La empresa Rizobacter apostó a la combinación de fertilizantes químicos con la microbiología para lanzar Microstar BIO, su nuevo fertilizante microgranulado químico–biológico. “Se trata de una nueva dimensión en la nutrición de los cultivos que le propone a los productores alcanzar sus expectativas de rinde con una mirada más integral del ecosistema, ya que cuida y estimula la biodiversidad del suelo, un recurso fundamental de la sustentabilidad y base de los sistemas productivos”, afirmó Fernando Sánchez, responsable de la línea Fertilizantes de la compañía.
Para elevar la eficiencia y regenerar suelos, la microbiología se une a la fertilización química
De esta manera, incorpora a los productos Microstar PZ y Microstar CMB que ya venía desarrollando, un innovador componente biológico basado en cepas específicas de bacterias del género Bacillus (Bacillus subtilis, Bacillus amyloliquefaciens, Bacillus licheniformis y Bacillus pumilus), que fueron seleccionadas de una colección diversa de suelos, y que se reproducen bajo condiciones de fermentación patentadas y controladas. El desarrollo de este componente, que se agrega en el proceso de fabricación en la planta de Synertech (Parque Industrial de Pergamino), está a cargo de BiOWiSH, una compañía norteamericana especializada en tecnologías microbianas para optimizar el rendimiento de los cultivos y mejorar la biología del suelo nativo.
Cómo actúa
La solución bacteriana que recubre a los microgránulos de Microstar BIO, mejora la salud del suelo y los cultivos modificando la microflora y microfauna de la rizosfera, área del suelo alrededor de las raíces.
Estos microorganismos establecen relaciones endofíticas con las raíces de la plantas. “Viven dentro de ellas pero entran y salen para entregarles los nutrientes provistos por el fertilizante y aquellos presentes en el suelo”, explica el ingeniero Sánchez. “Esta disponibilidad de bionutrientes, se logra a través de los metabolitos que estas bacterias liberan al medio (sustancias orgánicas que disuelven moléculas complejas), estimulando el crecimiento de las raíces”, agrega.
Por su lado, las raíces responden produciendo exudados orgánicos fundamentales para la estructuración física del suelo como también para el crecimiento de otros microrganismos beneficiosos, como hongos y bacterias, conocidos como promotores del crecimiento de las plantas (PGP ), todos ellos con acción bioestimulante.
“Se dice que las raíces son el cerebro de las plantas, por eso tecnologías como las que integran Microstar BIO se convierten en aliadas estratégicas a la hora de alcanzar mayores rendimientos. Entre sus principales beneficios se verifica el logro de raíces de mayor volumen desde los comienzos de la germinación (efecto arrancador). Este nivel de desarrollo aumenta la capacidad de exploración del perfil de suelo, haciendo más efectiva la captación del agua y del resto de nutrientes esenciales para la vida de las plantas”, detalla Sánchez.
“Microbiolizar la nutrición nos permite mejorar la salud de los suelos y de los cultivos. De esta manera contribuimos a las buenas prácticas de manejo destinadas a incrementar el resultado general, respetando la sustentabilidad del ecosistema”, concluye Sánchez.