El mercado de los bioinsumos se proyecta con un crecimiento de $13.56 mil millones entre 2024-2028, impulsado por el aumento en los costos de fertilizantes y pesticidas químicos, mayor apoyo gubernamental a productos agrícolas de base biológica y el crecimiento del sector de alimentos orgánicos. Este crecimiento refleja una transición hacia prácticas agrícolas más sostenibles y ecológicas, detalla un informe del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (Iica).
Los bioinsumos crecen junto a la agricultura regenerativa
El camino para una producción sustentable. El enfrentamiento químicos vs. biológicos va quedando en el pasado. La complementariedad gana terreno. El foco es la sustentabilidad
Por Patricia Martino
Entonces ¿porqué existen barreras a la utilización de diferentes tipos de bionsumos? y ¿cuál es el marco conceptual en el siglo XXI que hace imprescindible el empleo de bioinsumos en los campos? Estos fueron algunos de los interrogantes planteados en el 32º Congreso de Apresid y tras tres días de debates quedó en claro la importancia de los bioactivos para una producción sustentable, frente a los desafíos globales.
Para completar el escenario se brindaron algunos números. El 59% de los europeos elegiría alimentos que hayan sido manejados con insumos amigables con el medio ambiente versus la opción más barata. Un 51% de los europeos pagarían más por los alimentos producidos sin fuentes de combustibles fósiles. Un 31% de los europeos ya están comprando alimentos sobre la base de la producción ambiental y climáticamente amigable. Más del 77% de los europeos quieren ver la huella de carbono en la etiqueta. Un 74% de los europeos creen que la empresas deberían trabajar en la reducción de las emisiones de carbono en los alimentos.
Estos cifras se presentaron durante el panel “Superando barreras: panorama sobre adopción de los productores a las nuevas tecnologías. Importancia de los bioinsumos” que contó con la participación de Gustavo González Anta, director científico de Idrasa.
Respecto a la situación en Argentina y haciendo referencia a porqué existen barreras a la utilización de diferentes tipos de bionsumos, González Anta apuntó que hay preocupación por el manejo de productos vivos, la compatibilidad con los productos químicos, dificultades para la adopción de un nuevo paradigma y las formulaciones. Es por eso que la difusión y aprendizaje por parte de los productores agropecuarios sobre los bioinsumos y su aplicación es fundamental.
Propuesta sustentable y plus
Impulsadas por la demanda, las compañías más tradicionales del mundo de los insumos redoblan su apuesta y llegaron a Aapresid con propuestas de lo más variada y realizaron una gran apuesta al mundo bio.
Agustín Biagioni, director global de Marketing para Rizobacter, resaltó que Aapresid es un gran encuentro para dialogar con el productor y escuchar sus demandas y también contarles todas las novedades.“Aapresid es una gran conversación y la conversación va hacia una agricultura regenerativa, una agricultura con menos impacto ambiental”, destacó.
“Rizobacter se ganó la seriedad de plantear las cosas como son. Con este tipo de microorganismo uno no puede decir se ahorra acá y lo sacó de allá. Porque para que los biológicos fijen tienen que darse ciertas condiciones ambientales, los resultados lo soportan y el producto anda muy bien. Pero decir reemplazar esto por esto es tentador a la hora de vender pero sabemos que en el largo plazo no va por ahí”, reseñó.
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Haciendo una analogía sobre el microondas y la cocina Biagioni se refirió al dilema químicos vs. biológicos y dijo: “Cuando se lanzó el microondas se pensó que iba a reemplazar a la cocina y no pasó. Vemos que los biológicos son una tecnología con ventajas ambientales y para el ecosistema y la diversidad, que genera menos resistencia que las alternativas químicas y tiene un set de cuestiones que van a ser coexistir alternativas químicas con biológicas. Con el ambiente en el centro tenemos que buscar bajar esa carga química por hectárea” .
Como conclusión del camino que se está recorriendo resaltó que “si el productor está convencido que tiene misma performance y en el impacto económico ve los mismos resultados, va a ir por la alternativa biológica porque sabe que es cuidar el ambiente, es cuidar sus activos”.
Además, sobre las nuevas exigencias de la Unión Europea sobre huella de carbono consideró que habrá un impacto en el desarrollo de los biológicos pero también apuntó a que “desde el lado de desarrollo de tecnología eso puede ser un acelerador pero no puede ser el motor, sino que los motores tienen que ser el desarrollo tecnológico que entregue performance para que el productor siga siendo eficiente”. En suma, “si para ser sustentable necesitamos prima en el precio, por definición no somos sustentables”.
Medir la huella de carbono
Calcular la huella de carbono es clave por estos días para ajustar prácticas, alinear los planteos productivos. Pablo Leguizamón, líder de Operaciones Procarbono de Bayer, consideró que uno de los grandes desafíos es desarrollar la ciencia aplicada a la agricultura y entender los niveles de emisiones de gases de efecto invernadero, algo fundamental para la agricultura. Con mapa en mano cada productor puede entender si está bien. La compañía desarrolló una herramienta para un mejor cálculo de huella carbono en cada campo de la Argentina. “La digitalización es esencial”, señaló sobre la plataforma Conecta.
Leguizamón apuntó que todo lo que hace productor argentino, desde la siembra directa y todas las tecnologías que se vienen aplicando, impulsan el potencial para posicionar al país “como un proveedor sustentable de alimentos al mundo”.
Pero hay que demostrarlo. “Para eso la digitalización, las herramientas y el cálculo de indicadores ambientales como puede ser la huella de carbono. Ahora estamos en el proceso de masivamente medir huella de carbono, con la expectativa de poder posicionar esos granos principalmente en la Unión Europea, pero pueden ser otros mercados, con un valor adicional que nos permita ir más allá del commoditie”, subrayó Leguizamón y resaltó que los productores agropecuarios están muy interesados en estas oportunidades de negocios con sustentabilidad.
En este nuevo sendero, “ya no es solo producir sino poder demostrar de qué manera se produce, qué labores” se llevan adelante. Es por eso que el producto tiene que tener más información y más ordenada. “Esa es una barrera de entrada pero una vez superado esto el productor ve nuevos beneficios y está decidido a ser más sustentable, producir mejor. Medir empieza a traer beneficios adicionales y es muy interesante”, resaltó y agregó: “Lo más importante es que no es solo hacerlo sino que empieza a haber reconocimiento”.
La sustentabilidad es un pilar de las grandes compañías agropecuarias y los bioinsumos son parte de las nuevas soluciones para el agro. Juan Pablo Migasso, gerente Senior Sistema de Cultivos de Basf, explicó que cada vez que lanzan un nuevo producto debe ser más sustentable que el anterior.
Recordó que el inoculante que se presentó oficialmente en Córdoba hace poco más de un mes “es una prueba de eso”. La empresa innovó con su formulación, hizo que sea sólida. “Es un producto de alta concentración, mucha menos dosis, menos envases, menos plásticos, menos almacenamiento, menos viajes. Eso hace que la tecnología sea más sustentable”, resaltó Migasso.
A modo de conclusión destacó que la agricultura “claramente apunta hacia lo sustentable y lo digital”, que vienen de la mano. Con herramientas y soporte, junto a los asesores ingenieros agrónomos y los productores, y con herramientas es posible ser más eficientes y sustentables.