La siembra de trigo venía en avión hasta que la desaparición de las lluvias le puso en freno. Sin precipitaciones importantes en junio y lo que va de julio, el área a implantar cae en 200 mil hectáreas y se aleja la posibilidad de ser récord. Hace un mes se estimaba una intención de 6,92 millones de hectáreas. Con casi el 90% sembrado, esta estimación se recorta a 6,72 millones de hectáreas.
El trigo venía para un récord pero se quedó sin agua
Sin precipitaciones importantes en junio y lo que va de julio, el área a implantar cae en 200 mil hectáreas. La Guía Estratégica para el Agro estimó que este será el invierno más frío desde 2007
Después de un junio que pasó casi sin lluvias de importancia, excepto para Buenos Aires en el final del mes, julio sigue la misma tendencia. La Guía Estratégica para el Agro (GEA) reportó que no hay pronósticos de agua hasta el 20 de julio. La circulación fría y seca evita el ingreso de humedad desde el norte. “Por eso fueron claves las precipitaciones que se dieron en el territorio bonaerense y en algunos sectores del sur de Santa Fe y de La Pampa en la última semana de junio”, señalan desde el servicio de estimaciones de agrícolas de la Bolsa de Comercio de Rosario.
En este ciclo, trigo se sembró en forma temprana en el centro y norte de Argentina. Pese al miedo de recientes campañas, cuando las heladas tardías hicieron daño, se impuso la necesidad de hacer el cereal. Mantener gramíneas en las rotaciones en el centro y norte del país tras el impacto de la chicharrita, y la necesidad financiera, tras tres Niñas seguidas, forzaron la siembra contra reloj para ganarle a la desecación de la cama de siembra.
El importante pulso húmedo que dejó el final del Niño con las significativas lluvias de marzo y abril fue clave para implantar el trigo. Ahora, con un alto grado de probabilidad, las temperaturas extremadamente bajas persistirán durante la mayor parte del invierno, que podría superar las anomalías negativas de 2007 y terminar siendo el segundo más frío de la historia documentada en Argentina (últimos 60 años), luego del récord de 1984.
El trigo venía creciendo bajo muy buenas condiciones pero con las heladas de la última semana empieza a haber lotes afectados por las bajas temperaturas. Más allá del quemado en hojas, empieza a observarse pérdidas de plántulas. En los lotes en los que aún no profundizó sus raíces para alcanzar la humedad presente en capas subsuperficiales del suelo, la persistencia de estos intensos frío es una amenaza grave que puede afectar el potencial de rinde. Por esto es muy necesario que se produzcan lluvias de 15 a 20 mm en el corto plazo, sobre todo en en el centro de Argentina.
En el caso del maíz, este invierno riguroso tendrá un impacto significativo del frío en la población de chicharrita. De esta manera, podría suavizarse la caída en la intención maicera que manifestaban hasta hace poco por productores y técnicos. Las primeras encuestas reflejan un descuento de 300.000 hectáreas para el ciclo 2024/25 un 15%.
Chicharrita frizada
Tras el ataque de la chicharrita, el rinde del maíz tardío 2023/24 se redujo en un 30% en la region núcleo. Aunque falta cosechar todavía, para este ciclo se estima en 47,5 millones de toneladas, 22% menos de lo que se esperaba producir a principios del ciclo.
Por otra parte, la Bolsa de Buenos Aires dio por concluida cosecha de soja, que arrojó una producción de 50,5 millones de toneladas, sobre una superficie de 17,3 millones de hectáreas.