La Unidad de Producción de Leche Intensiva (UPLI) se encuentra ubicada en el Inta Rafaela. Fue creada en 1980. En el 2000, implementó el cruzamiento alterno entre Holando y Jersey. Se trata de uno de los pocos tambos que cuenta con gran cantidad de información publicada con tantas generaciones de cruzamiento en un sistema productivo (hoy están en la séptima generación).
Vacas lecheras: experiencias de cruzas en Inta
Hay equipo. Los investigadores del Inta Rafaela que realizaron el cruzamiento entre Holando y Jersey.
Para conocer detalles de la experiencia, Agroclave dialogó con parte del equipo de la UPLI: Mariela Pece (Sistemas de Producción), Martín Maciel (Reproducción), Eloy Salado (Alimentación y Nutrición) y Milba Vera (Mejoramiento y genética).
Cruzamiento rotacional
El cruzamiento rotacional significa alternar en cada generación toros de cada una de las razas puras involucradas. Uno de los beneficios fundamentales de este tipo de cruzamiento es que produce las hembras de reposición en el rodeo, lo que permite mantener niveles aceptables de “heterosis” a lo largo de las generaciones.
¿Heterosis? Al cruzar se “pasan” caracteres heredables o no heredables (heterosis). Pero, ¿cómo mantener la genética en las generaciones sin que desaparezca el efecto no heredable?. El tipo de cruzamiento que la mantiene se llama rotacional, que implica alternar raza macho en todas las generaciones.
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En la experiencia del Inta, “en un principio (2000), las hembras eran todas Holando. Luego se cruzó con un toro Jersey y ese animal se cruzó con un toro Holando y así sucesivamente. A la sexta generación se obtenía el 67% Holando y 33% Jersey. Se recomienda tener los mismos animales con la proporción contraria”, explica Vera. En definitiva, se requiere un sistema de cruzamiento bien diseñado y constante a través de las generaciones.
Cruza: ¿moda o una necesidad?
A fines de los 90, a partir de la experiencia de Weidmann, el cruzamiento de raza tomó vuelo. Pese a que muchas experiencias quedaron en el camino por falta de planificación y ordenamiento en el tambo, la idea retomó con fuerza hace 4 años.
En 2008 aumentó la cantidad de animales en establos ya que se buscó liberar espacios para la agricultura. Pero las instalaciones no se condecían con el sistema. Obtenían 30 litros en sistemas con mayores riesgos y costos. Al bajar el precio del litro de leche y crecer el costo de los insumos, la ecuación no terminaba de cerrar y el productor se volvió a volcar al sistema más pastoril. ¿Qué raza se adapta a ese sistema? Aún no está definida y por eso acá aparece nuevamente la cruza, desde donde algunos creen que saldrá la supervaca. Desde el Inta se volcaron a la investigación científica para superar la instancia propagandística.
Objetivo y planificación
“Hay que tener en claro si se vende por litro de leche o por calidad de leche. Son sutilezas que con los años de investigación se busca aclarar para que la gente no se lance a una aventura a ciegas”, explica Vera.
Después de tantos años de investigación, “la conclusión puede ser que la solución a los problemas que pueden tener los tambos en la zona, sea corregir cuestiones productivas, nutricionales, de forraje, de manejo, de personal o de sistema, y no tanto vinculados a la raza”, agrega la investigadora.
Salado apoya la idea sintetizando: “Los pilares de la zootecnia son: alimentación, reproducción, sanidad y manejo. Si tenés problemas en alguno de estos puntos, no lo vas a solucionar cambiando el tipo de raza”.
Y aquí surge otro problema: en Argentina las que manejan la genética son las empresas cuyo objetivo es vender sus productos. En otros países hay programas genéticos con más de 50 años de historia. De allí surge una dispersión de criterios: “En Estados Unidos tienen en claro que el sistema es estabulado, freestyle. En Nueva Zelanda es todo pastoril. Es fácil para un sistema así definir qué tipo de animales se requieren. Acá cada campo es un mundo. No tenemos un sistema definido”, explican. Acá no hay evaluaciones genéticas nacionales de todas las razas. Existe para Holando, pero no está actualizada. Se mide con parámetros de los Estados Unidos, que tienen otra realidad”, explican las investigadoras.
A modo de cierre, Vera sintetizó: “No promocionamos el cruzamiento sino describimos cómo podemos trabajar para lograr sistemas eficientes con diferentes estrategias. Se pueden lograr sistemas eficientes con o sin cruzamiento”.