Es posible que la disminución del área sembrada de soja en detrimento del crecimiento del maíz para la campaña que se viene, retoque el costo de las primas agrícolas y cambie el panorama para muchos productores que buscan tomar coberturas.
El crecimiento del maíz transforma las coberturas
Por ahora la diferencia productiva ha sido proyectada en 7 millones de toneladas para el maíz por encima de la oleaginosa, y las expectativas están centradas en el clima, el manejo y una cierta serie de variables eventuales.
Según el análisis de Guillermo Thomas, gerente de Tero Granizo, una de las firmas que más ha crecido en la provincia de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos, la estabilidad del maíz y su proyección en los rendimientos de los últimos ciclos agrícolas, está operando por encima de la soja que sigue estando desalentada por las retenciones y el efecto impositivo.
“Por ahora la preocupación sigue siendo el clima. Y un ejemplo ha sido la demora en el aseguramiento de los lotes de granos finos o el trigo que se inició –oportunamente- muy tarde por el déficit hídrico”, expresó Thomas agregando que los agricultores van a esperan hasta último momento para tomar una previsión.
Al mismo tiempo, expresó que están monitoreando el desarrollo de la campaña gruesa, ya iniciada con mucha fuerza, aunque con una expectativa inicial negativa por la falta de agua en esta etapa inicial de los cultivos.
Por su parte, no dudo en referenciar que en el acomodamiento de la economía, los seguros no han dejado de ser atractivo ya que cada vez más las tasas están yendo hacia la baja y con un mayor incremento de servicios tecnológicos adicionales, ágiles y de fácil aplicación.
“Estamos frente a una campaña muy particular. El maíz marcará un cambio técnico en el punto de vista de las tasaciones y del riesgo. Es un cultivo más tolerante al granizo y no es lo mismo el daño que suele soportar si se lo compara con la soja”, resaltó diferenciando las chances de recuperación de cada uno.
Según Thomas, el productor va a transitar la campaña 2021/22 con primas más bajas, una variación en la evaluación de los riesgos; y al mismo tiempo, se va a ver una mejora en la capacidad de las compañías para hacer frente de los problemas.
A priori, volvió a recordar la importancia de tomar cobertura de todo tipo, y en el caso particular de los seguros agrícolas explicó lo difícil que es hoy recuperarse de la pérdida de un lote dañado por el granizo, ya que sembrar se ha transformado en una de las etapas más costosas en todo planteo agrícola.
El directivo, consideró que sería una señal positiva volver a discutir las posibilidades de los seguros integrales o de mutirriesgos, dentro de los reclamos que se viene generando hacia las políticas agropecuarias.
Recordó que el pedido está siendo impulsado por dirigentes y empresarios del sector, que asocian esta necesidad con las variables de sustentabilidad, sostenibilidad y cambio climático.