Tras cuatro días de paro, los transportistas rurales acordaron con los dadores de carga un aumento tarifario de 11% en relación a marzo y del 20% a partir de abril. El acuerdo llegó el jueves por la noche luego de dos días de reuniones en el Ministerio de Transporte.
Los transportistas rurales se plantaron en la campaña
Por Lizi Domínguez
Más allá del resultado, la medida dejó expuesto el complejo panorama del sector del transporte de granos, uno de los hilos más delgados de la cadena agropecuaria. El sector quedó a merced del aumento de costos y en medio de una puja con productores, organizaciones y con el gobierno.
"El conflicto arrancó ya hace unas dos semanas, cuando la federación comenzó a notar el aumento en los surtidores y la implementación de cupos de expendio. El gasoil debe estar acovachado en algún lugar. Esto hoy lleva a un transportista a tener que pasar por dos o tres estaciones de servicio para poder llenar el tanque. El precio oficial es de 102 pesos, pero en realidad se paga entre 150 y hasta 200 pesos en algunos lugares”, explicó Claudio Enri, secretario gremial de la Federación de Transportistas Argentinos (Fetra), que representa a un importante número de transportistas en Salta, Tucumán, Santiago del Estero, Chaco, Córdoba, La Pampa, Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe.
El último ajuste oficial del gasoil se aprobó en los primeros días de febrero, fijando un precio de $102 el litro. Sin embargo, desde hace unas tres semanas 60% y 80% por estos día, sino que las estaciones de servicio comenzaron a fijar cupos para los camiones, que no llegan a llenar los tanques.
La entidad advirtió por entonces al gobierno nacional sobre estas irregularidades y pidió su intervención. Frente a la suba de cotos, reclamó la apertura de la mesa de negociación para discutir un aumento de la tarifa del flete.
“Anunciamos que si no se convocaba con urgencia a la mesa de negociación participativa, el lunes 10 de abril iniciaríamos un paro nacional por tiempo indeterminado, que fue lo que finalmente ocurrió”, explicó el dirigente.
Así, los camiones entraron a los puertos hasta el domingo. Los que quedaron, descargaron y se fueron o se quedaron en las asambleas organizadas en diferentes cruces de rutas, plantas de acopio y puertos graneleros.
El balance del acatamiento al paro fue abrumador: “Ni un solo camión ingresó a los puertos, porque a nuestro reclamo adhirieron desde otras organizaciones de autoconvocados, particulares, y hasta doña Rosa que tiene un camión y lo pone a laburar, porque es un reclamo legítimo”, afirmó Enri.
Finalmente el Ministerio de Transporte convocó a la mesa participativa, que tuvo varias rondas de reuniones y momentos de alta tensión. De los encuentros participaron las principales cámaras y entidades empresarias ligadas al transporte automotor de cargas y las entidades relacionadas con la producción y acopio de granos.
El jueves por la noche, tras casi 4 horas de reunión, se acordó un aumento del 11% en la tarifa de referencia hasta el mes de marzo y un 20% respecto de abril. El reclamo había arrancado con un pedido de aumento del 30%. La diferencia entre las dos posturas será tenida en cuenta para sostener futuros aumentos de estructura de costos en las conversaciones paritarias que se iniciarán en mayo.
Con presencia del Ministerio de Transporte en su rol de mediador estuvieron presentes en la reunión el ministro Alexis Guerrera, el secretario de Gestión del Transporte, Diego Giuliano.
“A última hora pudimos lograr un acuerdo después de dos reuniones que se extendieron por más de cinco horas, que generaron tensión y un perjuicio muy grande para el trabajo argentino y toda la cadena agropecuaria”, señaló Giuliano. Y admitió que “si bien algunos sectores no han firmado, nos dieron el aval para que el paro se levante”.
Tras recordar que las tarifas sugeridas en la mesa de diálogo son “orientativas”, instó a que a partir del nuevo cuadro tarifario se eviten las “posiciones dominantes y los abusos”.
“La Federación de Transportadores Argentinos (Fetra) solicitó una serie de herramientas nuevas para que el diálogo sea fluido, especialmente cuando hay problemas. Por lo tanto pensamos seguir dialogando a través de una mesa casi permanente”, concluyó Giuliano.
Desde Fetra, se comunicó que el acuerdo incluyó el aumento inmediato del 20% en la tarifa, la convocatoria a un nuevo encuentro paritario en la primera quincena de mayo y la reglamentación de una cláusula gatillo. También dijo que se logró el compromiso de la Secretaría de Energía de garantizar la provisión de gasoil. Uno de los puntos centrales fue la creación de una mesa permanente del transporte para gestionar problemáticas como “la inseguridad, la infraestructura y los abusos de posición dominante por parte de dadores de carga”.
Durante la semana, la Cámara de Puertos Privados Comerciales reclamó que los transportistas levanten la protesta porque la falta de arribo de camiones a los puertos genera pérdida de días de trabajo, especialmente a los transportistas pero también a aquellos trabajadores que viven día a día del comercio con ellos.
“El paro impide el normal abastecimiento de las terminales, provocando problemas de producción en las fábricas e incumplimientos de contratos con el exterior, con las graves consecuencias que ello implica para la reputación del origen argentino y, como si ello fuera poco, también corta el flujo de ingresos de divisas, tan importante para paliar el difícil momento que atraviesa nuestro país. Hay que buscar una solución a los planteos en un clima de paz social, en beneficio de todos los argentinos”, señalaron.
En ese sentido, el presidente del Centro Exportador de Cereales y de la Cámara de la Industria, Gustavo Idígoras, indicó que “tuvimos a la espera 50 barcos para la carga. Son u$s 100 millones que no se pueden lograr, pero cuando se levante el paro, trataremos de recuperar”.
El directivo estimó en 200.000 toneladas la cantidad diaria que, desde el inicio de la medida de fuerza, se dejó de descargar en las terminales portuarias de todo el país, pero fundamentalmente en el Gran Rosario.
Paritaria
El reclamo de los transportistas rurales no se agota en la adecuación de una tarifa de flete como piso para trabajar. A ello “se suma la inseguridad en puertos y rutas, la falta de infraestructura como el caso del famoso plan circunvalar que jamás se concretó, y la lucha cuerpo a cuerpo con los productores, que pagan lo que quieren”, dijo Enri.
Desde el concejo central ejecutivo de Fetra difundieron el lunes un petitorio con los puntos de su reclamo, donde constan no sólo los constantes aumentos de precio del gasoil y la falta de abastecimiento de combustible que “tornan imposible seguir trabajando en condiciones razonables”, sino la falta de una reglamentación de una cláusula gatillo, que garantice un ajuste automático del costo del flete directamente proporcional al aumento del precio del combustible.
Además, la entidad remarcó los constantes “conflictos generados por la negativa por parte de algunos dadores de cargas, que ejercen abuso de su posición negándose a pagar una tarifa justa y razonable”.
Burocracia
“Las tarifas siempre se consensúan en el gobierno nacional, con su mediación, las cámaras de transporte y las mesas de enlace del campo. Nosotros intercambiamos, llevamos estudios de costos avalados por distintas universidades. Los productores argumentan, discutimos y el gobierno arbitra después de una serie de negociaciones”, explicó Enri.
Pero explicó que a “esa mesa, para plantarla, hay que pedirla con 15 días como mínimo de antelación. A nosotros en 15 días se nos termina la cosecha en la zona núcleo, mientras que en otros lados está arrancando. La bendita burocracia”.
“A ello se suma el agravante de que cuando sale la tarifa consensuada, los cobradores de carga te piden que suban el CPG, cuando pedís la carta de porte, y ahí tenés 15 a 20 días más de retraso para que suba esa tarifa consensuada. Entonces nosotros pedimos la mesa con carácter de urgente, y queríamos que la tarifa se pueda cobrar, porque tenemos la de referencia consensuada los primeros días de febrero, de $102”, añadió el dirigente.
“No podemos trabajar con una tarifa desfasada en el insumo principal que es el combustible con una diferencia del 80%. No podemos seguir viajando en estas condiciones”, concluyó el dirigente de los transportistas.