Un equipo de investigación del INTA, liderado por la directora del Instituto de Virología de Castelar, Karina Trono, desarrolló una cepa atenuada del virus BLV que infecta a los animales con Leucosis bovina, afectando principalmente a los rodeos lecheros de todo el país.
Un hito de la ciencia pública que beneficia a toda la lechería
Karina Trono directora del Instituto de Virología INTA Castelar
Las pruebas de campo se realizaron en INTA Rafaela
El 80 por ciento del rodeo lechero argentino padece la Leucosis bovina
Se trata de un hito para la ciencia argentina que busca generar inmunidad y protección contra esta enfermedad endémica y además, es la primera vez que, en el país, se desregula un virus modificado para uso directo y que se logra la liberación comercial para la eventual formulación de una vacuna.
Fueron casi 15 años desde que comenzó la iniciativa conjunta entre la Universidad de Liège (Belgica) y el INTA Castelar, hasta la creación en el laboratorio de un activo biológico que comenzó a probarse en 2015 en el rodeo lechero de INTA Rafaela, bajo estrictos protocolos de bioseguridad.
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Hacia finales de 2019 parecía que todo estaba ya casi listo para pedir la desregulación del principio activo, pero la Pandemia del COVID postergó todo y hubo que esperar dos largos años hasta que los organismos públicos encargados de las auditorías y evaluaciones, retomaran las tareas de control.
Finalmente, esta semana llegó la última de las autorizaciones que faltaba de los organismos oficiales, y ahora entonces está todo dado para que, en un par de años más, comience a circular la vacuna contra esta enfermedad tan insidiosa para la ganadería de leche.
Antes de desarrollar la importancia de este logro científico y su largo camino de investigación, hay que señalar que resta transitar una fase previa para alcanzar el nivel comercial de la vacuna: un plan piloto en tambos comerciales. Esta etapa, que ya podría comenzar, requerirá de convenios con los gobiernos provinciales que cuenten con cuencas lecheras y el compromiso de avanzar en la implementación de esta biotecnología.
En efecto, la líder de la iniciativa, Karina Trono, anticipó que nuestra provincia será la primera que comenzará a utilizar la vacuna, según consta en una carta de intención firmada entre el INTA y el gobierno de Santa Fe.
Una enfermedad silenciosa
La Leucosis bovina (LBE) afecta fundamentalmente al ganado lechero en la Argentina, países de América Latina y el Caribe, de América del Norte, Europa Oriental y de Asia. En Europa Occidental no ha proliferado porque oportunamente los organismos sanitarios descartaron los primeros casos detectados y así lograron controlarla. En cambio, en el resto de las regiones mencionadas, las vacas infectadas continuaron contagiando a sus pares hasta convertirla en la más habitual de las enfermedades, sin control ni tratamiento para su cura.
Según se conoce hasta hoy, la Leucosis tiene un costo altísimo para los tambos comerciales, porque puede provocar una reducción en la capacidad reproductiva del rodeo, así como una pérdida de la capacidad productiva, en tanto cerca del 10% de los animales positivos desarrollan tumores malignos que ocasionan la muerte. Dicho lucro cesante puede representar hasta 5.300 US$/animal muerto, según un estudio económico realizado en el INTA.
Esta enfermedad viral endémica de rápido contagio, que se denomina silenciosa porque no presenta síntomas clínicos sino hasta que se convierte en un caso mortal, no tiene tratamientos ni curas por medicamentos, hasta hoy, o mejor dicho hasta dentro de muy poco, cuando Argentina termine de producir la vacuna.
Llegado este momento y luego de la evaluación/aprobación de la Comisión Nacional Asesora en Biotecnología Agropecuaria (CONABIA), de la Dirección de Mercados de la Secretaría de Agricultura de la Nación, y de la Coordinación General de la Dirección de Estrategia y Análisis de Riesgo del SENASA, el INTA ya puede afirmar que la primera cepa vacunal del mundo contra la Leucosis bovina está lista y presta a convertirse en una vacuna comercial. Sólo resta saber cómo será la plataforma que elegirá el Estado para desarrollarla y si algún laboratorio privado asumirá su producción a gran escala.
Gran satisfacción profesional
Karina Trono dedicó gran parte de su carrera profesional como veterinaria e investigadora, a buscar una alternativa para curar la Leucosis bovina, y por esta razón el largo camino recorrido desde 2007 a esta parte, hoy tiene el sabor del objetivo alcanzado. “Es lindo porque el investigador tiende a objetivos de muy largo plazo que no son muy visibles para el público, pero en mi caso, como soy Veterinaria, quise dedicarme a un tema que aportara una solución concreta”, expresó la directora de Virología del INTA Castelar, en diálogo con Agroclave luego del anuncio de esta semana.
Trono explicó que el camino fue largo hasta llegar a esta instancia: “Contábamos con un virus que al ser modificado genéticamente debió atravesar un proceso de evaluación que se va autorizando de a poco, hasta llegar al permiso final para que ese evento sea de libre uso; hoy pasa a ser como cualquier otro principio activo que servirá para formular un biológico y empezamos el camino del desarrollo final de la vacuna”, explicó la doctora.
En efecto, el INTA tiene en marcha un proyecto de análisis para seleccionar la plataforma de aplicación, porque “este virus se puede poner en la vacuna de diferentes maneras: como virus completo de una vacuna clásica, o como ADN (que sería innovador para el país)”. Entonces, “dependiendo de lo que salga de ese estudio, vamos a encarar el desarrollo del proceso productivo, el cual estimamos estaría culminado en dos años para iniciar el registro”, anticipó.
Superada la fase clínica (que acaba de finalizar), esta instancia también habilita a comenzar con el plan piloto, que según adelantó la Dra. Trono “es probable que se arranque en la provincia de Santa Fe, con la cual tenemos una carta acuerdo firmada, porque fue allí (en Rafaela) donde realizamos la mayoría de las pruebas a campo; el Gobierno manifestó el interés y solo resta acordar con las autoridades políticas el modo de implementarlo”. Por supuesto que la idea es seguir a nivel público, “porque la patente de esta tecnología en el mundo está registrada a nombre de INTA y de la Universidad de Liège”. En el caso de que un privado quiera producir la vacuna, tiene 20 años de regalías.
Particularidades del principio activo
Karina Trono explicó porqué este desarrollo nacional es único en el mundo: “Tiene varias cuestiones de innovación; la primera es que no existen tratamientos ni vacunas en el mundo para Leucosis, por lo que es una herramienta que se puede usar por primera vez para prevenir la infección; lo segundo es que está construida en base a un virus modificado, es decir, es el mismo virus de campo pero ingenierizado para que sea atenuado, para que no contagie ni produzca tumores y busque respuesta inmune; y además, si llegara a salir como una vacuna de ADN, agregaría una tercera innovación”.
Según opina la Dra. Trono, esta iniciativa tuvo sus riesgos y por eso considera correcto que se haya hecho desde el espacio público, “es lo que tiene que pasar, que el Estado invierta en riesgos que un privado no asumiría”.
La Leucosis requiere la aplicación de una estrategia de control precoz y su impacto económico se agrava por la falta de tratamiento y de una alternativa de profilaxis contemplada en el calendario oficial de sanidad animal. Por esto, la cepa BLV DX 6073 modificada genéticamente representa una estrategia que permitirá reducir el contagio y la carga proviral en los rodeos.
En este sentido, la directora del Centro de Investigación en Ciencias Veterinarias y Agronómicas (Cicvya) del INTA, Ruth Heinz expresó que la mejora de las condiciones de seguridad alimentaria, a través la incorporación de innovaciones tecnológicas como la cepa BLV DX 6073 en un marco de desarrollo sustentable, “se vislumbra como una alternativa válida que ofrece productos agropecuarios y alimentarios seguros para el medio ambiente y para el consumo”.
“Esto representa una oportunidad de ofrecer a la comunidad un producto de mayor seguridad alimentaria, libre de un virus tumoral de percepción negativa”, indicó la experta y puntualizó: “el uso de esta nueva tecnología permite agregar valor a la leche y a la carne bovina producida y, por ende, la disminución del riesgo para la salud pública”.
El método científico
El trabajo de Trono y su equipo se enfocó en obtener un producto que posea la capacidad de interrumpir el ciclo de transmisión de la enfermedad, en convivencia con la infección de campo. De acuerdo con los resultados de la investigación a campo –desarrollada en el INTA Rafaela–, la cepa (denominada BLV DX 6073) mostró ser más benigna que el virus presente en la naturaleza (salvaje).
“La cepa atenuada infecta al hospedador virgen en forma persistente compitiendo contra la cepa circulante, protegiéndolo”, indicó Trono y aclaró que “la cepa fue desarrollada por modificación genética de la cepa natural circulante, es un virus genéticamente modificado al que se le ha escindido un fragmento no estructural”.
En términos científicos, la cepa BLV DX 6073 contiene el genoma viral completo, no hay genes agregados ni modificación de los marcos de lectura. El genoma de la cepa atenuada contiene las regiones genéticas regulatorias denominadas LTR en ambos extremos sin modificar, además de todos los elementos que codifican para sus genes estructurales y que regulan e intervienen en la integración celular, la replicación y expresión de los genes virales.
“Para construir la cepa atenuada, el genoma completo del Virus de la Leucosis bovina (BLV) fue amplificado de un caso natural y clonado en un vector comercial. Utilizamos técnicas de ADN recombinante clásicas para eliminar las regiones que provocan la infección generando una nueva construcción”, detalló Trono. “Por esto era imperioso contar con un producto que, de a poco, facilite el descenso de la prevalencia y permita progresar hacia la erradicación de la enfermedad”, agregó.
Este desarrollo tecnológico le permitirá a la Argentina ofrecer en el mercado un producto con más garantías de inocuidad. “El provirus no fue detectable en ninguna de las muestras de musculo y órganos para consumo provenientes de vacas infectadas con la cepa vacunal, mientras que sí fue detectado en las muestras procedentes de la infección natural”, aseguró Trono y agregó que “se observó una reducción drástica de provirus en leche, en comparación con la cepa natural de campo, así como el primero no fue detectado en el calostro”.
Si bien la cepa BLV DX 6073 aún no forma parte de un producto comercial, su uso potencial es como principio activo en un sistema de profilaxis sanitario contra la Leucosis bovina y se hará mediante un Plan Piloto.
Gran aporte a la lechería
Según estudios realizados por el INTA, en 2014, hasta el 10% de los animales infectados muere cada año, como consecuencia de tumores del sistema linfático. Esto provoca un lucro cesante y pérdidas relacionadas con la no producción de terneras, de leche, descarte anticipado y tratamientos inespecíficos. Esta cifra contempla la falta de partos y la consecuente reposición de terneras; de producción de leche por vaca (alrededor de 9.000 litros por año en cada lactancia) y de ingresos por kilos de carne vendidos para consumo.
El coordinador del Programa Nacional de Salud Animal del INTA, Ariel Pereda, sostuvo: “Esta vacuna permitirá reducir no solamente los costos directos producidos por esta enfermedad, sino que también mejora los parámetros productivos y de bienestar”.
Según destacó Pereda, “esta nueva cepa atenuada es una herramienta eficaz para el diseño de un sistema de profilaxis, cuya utilización tiene prosecución en el diseño de un plan de control eficaz para el país, algo inexistente en el resto del mundo”.
Luego de tres ensayos en confinamiento y un ensayo en condiciones productivas reales, “los resultados indican que la cepa atenuada es competente para inducir una infección con respuesta inmune duradera en el tiempo, capaz de interferir con la cepa de campo en más del 90 % de los animales vacunados”, expresó Pereda quien agregó que esto demuestra que “es protectiva frente a una infección de campo de prevalencia creciente desde el nacimiento”.
Por todo ello, este hito de la ciencia argentina merece la admiración y el compromiso de toda la cadena láctea.