En el centro norte de Santa Fe, la siembra del trigo está totalmente paralizada y se observan los primeros síntomas de déficit hídrico. Así lo informó el Sistema de Estimaciones Agrícolas (SEA) que difunde la Bolsa de Comercio de Santa Fe, tras una semana de lloviznas ligeras, temperaturas muy bajas y secuencia de heladas en esa región.
Crónicas de campaña: el frío frena al trigo y congela a la chicharrita
Se paralizó totalmente el proceso de siembra de trigo como consecuencia de la muy escasa a nula disposición de agua útil en la cama de siembra
En estas condiciones, se paralizó totalmente el proceso de siembra, como consecuencia de la muy escasa a nula disposición de agua útil en la cama de siembra. “En ciertas parcelas se detectaron los primeros indicadores de déficit hídrico”, señaló la Bolsa santafesina, que recordó que “hasta la fecha se logró el 90 % del total proyectado, representando aproximadamente 418.500 hectáreas, con trigos de ciclo largo en mayor porcentaje, pero, también se utilizaron semillas de ciclo intermedio”.
Hacia la zona central del país, la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario, señaló que el trigo frenó su desarrollo por el frío, pero no muestra daños significativos. “Se esperan con ansias 10 a 15 mm en este fin de semana”, señalaron los técnicos. Esa precipitaciones serán claves para la recuperación del cultivo, para terminar con las fertilizaciones y activar las que se han realizado sin la humedad adecuada.
“Los pronósticos de corto plazo prevé un aumento de la actividad atmosférica que podría generar lluvias durante el fin de semana”, dice el consultor Elorriaga. A pesar de la intensa circulación de aire frío que dominó durante la primera parte del mes, el estado general del trigo en la región núcleo es muy bueno en el 60% de los cuadros y bueno en el 40%. El año pasado sin estos fríos y con lluvias a finales del otoño, los lotes estaban en mejores condiciones: “Están para la foto”, decían los técnicos. Pero la falta de agua en profundidad acechaba en el 2023 al sector oeste de la región.
Para Rosario, la temperatura media de julio según la estadística es de 10,1°C, pero en la 1ra mitad de julio 2024 la media fue de 4,8°C (50% por debajo de lo normal). En el caso de las mínimas, la media estadística marca un valor de 4,9 °C, pero en Rosario se registró -6,8°C en esta quincena glacial. En Marcos Juárez los técnicos han medido -11ºC a 5 cm del suelo en los últimos días.
Y no solo el frío ha sido intenso, sino que ha sido notable su permanencia. En el gráfico se muestran las mínimas del 1 al 14 de julio de 2024 en 8 localidades de la red de estaciones meteorológicas de GEA. Las heladas fueron especialmente constantes del 4 al 14 de julio con temperaturas mínimas que descendieron incluso por debajo de los -7°C en varios sectores de la región núcleo.
El trigo frenó su desarrollo, pero a pesar de algunos casos de muerte de plántulas en recientes camadas de siembra, no hay daños significativos por frío. La humedad presente en niveles subsuperficiales del suelo ha sido clave para contener el daño. En el sur santafecino, en Fuentes, hay daños en hojas del cultivo: “aunque el cultivo muestra un color no habitual, se espera una recuperación gracias a la humedad presente en el perfil”. “Si tenemos lluvias que superen los 10 a 15 mm, se va a avanzar con la fertilización”, dicen en Carlos Pellegrini. “Las heladas no han causado daños significativos”, explican. En Bigand, se frenó el crecimiento. Allí también necesitan lluvias para reactivar al cultivo y favorecer el macollaje. En el norte bonaerense y en el sudeste cordobés, también observan signos de quemaduras en las hojas, pero hay confianza en la recuperación del trigo con la llegada de lluvias en el corto plazo. Actualmente, el 30% del cultivo está en etapa de macollaje, el 40% en fase de foliación y un 30% aún emergiendo.
Gracias frío, chau chicharrita
Otra consecuencia de la ola polar de las últimas semanas fue sobre la población de Dalbulus maidis, lo que ayudó a reducir la población de esta plaga que afecta al maíz. Según explicaron en el Inta, las bajas temperaturas y heladas persistentes afectaron a estos insectos que buscan sobrevivir durante el invierno refugiados en cultivos invernales, de cobertura o en vegetación espontánea, en la región pampeana. Igual, recomiendan estar atentos a los monitoreos sistemáticos y reportes quincenales.
“La chicharrita, vector de virus y bacterias causantes del achaparramiento del maíz, es un insecto proveniente de zonas tropicales. Es decir, no le gusta el frío”, sentenció Fernando Ross -investigador del INTA Barrow, Buenos Aires-. No obstante, -explicó- la plaga tiene la capacidad de sobrevivir si es expuesta a 5 grados bajo cero durante 24 horas. Sin embargo, se alimenta y se reproduce en plantas de maíz, cultivo que no está disponible en el invierno. En definitiva, la plaga se enfrenta a un escenario complejo.
En este punto, dio un paso más y aseguro que, en la presente campaña, “todo indicaría que el frío y las frecuentes heladas van a favorecer al saneamiento de gran parte del área pampeana”.
De acuerdo con Federico Massoni -investigador del Inta Rafaela, Santa Fe-, “los bajos registros térmicos de la última semana de junio y la primera semana de julio redujeron las poblaciones de Dalbulus maidis”. Y agregó: “Vemos que con el correr de los días, tanto hembras -que se hallaron en mayor proporción- como machos de chicharritas, disminuyeron el número de insectos capturados en los muestreos sucesivos hasta encontrarnos con unos pocos ejemplares durante los últimos recuentos a fines de junio y principios de julio”.
En este punto aclaró que “Santa Fe es una región de transición en la que la chicharrita sólo se desarrolla en verano y sobreviven a inviernos templados o poco rigurosos”. Por lo que, según explicó Massoni, es probable que, frente a un invierno crudo, como el que se está registrando, se elimine a una gran proporción de individuos de la población.