Las reservas de agua en la región núcleo experimentaron un cambio dramático en tan sólo una semana debido a las lluvias de los últimos siete días. El Niño se hizo sentir con fuerza, dejando registros de lluvia que superan los 300 mm en diversas regiones durante diciembre, según un reporte de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
El Niño trajo lluvias que aliviaron pero también generan incertidumbre
“Lo bueno de las lluvias es que el 95% del maíz y el 75% de la soja de primera están en condiciones de excelentes a muy buenas; pero lo malo es que ya hay lotes perdidos por inundaciones”, detalló GEA.
Hace una semana, la falta de agua amenazaba la cosecha gruesa, con el oeste de la región pampeana como una de las áreas más afectadas. “La Pampa, el oeste y sobre todo el sudoeste de Buenos Aires, gran parte de Córdoba, Santiago del Estero y Chaco estaban experimentando sequías severas, requiriendo entre 110 y 140 mm de lluvia para volver a condiciones óptimas”, informaba GEA.
Sin embargo, una semana después, las lluvias acumuladas cambiaron significativamente el panorama. Ahora, se registraron excesos de agua en aproximadamente un 20% de la región pampeana, especialmente en el centro y norte de Santa Fe, gran parte de Entre Ríos y el centro y este de Buenos Aires. En el oeste, la situación mejoró considerablemente. Además, el frente de tormenta continúa avanzando hacia el norte, lo que podría llevar agua a Santiago del Estero e incluso al oeste de Chaco.
Estos cambios indican que la sequía que afectaba a algunas regiones de Argentina ha llegado a su fin. Sin embargo, esta noticia también trae preocupaciones, especialmente debido a la violencia de los temporales. La continuación de las lluvias en los próximos días, podría generar excesos de agua en el 50% al 60% de la provincia de Buenos Aires. Esto representa una gran preocupación para los productores de trigo, ya que aún falta por cosechar casi el 80%. La incertidumbre por el temporal afectó los cultivos plantea dudas sobre la reciente estimación de producción de trigo de 14,5 millones de toneladas.
Aunque se asocia a El Niño con eventos climáticos extremos, como tormentas más fuertes, el consultor de GEA/BCR, Alfredo Elorriaga, aclara que la violencia de los temporales recientes no está relacionada con ese fenómeno sino que se debe a la gran diferencia de temperaturas entre las masas de aire que entraron en contacto. “El Niño, en sí, no produce tormentas más fuertes, sino que aumenta el ingreso de humedad al sistema, el comportamiento de las tormentas está influenciado por otras variables que no están directamente relacionadas con el Pacífico”, indicó.
En cuanto a las cifras de lluvia registradas en diciembre, algunas localidades acumularon cantidades significativamente por encima de la media mensual. Por ejemplo, El Trébol ha medido 313 mm, lo que casi triplica la media mensual. En Santa Fe, la localidad de Reconquista alcanzaron los 357 mm, marcando la cifra más alta de los últimos 63 años.
Frente a este nuevo panorama climático, el gobierno provincial asiste con equipamiento, infraestructura, financiamiento y equipos sociales y de salud a las zonas afectadas. “El gobernador Maximiliano Pullaro instruyó una gestión de cercanía”, remarcó el secretario de Protección Civil, Marcos Escajadillo.
El funcionario indicó que “desde el inicio de gestión ya teníamos fenómenos de tormenta de lluvias en distintos lugares de la provincia. Comenzó con El Trébol, una localidad de departamento San Martín, con lluvias superiores a los 230 milímetros, con un 70% del ejido urbano inundado; siguió en Villa Ocampo, con más de 320 milímetros. Por eso acompañamos a todos los municipios y comunas, no solamente con asistencia en cuanto a lo social y salud, sino también equipamiento, infraestructura y todo lo que sea necesario para minimizar sus efectos”.
En términos de producción, el informe semanal que elaboran la Bolsa de Comercio de Santa Fe y el Ministerio de la Producción provincial indicó que la cosecha de trigo en el centro y norte de Santa Fe concluyó esta semana con una producción total de 810.578 toneladas y un rendimiento promedio de 19,5 quintales por hectárea, lo que representa una merma de 1,5 quintales respecto de la campaña anterior.
Explica que esa disminución se debió a las escasas lluvias registradas en las épocas de floración y fructificación de las plantas. En esta campaña hubo mayor superficie sembrada y cosechada, con “buena disponibilidad de agua útil en el período de implantación, temperaturas adecuadas, humedad en los perfiles de los suelos que permitieron el desarrollo con cierta homogeneidad hasta el final del estado de macollaje”.