"Hay pocas razones para creer que la soja vaya a tener un recorrido alcista en materia de precios", dijo en forma categórica Ricardo Passero, consultor en agronegocios y mercado de capitales durante la apertura del Congreso Mercosoja 2019 que se realizó esta semana en Rosario. Y la premisa, aunque dejó algunas caras de angustia, no sorprendió a nadie. E incluso, fue compartida por los analistas que debatieron en ese foro. Pero lo que a priori es una pésima noticia para la cotización del poroto, para la cadena puede convertirse en una ventana de oportunidad que le permita llegar por primera vez con harina al mercado de China que sólo demanda de la Argentina granos para molienda. O quizás, aprovechar en un cortísimo plazo, la inevitable correción a la baja que deberá hacer el Usda sobre la cosecha norteamericana de este año, que por poco tiempo permitirá un envión de precios.
La guerra comercial define el futuro de la cadena de la soja
Por Sandra Cicaré
Los fundamentos del mercado que los analistas históricamente ponían sobre la mesa para realizar estimaciones, vinculados a fenómenos de carácter climático o de oferta y demanda, hoy no dominan la escena. "Hay dos temas que hoy gobiernan el mercado y son el conflicto comercial entre China y Estados Unidos y la crisis sanitaria que vive China por la peste porcina africana", dijo Passero la compañía de servicios financieros INTL FCStone.
Ese nuevo escenario trajo como consecuencia un crecimiento de los stocks de soja de Estados Unidos que pasaron de 3,5 millones de toneladas en el ciclo 2007/2008 y 2,3 millones en el año 2012 a los actuales 23 a 25 millones de toneladas.
En forma inversa, cayeron los precios de la soja. En el primer caso la posición más cercana de Chicago cotizaba u$s 608 por tonelada; en el segundo u$s 654 y ahora la oleaginosa se negocia a entre u$s 328 y 320. "Tiene lógica, China no le compró más a Estados Unidos y lo que tenemos es un nivel de stocks que son un pie de plomo que no permite que los precios puedan dispararse de ninguna manera", agregó el analista.
"La madre del borrego son los stock de Estados Unidos que crecieron mucho", coincidió Enrique Erize, de la consultora Novitas, quien disertó en "A todo soja" en el marco de Mercosoja. Y eso, define "un mercado muy pesado, con cotizaciones bajo presión permanente, que se expresan en Chicago porque ese mercado refleja básicamente lo que pasa allá", aunque, a pesar de que cada vez hay más detractores, incide en las cotizaciones mundiales de los commodities.
Los especialistas destacaron que el protagonismo de China en los últimos años fue como demandante de poroto de soja, debido a que tiene un complejo oleaginoso "que es el más grande del mundo, pero no el más eficiente", según dijo Passero y lo que hizo fue alimentar con ese grano sus plantas para fabricar su propia harina y aceite, con una demanda histórica que fue creciendo en el tiempo al interior de ese país por el ascenso social de su población que ahora consume más proteínas animales. Pero ahora, "esa historia de China y ese mundo que vinimos conociendo, parece quebrase con este conflicto comercial", apuntó el especialista.
Como también se quebró el ciclo virtuoso que vivió la Argentina en materia de precios y producción entre 2003/13, con un incremento de 18,5 millones de toneladas en el primer caso, mientras que las cotizaciones, sólo del poroto (que fue el que menos aumentó), subieron 99 por ciento. "Esto generó que al país le ingresaran, en ese lapso de diez años, un año más de exportaciones", dijo Passero.
Pero ese cambio de ciclo, que para el país se refleja en lo inmediato en una caída de las cotizaciones del poroto de soja por el coletazo de la guerra comercial, también abre una oportunidad quizás inesperada en el corto plazo, como la posibilidad de ingresar con mayor valor agregado a China, a raíz de los estragos que está causando en ese país la peste porcina africana.
En China se consumen 56 millones de toneladas de carne de cerdo y el país produce 54 millones, de manera que busca los 2 millones restantes en otros destinos, entre los que se destacan Europa, Brasil y marginalmente Estados Unidos. Con la crisis sanitaria "se perderá alrededor del 40 por ciento de su producción, es decir habrá una producción que apenas llegará a 35 millones de toneladas cuando consume 56 millones", apuntó Passero.
Esa demanda insatisfecha genera que el país asiático busque "desesperadamente sustitutos" y por eso cierra acuerdos en todo el mundo. Pero "no busca poroto de soja, busca carne o harinas", agregó el especialista y destacó la experiencia de la compañía rosarina Paladini, como la primera empresa en generar un flujo de exportación hacia China en este contexto.
"Ya no hablamos de exportar hacia China poroto, sino también harina", dijo Passero marcando la importancia de la autorización de ese país a importar harina de soja de Argentina por primera vez en la historia. "Ahora, la demanda de poroto por parte de China se reduce, no como consecuencia del conflicto comercial sino porque convive con una epidemia que puede llevarle 10 años erradicar", agregó.
LA HISTORIA RECIENTE. El año pasado la disrupción se produce "cuando se declara la guerra comercial entre China y Estados Unidos cuando (Donald) Trump, a raíz del alto défict comercial de su país", dijo Erize. Además, planteó que frente a los aranceles que impone Trump a los productos asiáticos, "China le contesta con lo que más le duele a Estados Unidos que es gravando la soja, con un arancel del 25 por ciento, y a partir de allí se produce el derrumbe del precio en Chicago, que es nuestro mercado de referencia", agregó.
Passero citó la "trampa de Tucídides", en la cual Atenas desafió a Esparta, para señalar que, en este caso de enfrentamiento entre ambas potencias, el destino no está predeterminado. "Ni China es Atenas ni Estados Unidos es Esparta. En el mundo hay lugar para los dos y es muy difícil encontrar en el mundo capitalista dos economías tan integradas como éstas", dijo para llevar, tal como también planteó Erize la disputa a lo geopolítico. "Es una cuestión de pelea por la hegemonía y el liderazgo del siglo XXI", resumió.
"Esta guerra comercial está desatada y su final es difícil de predecir", agregó Passero, pero "lo que terminó generando desde el punto de vista de los aranceles de un lado y del otro, fue que la soja sea uno de los productos más seriamente afectado", agregó.
Los números impactan. Actualmente Estados Unidos impuso aranceles a casi el 94 por ciento de los productos que China exporta a ese destino. A su su vez, la reacción del país asiático no es menor ya que tradicionalmente importaba 92 millones de toneladas de poroto cuyo principal origen era el mercado estadounidense. Ese cambio de estrategia China le costó a Trump la dura crítica de los "farmers" que habían encontrado un fenomenal mercado para ubicar su producción de soja, ya que el maíz se consume mayoritariamente en su mercado interno.
En el caso de la Argentina, el impacto no sólo pegó en el primer eslabón de la cadena, como es el productor, que se encontró con menores precios. También golpeó en el corazón de la industria procesadora y la exportación. "La imposición por parte de China, primero, de un arancel del 25 por ciento, sumado al 3 por ciento que ya existía y ahora llevarlo a 30 por ciento generó una fenomenal disrupción en términos de oferta y demanda", dijo Passero. En ese punto detalló que cuando China deja de comprar en Estados Unidos, suben las primas en puertos de Brasil y Argentina y, como consecuencia, la soja norteamericana se transformó en una de las más baratas del mundo, cualquiera podría comprarla, molerla y fabricar harina y aceite.
El correlato fue que este escenario terminó "complicando a la Argentina que tiene en la harina su principal producto de exportación", detalló el especialista.
En ese punto, Erize fue muy crítico sobre la decisión del gobierno de Mauricio Macri, que el año pasado subió las retenciones y eliminó el diferencial arancelario que tenía la industria oleaginosa. "Un año atras decíamos que Argentina era el principal país exportador mundial de harina de soja, con casi el 50 por ciento del mercado, debido a que Estados Unidos transforma el 74 por ciento en proteínas cárnicas, Brasil el 50 por ciento y nosotros convertimos apenas el 9 por ciento", dijo.
Aún a costa de marcar esta cuestión como una materia pendiente a la hora de fijar políticas para el sector, dijo que en un contexto en donde el precio en Estados Unidos empezó a bajar, "el gobierno cometió un gran error, se equivocó al sacar el diferencial arancelario" ya que esto derivó en que "las fábricas estadounidenses ahora son las que procesan y exportan harina de soja a Europa y nosotros le seguimos vendiendo poroto a China", cuestionó.
ESCENARIOS. Para Passero, hacer un diagnóstico es mucho más fácil en este contexto, que trazar un pronóstico. De todos modos, consideró que hay algunas variables a considerar en el corto plazo a la hora de tomar decisiones, entre las que destacó el escenario político que viene, pero también el actual. "Lo concreto es que cuando el mercado dejó de estar intervenido la producción de trigo y maíz casi se duplicó", dijo, aunque aclaró que "es difícil htomar decisiones de carácter económico sobre qué hacer con la soja que tengo en un silobolsa o la que le entregué al importador o a la industria a fijar".
También recordó que con el cepo "comenzó a paralizarse el mercado a término y no está claro aún en qué marco van a trabajar".Mucho menos aún "si una empresa va a poder transferir o no con libertad dólares al exterior para cubrir margen de reposición por un operación que hizo afuera".
Para Erize, los errores que cometió el Usda sobre estimaciones de producción, que desató fuertes críticas en el mercado norteamericano, deberán ser corregidos en el corto plazo. El organismo estimó en julio una producción de 347 millones de toneladas cuando aún faltaban sembrar 17 por ciento del área de maíz y 41 por ciento de soja.
"Si reconocen ese error los stocks estadounidenses de maíz van a estar debajo del 10 por ciento y ese es un dato explosivo que generará subas fugaces pero fuertes", estimó Erize y eso como un vaso comunicante se trasladará a la soja, algo que podría ocurrir en marzo próximo.
"Mi recomendación al productor es, ante un cambio político donde hay gente pasándose del maíz a la soja, manejar los tiempos del mercado, y a las autoridades proteger al sector mas dinámico de la economía", agregó.
En cambio, Passero se mostró más escéptico sobre una mejora de precios derivada de la menor cosecha norteamericana. "La demanda viene sobre Sudamérica y más allá de que la oferta de Estados Unidos en la campaña que se avecina bajará de 123 millones a 102 millones de toneladas de soja, lo único que consigue mover el amperímetro es cuando Trump escribe en Twitter y dice que está cerca un acuerdo con China. Allí la soja se dispara. Pero luego, de manera espasmódica vuelve a tuitear todo lo contrario, y la soja baja", dijo.
También mirando hacia Oriente, Erize planteó que el impacto de la peste porcina en China es de un "tremendo impacto", pero que podría "disminuir la demanda, pero no el consumo porque los que se mueren son los cerdos, no los chinos". En función de eso, consideró que hay una enorme oportunidad para la carne argentina.
El presidente del Congreso Mercosoja, Rodolfo Rossi, planteó que hoy la cadena oleaginosa argentina enfrenta "una coyuntura internacional complicada, con precios promedios bajos del todo, con el conflicto comercial entre China y Estados Unidos, pero también con una cosecha norteamericana que viene muy floja", algo que según dijo "ayuda de alguna forma en lo que hace a los excedentes que veníamos teniendo".╠
■□Rossi planteó que frente a eso, "hoy el productor toma las decisiones teniendo en cuenta la forma de conservar su capital" y considera que si tiene soja o maíz con precios en dólares, puede conservar ese capital, o pagar deudas o tomar planes canje para ver qué sucede en los próximos meses para decidir cómo seguir.
Según los datos de Gustavo López de la consultora Agritrend, la retención de granos es muy importante en esta campaña 2019/20. "A la fecha hay 34 millones de toneladas vendidas, de las cuales 26 millones tienen precio, con lo cual hay 30 millones de toneladas sin precio", dijo el analista y aseguró que "el productor sigue con el concepto de que la soja es reguardo de valor, y es lógico que así lo sea por las variaciones del tipo de cambio, las retenciones y la incertidumbre sobre el cambio de gobierno", detalló López.
Finalmente, Passero llamó a mirar con atención, a la hora de analizar el recorrido de precios, "la internacionalización y la convertibilidad de la moneda china", así como el manejo discrecional de sus reservas.
"Todo lo vinculado con la oferta va a seguir afectado de alguna manera, ya que el mundo teme una recesión", dijo.
En este contexto, "China con su devaluación tomó una medida extremadamente agresiva que podría ser, hipotéticamente, el inicio de una guerra de monedas que terminará afectando los flujos de intercambio" que estarían cayendo en esta campaña. "Lo que empezó guerra comercial puede terminar generando un marco recesivo global", concluyó.