Conservar y utilizar en forma sustentable la diversidad del ambiente es una forma de preservar la estabilidad de los ecosistemas de los cuales obtenemos servicios esenciales para el desarrollo humano. En Santa Fe, principalmente en el sur de la provincia, el monocultivo favoreció la pérdida de biodiversidad y por eso comenzaron a plantearse soluciones para encarar esta problemática. Los corredores biológicos son una de las alternativas, una herramienta interesante para implementar y ayudar a recuperar algo de todo lo perdido.
Corredores biológicos: una forma de equilibrar el agroecosistema
Por Patricia Martino
Si un corredor vial transporta personas, bienes y servicios, la idea es que un corredor biológico transporte vida, aumente la biodiversidad en un ambiente y los pueda trasladar de un lugar a otro. Es un ambiente de refugio de la vida silvestre y de regeneración de la biodiversidad. La característica fundamental es la movilidad.
La apuesta a esta herramienta tiene que ver con recuperar o equilibrar esa alteración en un ambiente diverso que provocó el monocultivo de soja, ya que las especies que se pueden haber perdido quedan en un banco de semillas y los animales pueden regresar a los territorios.
Como los corredores biológicos son ambientes que no se perturban, favorecen la diseminación de semillas y propágulos, y con el tiempo van apareciendo nuevas especies. Especialmente se busca la vuelta de especies nativas y de insectos, polinizadores y mamíferos menores.
El ingeniero agrónomo Horacio Di Fulvio se especializó en el tema y trabajó en la puesta en marcha del corredor biológico que recorre la autopista Rosario-Santa Fe, 150 km en los que se implementó esta forma de gestionar la zona para recuperar especies y fauna nativa.
Con el ojo puesto en la ecología del paisaje que estudia el ambiente territorial Di Fulvio explicó que “en los corredores biológicos hay una interacción muy importante entre lo vegetal y animal, insectos, invertebrados y mamíferos menores”.
“Así como una vía férrea o ruta transportas bienes, mercadería o personas en el corredor biológico transportas vida, pueden ser especies animales o vegetales. Tiene que tener un principio o fin, es fino y largo, y permite el desplazamiento, la interconexión. Es muy importante la circulación, no se trata de un refugio donde algunas especies animales, por ejemplo, entran pero no se multiplican”, detalló en Agrovisión Profesional, el medio de comunicación institucional del Colegio de Ingenieros Agrónomos de Santa Fe y señaló que si las especies benéficas toman el lugar como hábitat “aumenta la biodiversidad”.
Di Fulvio está convencido de que los corredores biológicos son una alternativa para enfrentar los problemas por el cambio del uso del suelo y la “agriculturización tan extrema” que derivó en la pérdida de diversidad de animal, insectos, polinizadores, predadores. “El corredor, si logra que sea un hábitat para especies que se habían perdido, es como recuperar la naturaleza”, puntualizó sobre esta problemática tan presente en el sur de la provincia de Santa Fe.
Si bien el especialista aclaró que los estudios realizados advierten que “nunca se recupera la vegetación original” resaltó que sí “se puede llegar a algo que cumpla la función del ambiente anterior”.
“Se podría albergar fauna y flora benéfica. El refugio mejora la biodiversidad”, resaltó el ingeniero agrónomo en Agrovisión Profesional.
En ese sentido, recordó un estudio realizado sobre la cuenca del río Carcarañá, que es una reserva hídrica, que expone cómo aumentó la cantidad de vertebrados menores y se encontró fauna de pequeños mamíferos. Esta situación también sucede en el corredor biológico de la autopista Rosario-Santa Fe que se puso en marcha en 2011 y es hasta el momento la única experiencia planificada y monitoreada en la provincia. “No todo está perdido”, subrayó Di Fulvio.
Los corredores son albergue de fauna benéfica, esto es muy importante. El corredor funciona como refugio y alimentación en los períodos en que la fauna benéfica como predatores o pequeños insectos no encuentran alimento en el cultivo y sí pueden encontrarlo en las especies del corredor. Y mientras sean más parecidos a los nativos, mejor es la complementación con la fauna benéfica.
Crear una red
El ingeniero agrónomo se entusiasma con que sus colegas se animen a empaparse de esta temática y se puedan promover corredores biológicos en diferentes puntos. Santa Fe, por ejemplo, es un lugar más que interesante -en especial el sur de la provincia- una zona cruzada de este a oeste por muchos ríos y canales, que pueden conectar el territorio.
“Si se logra una red de corredores biológicos se podría aumentar la biodiversidad y mejorarían las condiciones. El corredor biológico es una herramienta. Tal vez se tendrían que dar políticas de más corredores y protegerlos. La red vial que tenemos es bastante importante, la parte caminera, las rutas provinciales como la 18, 14, 90, 91 y 93 se podrían trabajar bien. Y después las nacionales como la 33, 34, la 9 autopista a Buenos Aires y la 8”, consideró Di Fulvio.
El especialista remarcó que hay toda una red de interconectividad que va del río al centro, de norte a sur y de este a oeste y después también está la vía férrea que se puede aprovechar. Si bien Di Fulvio valora sobre todo el aporte a la biodiversidad que pueden recuperar los corredores biológicos, advirtió que tienen que estar muy bien controlados porque “todo tiene sus riesgos” y se refirió a la seguridad vial por el tema de los animales.
“Que haya pequeños mamíferos es un logro pero hay que compatibilizarlo con el ambiente, también hay que controlar más porque puede haber mayor riesgo de incendios, que no es mucho pero es potencial. Hay que tener más recaudos en prevención, mayor precaución. Hace falta un abordaje, hay que manejarlo al corredor porque así como se reproducen especies benéficas pueden reproducirse especies invasoras o animales. Uno tiene que equilibrar, dejar lo nativo y que no prosperen los invasores”, resaltó sobre esta herramienta que puede devolverle al territorio mayor biodiversidad.