El director del laboratorio Mycophos de Rosario, Luis Etcheverry, anticipó que después de 19 años de experimentación y desarrollo de una línea de biofertilizantes, los resultados comienzan a mostrar una serie de activaciones en diversos planteos agrícolas y productivos del país.
Los biofertilizantes dejan de ser un complemento
Luis Etcheverry, que inició la primera serie de ensayos en el año 2002, mediante la utilización de micorriza arbuscular con el objetivo de activar la formación de hongos beneficiosos para las plantas y el suelo; reconoció que el testeo de los productos que tienen en faz comercial, están siendo cada vez más demandados por los productores agropecuarios, ya que han logrado demostrar que es posible reducir la aplicación de fertilizantes químicos fosforados y al mismo tiempo, generar un notable ahorro económico en cada campaña agrícola.
Este mes, la firma presentó una serie de estudios vinculados con la activación de los nutrientes del suelo en los cultivos. En los mismos, se podían observar la respuesta a la utilización de fertilizantes biológicos. Las conclusiones indicaron que en trigo, avena y pasturas hubo un aumento en la calidad y cantidad de raíces, que derivaron en un mayor staff de plantas y espigas logradas.
“En un principio decíamos que era un complementación o suplementación a los fertilizantes químicos; pero ahora el tema es tan amplio y con tantas variables que estos producto cada vez toman más protagonismo, no solo por ser naturales, sino por su relación con la diferencia de costos”, afirmó Etcheverry agregando que ellos solo fabrican lo que está disponible en el suelo.
Este especialista, reconoce que lo único que se puede transformar a través del aire es el nitrógeno, y el resto debe estar en la tierra.
“Nosotros logramos multiplicar estos hongos en las raíces de las plantas de maíz, y los llevamos a gran escala para luego disponerlos en otras especies y cultivos. El concepto original de nuestro laboratorio es conseguir que las semillas y futuras plantas sean mucho más eficientes”, dijo explicando que lo que contamina es una cuestión de dosis, que pasa por los excesos de productos que los agricultores arrojan al piso; igual y por las dudas.
Si bien, por ahora los datos indican que no es posible reemplazar los fertilizantes químicos en un 100 %, la realidad está demostrando que se achica la brecha o categorización de lo biológico como un complemento. “Lo que está sucediendo va más allá de los productos y se relaciona al manejo. Estamos frente a un menor costo en la inversión, menor cantidad de dinero que se pone en riesgo al momento de la siembra y una mejor logística ya que se utilizan menos minerales por hectárea y eso significa menos transporte, camiones y movimiento”.
Para esta campaña, Mycophos le firmó a los productores la garantía de un mismo rendimiento en kilos a un menor costo y, si la ecuación fuese más fina, el aval es un rendimiento del 5 al 7 % por encima de otro esquema de manejo.
Etcheverry considera que hay un grupo de beneficios ocultos que tiene este tipo de tecnologías hacia la nueva agricultura, que grafican la movilidad de nutrientes en el suelo, modificación en la materia orgánica y otros complementos.
El respaldo, lo está danto el Inta, las universidades y otros centros evaluativos que han ensayados los productos biológicos de la firma, como el fósforo de origen natural y otra línea de protección que actúa como un escudo y se denomina Arco.
Para la nueva campaña, la firma está instando a que los productores reduzcan a la mitad la utilización de fosfato diamonico y urea en el cultivo de trigo, y apliquen un 50 % de fertilizante biológico.
La garantía es un mayor rendimiento, sumado a un mayor volumen de raíces, tallo y área foliar. Para muchos, dinero que queda en el campo y compensa gran parte de los desequilibrios. Por ahora la relación de costo es 1 quintal por fertilizante biológico, contra 100 kilos de fertilizantes químicos que han tenido variables de aumento de dólares del 80 al 120 % en el último ciclo productivo. “Estamos hablando de un ahorro de 40 dólares por hectárea si se toma como referencia la última campaña”; subrayó Luis Etcheverry.