables, la rentabilidad que arroja la empresa tambera en abril fue negativa.
Tal como lo explica OCLA, “cuando el precio comienza a superar al Costo de Producción, se genera Ingreso al Capital positivo y por ende Rentabilidad. La decisión de evaluar otra alternativa como destino del capital, surge de comparar la tasa de rentabilidad de la producción de leche y la tasa de la inversión alternativa”. Es decir, “la rentabilidad promedio cayó en abril 2022 a una tasa del -0,5%, cuando dicha tasa fue del 0,4% para el mes anterior y 0,9% en igual mes del año anterior”.
El aumento de los costos
El costo de producción promedio subió en abril de 2022 un 10,0% respecto a igual mes del año pasado, un 31,3% en el primer cuatrimestre del año y llega a un 62,1% de variación anual, mientras el precio al productor acumula un 54% interanual.
“Estas variaciones indican claramente que los costos de producción tuvieron una aceleración en el primer cuatrimestre del año y sobre todo el último mes por la suba de precios de los concentrados, fertilizantes, agroquímicos y combustibles entre otros. En la variación anual (abr22/abr21) el costo se ubica por encima del índice general de precios y del precio recibido”, analiza el OCLA.
Los rubros que más impactan
Los que más se incrementaron en abril fueron otros costos además. “Los costos que evaluamos en INTA, nos dicen que en abril respecto de marzo, dentro de ese 10% que se incrementó el total, los ítems que más incidieron fueron, en primer lugar se ubica la reposición de vaquillonas que se incrementó un 30%, lo cual es un impacto muy fuerte para los tambos”, comenta el Ing. Miguel Taverna, referente máximo del instituto en materia lechera. “En segundo lugar, las amortizaciones, que tiene que ver con una actualización del valor del capital inmovilizado como la infraestructura, la maquinaria y las instalaciones, que lógicamente se traducen en una variación del costo de amortización”.
Pero además, señala Taverna, “hay otros costos que inciden menos pero impactan también, como la confección de heno y silo, que en gran medida siguen el valor de referencia del combustible, que en los últimos meses sufrió varios aumentos; y finalmente, la mano de obra en el tambo, que está alrededor del 7% y se vincula directamente con la variación del precio de la leche”. Por esta razón, “a diferencia de otros períodos en donde los costos estaban muy asociados al costo de la alimentación, en esta oportunidad hay otros rubros que están impactando más fuertemente”, concluye el técnico rafaelino.
En cuanto a la evolución del precio cobrado, los costos de producción y el precio de equilibrio antes citado, desde OCLA explican un índice que ayuda a entender cuando el negocio lechero se empieza a complicar. “Desde marzo de 2021 el precio al productor (aunque con altibajos) superó el costo de producción de leche, pero en ningún momento alcanza al precio de equilibrio, que exige una rentabilidad sobre el capital operado del 5% anual, ya que la rentabilidad promedio de ese período fue del 1,6% con extremos entre 0,0% y 3,3%. Lamentablemente en abril el costo supera al precio percibido y genera una tasa de rentabilidad negativa y una relación por debajo de 1 respecto al precio”.
Producción en ascenso
Tal como se señaló, en el mes de abril de 2022 la producción fue de 837,4 millones de litros de leche, esto implica un valor +1,9% en el promedio diario y un 2,0% más que igual mes del año anterior.
Un dato importante para observar en la curva de producción nacional, es que hubieron 30 meses consecutivos donde la producción creció interanualmente hasta que en enero de este año se produjo la primera caída, “pero teniendo en cuenta que en los dos eneros anteriores la producción había crecido 5,5% (2020) y 7,7% (2021), haciendo que comparemos con una base muy alta”, se consideró a esa interrupción como algo leve o insignificante, según constata el OCLA. “Además, esa caída hoy se vuelve a revertir con las subas interanuales de febrero, marzo y abril”, consecutivamente.
Salvo Entre Ríos, la producción medida a tambo constante respecto al mes anterior y respecto a igual mes del año anterior, todas las provincias subieron en la comparación intermensual, “pero cuando lo miramos de forma interanual casi todas las provincias crecieron entre 1,3 y 2,5% y las que cayeron fueron Buenos Aires (que por su importancia relativa, reduce el promedio de suba) y Santiago del Estero”, agrega el organismo.
El promedio ponderado de las estimaciones de unas 20 industrias que reciben y procesan entre el 50% y 60% de la leche de Argentina (relevamiento OCLA publicado a inicios de este año), arroja un valor de crecimiento proyectado para el año 2022 del 0,6%.
En tanto la producción acumulada del primer cuatrimestre estuvo 1,7% por encima de igual cuatrimestre del año anterior, como puede verse en el gráfico anterior.
Los primeros relevamientos con datos de abril, evidencian que la evolución de los denominados “sólidos útiles” (grasa butirosa y proteína), subieron el 3,5% en enero-abril 2022, el doble de la suba de la producción medida en litros de leche (+1,7%). “Como es habitual, la producción desde el pico de máxima en octubre, cae a una tasa del 5% mensual hasta marzo/abril, donde luego comienza un nuevo repunte hacia octubre” donde se da el pico de producción.
Finalmente, para completar el reporte, la producción total de leche alcanzo en 2021 los 11.553 millones de litros, es decir, 4,0% más respecto al año anterior y 11,7% respecto al 2019 (+ 1.210 millones de litros de leche). Así, “la producción de leche en Argentina tiene una tasa anual acumulativa de crecimiento del 2,1% anual, la cual es una tasa mucho más alta que la media mundial e incluso superior a muchos países lecheros desarrollados”, destaca el OCLA.