Mientras el brote de coronavirus se expande por el hemisferio norte con resultados lamentables para la salud humana, los mercados de Asia y del Viejo Continente (compradores clave de granos y carnes de la Argentina) sufren una preocupante desaceleración económica. Las consecuencias son inciertas aun en el escenario más optimista para el control del virus. ¿Cuáles son las perspectivas respecto a los precios y al comercio internacional de commodities para lo que resta del 2020? ¿Cómo sería el impacto en nuestra economía? Fernando Vilella, profesor de la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba), explica sus perspectivas al respecto.
Los commodities, en tiempos de cuarentena
“Como en eventos semejantes en los últimos años, hay una dinámica biológica y otra socioeconómica. En la primera, la enfermedad tardó varias semanas en llegar al hemisferio sur, lo que nos permitió aprender de lo ocurrido en el norte y tomar medidas oportunas para tratar de frenarla. Pero en lo social y económico, los impactos negativos se hicieron sentir al instante en el hemisferio sur. Sobre todo, en una economía tan globalizada como la que vivimos”, dijo Fernando Vilella, director del Programa de Bioeconomía de la Fauba.
Para el docente, la logística comercial y productiva cayó en estos meses y tuvo como consecuencia un impacto económico alto. Se modificaron los hábitos de consumo. Los alimentos y los insumos para producirlos no están circulando en mercados importadores, como China, Europa e Irán, y eso provoca que los países exportadores de producciones primarias, como la Argentina, tengan serias trabas económicas.
“No obstante, el mundo de los exportadores de alimentos ya tenía muchos problemas reales y relevantes antes de la pandemia. Un ejemplo es la fiebre porcina africana, que afecta a los cerdos y que llevará a la reconfiguración total del mercado de las proteínas animales. Con una pérdida de hasta el 50% del rodeo chino ?que hace un año era la mitad del mundial? los precios de los granos forrajeros como soja y maíz se sostuvieron sólo por la mala cosecha de EEUU”, señaló Vilella.
Y al respecto, añadió: “En este año 2020 se registrarán cosechas récord en los Estados Unidos y en Brasil. Los países exportadores de insumos ?como, por ejemplo, la Argentina? van a sufrir precios bajos en soja, en maíz y en alimentos balanceados. Al mismo tiempo, es probable que tenga lugar una reactivación de importancia tanto para los exportadores de carnes como para los de proteínas vegetales similares a la carne picada”.
La pandemia y lo que viene
Fernando Vilella advirtió que la Argentina exporta como grano el 63% del maíz producido o más del 90 % de la harina de soja. Esto representa una debilidad importante. Si el país queda fuera de los esquemas de grandes exportaciones de todas sus carnes podría caer en una crisis de la balanza comercial en los años venideros.
“Esto se puede evitar promoviendo inversiones en las bioeconomías, lo que llamo Vaca Viva, con condiciones semejantes a las que muchos dicen que requieren los inversores en Vaca Muerta. En Vaca Viva no se habla de subsidios, pero sí de reglas claras en el horizonte impositivo, aceleración anticipada de amortizaciones, devolución en tiempo y forma del IVA y acuerdos gremiales ganar-ganar. No tiene costo actual y genera trabajo y desarrollo”, profundizó el docente de la Fauba.
Para las carnes bovinas, el Vilella afirmó que el panorama es muy bueno en cuanto a lo que se exporta a China. El año pasado, ese país fue destino del 75% de nuestras exportaciones. Por otra parte, el panorama estará complicado por tres meses para los cortes premium que se venden a Europa.
Este es el caso de la cuota Hilton, que está prácticamente cerrada y con precios muy desfavorables, consideró el especialista.
Para finalizar, Vilella comentó que “debemos tomar el muy buen ejemplo de cómo se enfrenta al episodio coronavirus: generar consensos políticos en base a los mejores especialistas del país. Ese diseño vence la obsolescencia institucional que tenemos a nivel global y nacional para enfrentar los graves problemas actuales. Nuestra crisis económica y social de las últimas décadas, que nos hizo pasar del 5 al 35% de pobres, requiere el mismo mecanismo. La situación es aguda, y esta pandemia la acentuará. Hay que reunir expertos sin pedir carnet de afiliación. Sin ellos, lo que viene es empeorar lo que teníamos antes de la epidemia”.