Un estudio realizado por Julio Calzada, Sofía Corina y Emilce Terré de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), analizó los posibles márgenes brutos y netos que surgirían del cultivo combinado trigo - soja de segunda en la región núcleo para la próxima campaña 2021/22. Los analistas partieron de la suposición de un productor que está pensando en cultivar 100 hectáreas a 150 km de distancia de los puertos y/o fábricas del Gran Rosario y que podría llegar a obtener un rinde de aproximadamente 40 qq/ha para trigo y 30 qq/ha para soja de segunda.
Los impuestos de una hectárea de trigo-soja 21/22 representan más del 50% del margen
Así lo consignó un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario que advierte una fuerte incidencia tributaria en la actividad agrícola de la zona núcleo.
14 de junio 2021 · 06:00hs
Entre los resultados a los que arribaron, destacan que la combinación trigo-soja 2da estaría dando márgenes brutos y netos positivos, principalmente por la suba del precio a cosecha. Sin embargo, el riesgo es alto por la importante inversión a realizar, el factor climático, la incertidumbre respecto a si se mantendrán o no las actuales condiciones comerciales, y la evolución que pueda llegar a tener el tipo de cambio, entre otros factores.
"Estos riesgos están latentes en campo propio, pero más aún en campo alquilado. Se observa un margen neto de 213 U$S/ha en campo alquilado a 16 qq fijos por ha", precisó el relevamiento. Las inclemencias climáticas pueden reducir fuertemente este margen y llegar a anularlo, tal como sucedió con el trigo producto de la sequía y la helada durante el invierno 2020.
Los insumos inciden fuertemente en el costo directo de explotación (418 U$S/ha, lo cual representa cerca del 44% del costo total sin computar impuestos). "Respecto al año previo, se destaca un aumento significativo en el precio de los fertilizantes, del orden del 28% en la urea y del 20% para el superfosfato simple", indicó el reporte de la Bolsa.
Según advierten los especialistas de la BCR, resulta llamativo el acotado margen neto que obtendría el productor arrendatario de la región núcleo. "Luego de pagar todos los impuestos lograría apenas un 12% del total de los ingresos brutos que percibe por la venta de su producción (rinde por precio de venta estimado de la mercadería)", señalaron.
El peso de los impuestos en campo propio es alto. Al valuar la producción que se obtendría del campo de 100 ha de la zona núcleo argentina utilizando el precio FOB de exportación del trigo y la soja, cada hectárea generaría cerca de 2.670 U$S de divisas genuinas. A nivel tributario, ese campo pagaría 664 U$S/ha en concepto de retenciones y un total de 333 U$S/ha por el resto de los tributos (Impuesto a las ganancias, inmobiliario rural, tasa vial, etc.).
De esta forma, lo pagado por todos los tributos representa cerca de 998 U$S por hectárea lo que implica un 37% del valor bruto de exportación que genera ese campo sembrando trigo y soja de segunda, una cifra por cierto elevada. Todo esto sin contar el resto de los impuestos que paga indirectamente el productor por la compra de insumos, contratación de servicios, etc. En el informe se aclara que no se computan además los tributos que pagan el resto de los actores de la cadena: contratistas, vendedores de insumos, corredores, acopiadores, etc.
Desde la Bolsa también compararon los 536 U$S por hectárea que obtendría finalmente el productor en campo propio (margen neto) contra los 333 U$S/ha que ese campo paga por impuestos, tasas y contribuciones, sin computar retenciones. Esto, afirman, muestra la presión tributaria que sufren estos cultivos. "Los impuestos representan el 62% del margen neto del productor, sin computar retenciones que ya son descontadas del precio que recibe el productor cuando vende la mercadería a fábrica, molinería o exportación", apuntó el informe.
"En el ejemplo, el arrendatario paga un alquiler de 16 qq de soja fijos por ha y obtiene 213 U$S por hectárea en concepto de margen neto (luego de restarle a sus ingresos todos los costos e impuestos). Los impuestos que pagan el arrendatario ascienden estimativamente a 122 U$S/ha. Comparar esos 213 U$S/ha con los 122 U$S/ha que este campo paga por impuestos, tasas y contribuciones, es elocuente de la alta presión impositiva que presenta esta actividad. Los impuestos representan el 58% del ingreso neto del productor arrendatario, sin computar las retenciones", cierra el artículo publicado en el Informativo Semanal de la BCR.