La decisión del gobierno de abrir un registro de las exportaciones de carne generaron fuertes tensiones en la cadena, pero también obedecen a reclamos que los propios actores de la cadena venían realizando sobre “desequilibrios y desprolijidades” entre actores que participan del comercio exterior durante 2020.
Ganadería: control oficial y tensiones
Algunos de los actores de la cadena de ganados y carnes de la Argentina ya habían anticipado una serie de “desprolijidades” que se sucedieron en el 2020 en el sector e incluso, varias instituciones de nuclean al sector frigorífico y la propia Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados (Ciccra), alertó sobre una distorsión que se venía sucediendo en el ciclo pasado y afectaba las exportaciones que alcanzaron cerca de 2.500 millones de dólares.
Según estos organismos, de esa suma, el 20 % (u$s 500 millones), fueron subfacturados en el orden del 30%, alcanzando un movimiento oscuro que se alzó con 150 millones de dólares.
Por ahora, se habla de empresas u operadores exportadores fantasmas, vinculaciones con otros países y más de 50 empresas, que aprovechando el tipo de cambio desdoblado o el diferencial de la divisa extranjera hicieron negociaciones ilegales y distorsionaron el mercado formal.
De ahí, surge parte de la resolución 60/2021, que endurece los controles a las exportaciones no solo de carnes, sino también a los granos y productos lácteos, en un principio.
La consecuencia es el enojo, señal de alerta y el pedido de aclaración que han elevado las cadenas productivas junto a la dirigencia nucleada en la mesa de enlace.
“Están planteando controlar un poco más los papeles, la evasión y considero que el sector no debe oponerse”, enfatizó Angel Girardi, productor ganadero y miembro de la Bolsa de Comercio de Rosario y el Mercado Ganadero (Rosgan).
Al mismo tiempo, pidió a los gobiernos que cuenten con personal o funcionarios idóneos en las carteras agropecuarias, ya que consideró que se debería conocer el ciclo biológico de la ganadería.“Un decreto o una firma no puede tirar todo por la borda. Llevar un bife al plato tiene un proceso de 3 años y con esta nueva resolución se está generando duda e incertidumbre”, resaltó Girardi y dijo que es un momento muy delicado desde el punto de vista productivo ya que es la época en que se rotan los campos, se destinan los potreros a praderas y no es tiempo para apretar de forma indiscriminada al productor.
La referencia de este dirigente, se remite a la pérdida de 12 millones de cabezas de ganado, cuando se intervinieron las exportaciones de carne a partir del año 2007. “Hoy, ante un mundo más ávido de proteínas de alto valor biológico es un despropósito frenar o actuar en contra de los mercados que demandan”.
Quien las hace, las paga
Según Girardi, y desde una mirada como productor ganadero, el segmento está esperando que quienes hicieron las cosas mal las paguen. “Los que actuamos bien, creemos que no es correcta una competencia desleal, pero al mismo tiempo debemos reclamar al gobierno que no se las pase cambiando el escenario, sino que se proyecte como un socio del campo y le inyecte combustible, en vez de agua, para mejorar la condición de trabajo”.
Por su parte, se lamentó de los funcionarios que actúan por capricho y desconocimiento. Reclamó políticas de verdadero estímulo con incentivos; como aquellas que podrían direccionarse al aumento de la media res, descontando parte del tributo o impuesto a las ganancias cuando pase de 120 a 125 kilos, como ejemplo.
Expresó estar desconcertado y comparó la pelea por la carne con la pandemia, la salud y la educación. “Falta coherencia no solo en el sector agropecuario, sino en todo el país”, remarcó.