Casi al borde del ataque de nervios, llegó el agua. Las últimas lluvias que se vienen registrando desde hace una semana en forma intermitente, pero con un frente de tormenta que no se disipó, fueron un alivio para el trigo, que mostraba signos de resentimiento. Debido a ese cambio de tendencia, se elevaron las proyecciones de producción del cereal de invierno a 20,5 millones de toneladas.
Llegó el agua y el trigo respira aliviado y va por más
El beneficio fue generalizado en la provincia, ya que tanto la zona núcleo que releva la Guía Estratégica para el Agro (GEA), como el centro norte santafesino que monitorea el Sistema de Estimaciones Agrícolas (SEA), se vieron beneficiadas.
“Hace un mes, el horizonte productivo de trigo había bajado a 20,1 millones de toneladas, agosto cerraba sin agua y con 650 mil hectáreas regulares a malas, pero las recientes lluvias cambian de dirección a la campaña”, detalló el informe de GEA.
También desde SEA señalaron que “las características ambientales revirtieron los escenarios con déficit hídrico y la nula actividad de los procesos de siembra, que a medida que los lotes y la cama de siembra lo posibilitaron, se intensificó el movimiento de equipos y sembradoras”.
“El cultivo de maíz temprano fue el que sumó mayor cantidad de hectáreas, con un incremento de 15 puntos intersemanales, lográndose hasta la fecha un hasta la fecha un avance del orden del 20% en la implementación, representando unas 18.900 hectáreas”, agregó el SEA sobre la situación en el centro norte santafesino.
Este cambio de rumbo consolida la buena performance agrícola de Santa Fe. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la provincia, junto a Buenos Aires y Córdoba reúnen más del 75% de los u$s 35.373 millones vendidos al exterior al cabo del primer semestre del año. Esta concentración geográfica de las exportaciones se corresponde con el hecho de que el 68% de la facturación correspondió a la venta al exterior de productos agrícolas y sus derivados.
Justamente el gobierno provincial, puso una ficha más para impulsar la actividad agropecuaria. Por una iniciativa del Ejecutivo santafesino, los productores ganaderos y lecheros de Santa Fe recibirán aportes no reintegrables para la incorporación de genética en rodeos con la intención de impulsar el crecimiento de la producción bovina. De ese modo, comienzan a darle contenido concreto al “Programa Carnes Santafesinas 2030”, que impulsa el Ministerio de Producción, Ciencia y Tecnología provincial, con la intención de hacer un aporte de largo plazo a la disputa coyuntural por el precio de la carne.
Alivio
Las tormentas que comenzaron el 1º de septiembre y se prolongaron por una semana, terminó con tres meses de falta de agua en la región Pampeana, apuntó GEA. En numerosas localidades del centro bonaerense las lluvias superaron los 90 milímetros (mm) acumulados y el 60% de Buenos Aires recibió entre 45 y 70 mm, lo mismo el 57% de La Pampa y el 90% de Entre Ríos. En Santa Fe ese monto solo lo recibió el centro sur y una franja del este y la provincia en promedio alcanzó 30 mm.
“Para el trigo 2021/22 estas lluvias marcaron un hito porque dejan atrás un escenario muy diferente”, indicó el informe de GEA, al recordar que los pronósticos productivos para el cereal hace un mes eran de 20,1 millones de toneladas y “con estos ocho días de lluvias, la proyección cambia de dirección y se estima un horizonte productivo de 20,5 millones de toneladas de trigo”, indicó GEA y planteó que “este guarismo surge de tener en cuenta 6,9 millones de hectáreas sembradas y 200 mil que no llegarían a ser cosechadas”.
Este cambio de escenario fue rotundo. “Las lluvias llegaron a tiempo para gran parte del trigo de la región Pampeana que retomará su crecimiento, casi sin sacrificar potencial de rinde en las principales provincias productoras”, indicó GEA. Hasta hace una semana atrás, en Buenos Aires se estimaban 150.000 hectáreas regulares a malas, 180.000 en Córdoba y 100.000 en Santa Fe, pero las precipitaciones llegaron a tiempo para revertir los efectos de la falta de agua y de las bajas temperaturas de fines de julio y principios de agosto.
El estado de los cultivos es bueno. “En general están sanos, con una presencia muy baja de enfermedades, sin plagas importantes ni problemas de malezas por la buena implantación”, agregó el informe. “Con la excelente fertilización realizada este año, se espera una recuperación muy importante tras las lluvias”, apuntó e informó que en general se espera llegar a espigazón con buenos números de macollos y en muchas áreas ya se habla de pisos de rindes que son muy superiores a los del trigo del año pasado.
La soja en picada
Por otra parte, la soja 2021/22 sigue desmoronándose y la siembra caería 200.000 hectáreas más. “Aunque en principio se esperaba un retroceso de la superficie de soja de 500.000 hectáreas, el recorte del área de siembra que se estima en septiembre es mayor y trepa a 700.000 hectáreas”, indicó GEA. Para este nuevo ciclo se estima una intención de siembra de 16,2 millones de hectáreas, lo que resulta en una baja interanual de 4,1%.
De esta manera “se confirma que será la campaña la siembra más baja de los últimos 20 años en Argentina”, apuntó el informe y planteó que las razones son las mismas que se destacaban hace un mes: los márgenes actuales menores que el maíz y los rindes que en los últimos dos ciclos consecutivos se han comportado peor que el cereal ante la falta de agua y el mayor peso impositivo con el que carga la oleaginosa.
“Con una siembra estimada en 16,2 millones de hectáreas, se proyecta una cosecha de 48,8 millones de toneladas”, agregó GEA.
Entusiasmo por el maíz
Como contraparte, el maíz 2021/22 larga con la siembra y suma 100.000 hectáreas más de área. También las lluvias fueron el mejor aporte para el inicio de esta campaña inédita del maíz que sigue sumando hectareaje. “A nivel nacional, hace un mes atrás se esperaba un 6% más de área respecto al año pasado”, indicó GEA y agregó que “se señalaba que esta tendencia podía seguir creciendo y ahora llega el ajuste con 100.000 hectáreas más”.
Comparando con el año pasado, “la intención de siembra ya es de 7,3% más”, agregó el informe. Pero además, la tendencia a sumar más maíz puede fortalecerse si las lluvias continúan.
“Tras las lluvias se han fortalecido las decisiones y se piensa en sumar más lotes tempranos que el año pasado”, agregaron los técnicos, aunque, “después de los excelentes resultados de las siembras tardías, estas son una opción muy importante para un año en el que el escenario Niña sigue fortaleciéndose”, concluyó.